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7 de mayo de 2008

AL VACÍO LEGAL QUE PERMITE QUE ANTENAS DE TELEFONÍA CELULAR SE PUEDAN LEVANTAR EN CUALQUIER PUNTO DE LA CIUDAD.

Explicable es la indignación que muestran los vecinos del sector de Gobernador Viel. Hace algunos meses alzaron la voz, y denunciaron y se manifestaron en contra del intento de instalar una antena en un sitio que – según oportunamente señalaron […]

Explicable es la indignación que muestran los vecinos del sector de Gobernador Viel.
Hace algunos meses alzaron la voz, y denunciaron y se manifestaron en contra del intento de instalar una antena en un sitio que – según oportunamente señalaron – era el único de que disponían para el esparcimiento de jóvenes y niños, y que proyectaban como una plazoleta o multicancha. La oportunidad con que entonces se movilizaron permitió que en pocos días, grandes camiones retiraran – tan subrepticiamente como allí llegaron – grandes estructuras destinadas a levantar allí una antena de telefonía celular.
Fue muy satisfactorio para ellos, doblarle la mano al poderío de una gran empresa, y las cosas parecieron quedar resueltas.
Sin embargo, esta retirada resultó no ser otra caso que un ardid, para elaborar una estrategia que hiciera salirse con la suya a la poderosa empresa. En cosa de horas – y cuando ya nadie se lo esperaba – la antena, cual callampa después de la lluvia – surgió imponente, levantada en el mismo terreno cuestionado. Ahora, y aunque saben que son David enfrentándose a Goliat, han vuelto a organizarse u movilizarse.
Puede que no logren nada, ya que la ley tiene vacíos tales, que frente a hechos como estos todos estamos bastante desamparados.
A esta situación, que hoy afecta a estos vecinos, pero que mañana puede perjudicar a cualquiera de nosotros, damos nuestra Oveja Negra de Polar.