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30 de octubre de 2008

A QUIENES ROBAN VEHÍCULOS Y LUEGO LES DESTRUYEN.

Levantarse en la mañana y darse cuenta de que el vehículo que se dejó estacionado frente a la casa no está, no es una buena forma de empezar el día. Menos, cuando momentos más tarde se recibe la información de […]

Levantarse en la mañana y darse cuenta de que el vehículo que se dejó estacionado frente a la casa no está, no es una buena forma de empezar el día.
Menos, cuando momentos más tarde se recibe la información de que éste ha sido quemado intencionalmente, abandonado en un sector rural y con serios daños, o que participó en un accidente de tránsito y resultó totalmente destruido.
El más reciente episodio de este tipo se vivió a tempranas horas del pasado lunes, cuando desconocidos robaron una suburbana desde frente a un domicilio del barrio 18 de septiembre y luego de internarlo en un camino secundario, le prendieron fuego, destruyéndolo en su totalidad.
Una herramienta de trabajo, que demandó grandes esfuerzos para su adquisición, destruido por antisociales en cosa de minutos.
La impotencia de los afectados es grande. El trabajo policial, algunas veces tiene éxito, y logra dar con los delincuentes, como ocurrió con los dos que destrozaron sendos vehículos luego de protagonizar un grave accidente en pleno centro de la ciudad, pero la pérdida no se recupera y el daño es irreparable.
La comunidad toda debe colaborar aportando antecedentes para castigar a estos indeseables.
A estos detestables hechos, damos hoy nuestra Oveja Negra de Polar.