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14 de noviembre de 2009

ABUELA CRISTINA CALDERÓN FELIZ POR RECONOCIMIENTO COMO PATRIMONIO INMATERIAL

Su compostura serena no varió. La apacible abuela Cristina Calderón Harban, última hablante Yagán, manifestó su satisfacción ante el reciente reconocimiento hecho por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, en el marco del programa Tesoros Humanos Vivos […]

Su compostura serena no varió. La apacible abuela Cristina Calderón Harban, última hablante Yagán, manifestó su satisfacción ante el reciente reconocimiento hecho por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, en el marco del programa Tesoros Humanos Vivos (THV).

En su casa de villa Ukika, hasta donde llegó este martes el director del Consejo de la Cultura y las Artes Región de Magallanes y Antártica Chilena, Fernando Haro Menenses, en compañía de Paola Grendi, directora del museo Martín Gusinde de Puerto Williams; la auténtica representante de los yámanas, habló acerca de la distinción que trasciende más allá del plano nacional. Posee connotación mundial por cuanto se enmarca en la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial, adoptada por UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en el 2003 y ratificada por 104 estados, entre ellos Chile.

“Bueno, estoy feliz. Pero esto no me lo esperaba. Nunca pensé que ocurriría algo así. Estoy muy contenta. Ya me habían contado en parte, pero no tenía más novedades”, sintetizó la abuela, como la nombran con especial cariño y cuya postulación la presentó el museo Martín Gusinde.

La satisfacción y orgullo también tocó a la familia. Daniel Zárraga Calderón, el cuarto de los siete hijos de la abuela Cristina, comentó acerca de la nominación.

“Claro que estamos contentos. Para mí esto representa un gran orgullo, especialmente por mi ascendencia. Dedo reconocer que antes no había dimensionado la importancia, pero mientras estuve lejos de Puerto de Williams aprendí a valorar aún más mis orígenes. Durante el tiempo que viví en Talcahuano, mucha gente me preguntaba por mi madre y mis antepasados”, expresó Daniel.

Cristina Calderón y la comunidad kawésqar de Puerto Edén (patrocinada por la CONADI), en los canales occidentales de la Patagonia, fueron distinguidos junto al Baile Chino Pescador n°10 de Coquimbo y la cantora campesina Maria Angelina Parra, de Concepción, como Tesoros Humanos Vivos, categoría que otorga el Consejo Nacional de la Cultura en el marco de la Convención de UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial. La selección se realizó entre más de 70 postulantes, presentados a lo largo de todo el país.

El reconocimiento conlleva una transferencia de dinero que es otorgada por una única vez, consistente en $3.000.000 (tres millones de pesos), en el caso de individuos, y $7.000.000 (siete millones de pesos), en el caso de colectivos o comunidades, como contribución al fomento y proyección de dichas expresiones.

El objetivo de esta distinción es poner en valor en la comunidad nacional la riqueza y diversidad identitaria, visibilizando y resaltando públicamente a personas y/o comunidades locales específicas, portadoras relevantes de aquellas manifestaciones no tangibles de nuestro patrimonio cultural, así como fomentar las acciones de rescate y preservación de expresiones en riesgo de desaparecer.

La preocupación por el rescate de las lenguas en peligro de extinción, siendo éstas portadoras de una particular tradición y cosmovisión, justificó la designación de dos exponentes de los pueblos originarios de la Patagonia austral, como son la pequeña comunidad kawésqar y Cristina Calderón, últimos hablantes de kawésqar y yagán, respectivamente. El rescate y transmisión de estas lenguas será abordado por medio de acciones diseñadas en conjunto con la comunidad y ejecutadas con fondos adicionales que el Programa contempla para tal efecto en el caso de personas y/o comunidades distinguidas como THV.

El reconocimiento se hará efectivo en una ceremonia oficial a realizarse la primera semana de diciembre próximo.

El Programa también contempla el registro etnográfico, audiovisual y fotográfico de las expresiones de individuos y comunidades distinguidas, con fines de difusión del Programa y para su incorporación en el Sistema de Gestión del Patrimonio Inmaterial (SIGPA) del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Este registro concluirá en una publicación orientada a la difusión del valor de las comunidades y personas reconocidas por el Programa.

La elección estuvo a cargo de un Comité de Expertos compuesto por Alfredo Prieto, arqueólogo, Director del Centro de Estudios del Hombre Austral, perteneciente al Instituto de la Patagonia de la Universidad de Magallanes; Francisco Gedda, documentalista, realizador del programa “Al Sur del Mundo”; Micaela Navarrete, Directora del Archivo de Tradiciones Populares y Literatura Oral de la Biblioteca Nacional; Celina Rodríguez, Directora del Programa Artesanía de la Escuela de Diseño de la Universidad Católica; Carlos Aldunate, Director del Museo Chileno de Arte Precolombino y Eliana Huitraqueo, Jefa del Departamento de Cultura y Educación de CONADI. En representación de la Ministra de Cultura, Paulina Urrutia, participó el Presidente del Consejo Consultivo Nacional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Hans Schuster.

YAGANES Y KAWESQAR
La etnia Yagán, conocida también como yámana («ser humano») se extendió desde la Península de Brecknock hasta el Cabo de Hornos. A partir de 1885, su población disminuyó irreversiblemente a causa de una epidemia de rubeola. Hoy sólo sobrevive Cristina Calderón Harban. Gracias a ella, lingüistas chilenos rescataron algunas palabras. Sin embargo, dado el escaso número de personas que lo conocen y su nula puesta en práctica, el yagán se considera extinguido.

Kawésqar: Lengua propia de los alacalufes o «nómades del mar». Habitaron la Región de los Canales hasta las costas del Golfo de Penas. En 1936 se radicaron en la isla Wellington. En 1948 los afectó una grave epidemia, y en 1954 se contabilizaban sólo 61 alacalufes. Actualmente viven en Puerto Edén seis kawésqar «puros» que dominan su lengua, por lo que está en inminente peligro de desaparecer.