2 de junio de 2011
Un triste espectáculo fue el que se vivió en pleno centro de nuestra ciudad, la tarde del pasado lunes. En el sector del puente de calle Bories dos niñas estudiantes de un liceo de Punta Arenas recibieron una golpiza de parte de un numeroso grupo de alumnas, lo que junto con la conmoción ocasionada, obligó a llamar a personal de emergencia médica, para brindar atención a las agredidas, una de las cuales presentaba además una crisis nerviosa. No eran barras bravas, ni enfrentamiento de pandillas, sino que la violencia tuvo como protagonistas a adolescentes liceanas, lo que es un llamado de alerta a toda nuestra comunidad. Si aceptamos ahora, que hasta las niñas arreglen sus diferencias a golpes, al más puro estilo de las tabernas, quiere decir que hemos llegado a un punto en que la violencia es parte de la cultura de nuestra sociedad, en grado tal que ha permeado todos los niveles, grupos etáreos y sociales. Nadie debe sentirse al margen de esta problemática en que todos tenemos responsabilidades, sea por acción u omisión. Naturalmente el desafío primero es para las autoridades que tendrán que analizar lo que está sucediendo, y buscar fórmulas efectivas para pacificar los espíritus. A hechos deplorables como el que hemos comentado, damos hoy nuestra Oveja Negra de Polar.
Inversiones en Puertos Públicos: Camport Advierte Posibles Irregularidades en Convenios del Estado
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