Si nos ceñimos al calendario al invierno le queda poco, para ser precisos un mes. Pero vivimos en Magallanes y bien sabemos que el 21 de septiembre, en estas latitudes la primavera llega aquel día sólo de manera simbólica. Lo más probable es que nuestro impredecible clima todavía nos reserve algunas sorpresas.
Así y todo lo grueso de la presente temporada invernal comienza su retirada.
Este año del bicentenario el invierno ha sido bastante inclemente, con mucha nieve y muy bajas temperaturas. Las huellas de todo aquello han ido quedando en la ciudad, y son visibles. Una de ellas se traduce en la rotura del pavimentos de numerosas calles y sectores de las carreteras, que han hecho retornar los baches en gloria y majestad.
Las grietas en el pavimento o en el asfalto, hasta donde se escurre el agua que luego se escarcha, a poco andar se transforman en hoyos, y luego en trampas para los automovilistas.
Nos parece que se debe realizar un esfuerzo especial para iniciar la reparación de éstos a la brevedad; no sólo para no provocar daños en los vehículos, con las consecuencias onerosas que esto tiene para los bolsillos de sus propietarios, sino que además como una medida de seguridad de tránsito, ya que calles en mal estado favorecen la ocurrencia de accidentes.
A tanto hoyo peligroso en la calzada, damos hoy nuestra Oveja Negra de Polar.