Después de las vacaciones de invierno de los estudiantes, que marcan un alto en las actividades, comienza la segunda mitad del año que en algunas ocasiones suele ser mucho más intensa.
Fernando Marchant, psicólogo de Centros Médicos Vidaintegra, dice que a medida que el año avanza, el cansancio y el estrés se hacen notar.
“Pese a lo anterior, su intensidad dependerá del tipo de trabajo realizado, las condiciones ambientales a las que se está sometido y a las características de la propia personalidad”, explica.
El profesional advierte que hay un “estrés bueno”, que es el que nos mueve a encontrar un justo equilibrio a la hora de responder a las demandas y exigencias.
Sin embargo, hay otro que es negativo, el cual nos provoca angustia debido a las sobre exigencias.
“El estar expuestos a la rutina en forma permanente, predispone a un agotamiento que es normal sentir. Lo importante es saber que se puede aminorar a través de ciertas técnicas”, apunta.
Dentro de ellas, explica, es importante buscar actividades de placer y recreación, mantener una alimentación saludable, practicar ejercicio físico y ordenar las tareas de acuerdo a prioridades.
ADICCIÓN AL TRABAJO
El especialista hace hincapié en la necesidad de respetar el límite entre el trabajo y el ámbito personal.
“Cuando esto no sucede, se corre el riesgo de mantener una adicción al trabajo; la persona se separa de los lazos familiares, abandona los deberes afectivos con el cónyuge o sus hijos, afectando la normal convivencia familiar”, remarca.
Marchant agrega que además, la persona puede ver deteriorada su salud, afectar la concentración y memoria, pudiéndose presentar ansiedad, insomnio y alteraciones gastrointestinales.
RECOMENDACIONES PARA NO COLAPSAR
► Darse un descanso durante el día. Es muy importante hacer un quiebre dentro de la jornada laboral. Si se está todo el día sentado, es recomendable ponerse de pie y caminar para relajar la musculatura.
► Respirar. Cuando se enfrente una situación complicada o conflictiva, lo recomendable es inhalar y exhalar profundo hasta que se logre la calma.
► Levantarse 15 minutos antes de la hora habitual, para poder tomar desayuno y arreglarse de forma pausada durante la mañana.
► Tratar de, a lo menos, tener un día de la semana de absoluto descanso.
► Expresar los sentimientos: Abrirse a comunicar sentimientos con las personas de confianza, no vivir los problemas en absoluta soledad.
► Desarrollar un plan de trabajo: Se debe priorizar lo que es urgente, siguiendo la secuencia con las tareas que demandan más trabajo y concentración, y dejando lo más liviano para el final del día.
► Tener un hobby: Practicar alguna actividad fuera del ámbito laboral, ya sea artística o deportiva, que produzca bienestar y alegría. Lo ideal es dejar un día establecido de forma fija para esto.
► No se debe sentir culpa al dejar tiempo para el ocio en algún momento del día, ya sea para leer, navegar en internet, ir al cine o hacer cualquier actividad de tiempo libre que se disfrute.
► Seguir una alimentación saludable. Consumir frutas y verduras, evitando frituras y comida chatarra. Se debe evadir el consumo excesivo de cigarrillo y alcohol.
► Pensar positivo. Aunque parezca obvio, es una recomendación que muchas veces olvidamos. Debemos tratar de mantener una visión optimista y alegre durante el día.