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10 de diciembre de 2008

A LOS PROPIETARIOS DE EQUINOS O BOVINOS QUE QUEDAN SUELTOS Y PROVOCAN SITUACIONES DE RIESGO EN LA RUTA NUEVE.

Lejos ha quedado aquella Punta Arenas de nuestros abuelos, en la que era normal que piños de ovejas circularan por sus calles, como parte de la pujante actividad ganadera de aquellos años. Hoy la ciudad y su periferia se ha […]

Lejos ha quedado aquella Punta Arenas de nuestros abuelos, en la que era normal que piños de ovejas circularan por sus calles, como parte de la pujante actividad ganadera de aquellos años. Hoy la ciudad y su periferia se ha transformado en una urbe moderna con un intenso tráfico vehicular, de manera que calles y carreteras quedan exclusivamente para el uso del gran parque automotriz que existe en Punta Arenas.
Por eso, resulta de gran riesgo que los propietarios de ganado, principalmente ovino o equino, no tomen los resguardos necesarios, y todavía sea posible que en la ruta nueve, tanto al norte como al sur de Punta Arenas, exista la posibilidad de que un conductor se encuentre de improviso con un animal cruzando la calzada. Las probabilidades de sufrir las consecuencias de un accidente por esta causa son reales. Las velocidades a que se circula en estos tramos, hacen que embestir a un animal de gran volumen que se cruza en la carretera, pueda resultar fatal.
Creemos que se requiere exigir a los propietarios de estos animales, que se responsabilicen de mantenerlos en los predios correspondientes, y que impidan que puedan andar libres por calles y caminos. A quienes no están cumpliendo con esta elemental disposición damos hoy nuestra Oveja Negra de Polar.