Acabamos de conocer cifras oficiales de Carabineros que señalan que sólo por el delito de conducción en estado de ebriedad, en los primeros cuatro meses de este año, en nuestra ciudad han sido detenidas 135 personas, de las cuales 32 causaron lesiones a personas.
Una conclusión evidente surge a la luz de estas cifras: un número bastante más elevado de conductores ebrios han tenido la suerte de no ser sorprendidos por los uniformados en sus controles de rutina. Es decir, por nuestras calles circula un porcentaje peligrosamente alto de personas guiando un vehículo en estado de intemperancia, lo que constituye un riesgo considerable para el resto de los conductores, quienes en cualquier momento pueden atravesarse en el camino de alguno de estos irresponsables y sufrir una desgracia.
Resulta claro, que a estos sujetos no les sirve ninguna campaña de educación de tránsito, ningún llamado a la responsabilidad, y que sólo cabe sacarles de circulación de manera definitiva.
Sabemos que nuestro país es bastante condescendiente con estos elementos, ya que las sanciones por este delito son irrisorias.
Pareciera que mientras esto no cambie, no disminuirán estos casos, y seguiremos informándonos de accidentes en los que el conductor ebrio es el principal protagonista.
A estas alarmantes cifras dadas a conocer por Carabineros, damos hoy nuestra Oveja Negra de Polar.
