Hace ya medio siglo, el 28 de julio de 1967, la nueva Ley de Reforma Agraria, promulgada por el Presidente Eduardo Frei Montalva, transformó a la antigua Dirección General de Agricultura y Pesca del Ministerio de Agricultura, en una persona jurídica de derecho público denominada Servicio Agrícola y Ganadero, SAG.

Desde sus inicios, la institución ha velado por proteger y mejorar la condición fito y zoosanitaria de los recursos productivos, y conservar los recursos naturales renovables del ámbito silvoagropecuario del país, a fin de contribuir al desarrollo sustentable y competitivo del sector.

Es así, como en estos 50 años se han conseguido importantes logros como la erradicación de la fiebre aftosa, lo que nos permite desde la década de los 80, ser reconocidos a nivel internacional como país libre de esta enfermedad. Así mismo, en los 90, Chile es declarado país libre de mosca de la fruta, condición que nos ha beneficiado desde entonces, permitiéndonos llegar a los mercados más exigentes.

En este sentido, los programas de vigilancia y control de enfermedades pecuarias son esenciales, labor que ha permitido que Magallanes tenga la condición de región libre de enfermedades como aborto enzootico ovino, fiebre Q y maedi visna; condición que posibilitó durante el 2016, la exportación de 4000 lanares en pie al mercado ecuatoriano.

Así mismo, existen buenas perspectivas para el ganado bovino en pie, tanto en el mercado nacional como exterior, ello fundamentado tanto en el esfuerzo privado en cuanto a mejoras en las condiciones de transporte y calidad del ganado, como también, en el trabajo y desafío permanente de la Institución, para mantener el status sanitario regional.

Por su parte, el “Sistema de Incentivos para la Sustentabilidad Agroambiental de los Suelos Agropecuarios”, único programa de fomento del SAG, cobra especial relevancia para el desarrollo regional, dado que desde el 2010 a la fecha, ha transferido $3.490.293.279 al sector privado, en el marco de los concursos públicos convocados para fomentar la ejecución de labores para recuperar la productividad de los suelos de uso agropecuarios de la región.

En la misma línea, el área de protección agrícola y forestal ha obtenido positivos avances en la multiplicación del controlador biológico para Hieracium pilosella, cuyo objetivo final, es mejorar la productividad de la pradera natural a través de la supresión de las poblaciones de esta maleza.

A esto se suma, el trabajo continuo que realizan los más de 10 controles fronterizos, terrestres, marítimos y aéreos, permanentes y temporales de la región, que vigilan para evitar la introducción de plagas o enfermedades que puedan afectar a los animales o vegetales y dañar gravemente a la agricultura nacional.

Sin duda, la tarea encomendada hace 50 años a quienes formaron y hoy forman parte de esta gran Institución, no ha sido fácil y en muchas ocasiones se ha presentado compleja, pero al mismo tiempo apasionante, con muchas gratificaciones y de un tremendo aprendizaje que hoy permite el desarrollo y competitividad de la agricultura nacional, ayudando a abrir nuevos y mejores mercados, siempre con el firme propósito de proteger y acrecentar el capital ambiental y fito y zoosanitario del país y guiados siempre por el objetivo trazado por el Ministerio de Agricultura de convertir a nuestro país en una potencia alimentaria y forestal.