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30 de octubre de 2014

COMERCIO MOTIVO 1° DE NOVIEMBRE

Estimados lectores, debo transmitir mi molestia y pesar por una situación que ocurre año a año en una de las principales avenidas de la ciudad. Tengo ciertas amistades que gustan de viajar por el mundo y por nuestro hermoso país. […]

Estimados lectores, debo transmitir mi molestia y pesar por una situación que ocurre año a año en una de las principales avenidas de la ciudad.
Tengo ciertas amistades que gustan de viajar por el mundo y por nuestro hermoso país. Es así como esta semana recibí a un amigo suizo, quien llegó a nuestra ciudad luego de realizar las siguientes paradas y visitas: Lago Titikaka (Bolivia), Machu Pichu (Perú), pueblos aledaños del norte chileno, Puerto Montt, Volcán VIllarrica y Chiloé.
La idea, luego de recorrer todos estos parajes era finalizar en la Patagonia su recorrido para conocer Punta Arenas, Puerto Natales y Calafate.
Como buen anfitrión decidí acompañarlo a un recorrido a pie por el centro, ruta que inició en el ovejero hasta la plaza de armas. Caminábamos y le mostré orgulloso nuestro aguerrido ovejero, unos pasos más le señalé que no podía irse sin visitar nuestro bello cementerio, luego quedó sorprendido por el edificio bioclimático, un par de metros ya me quedé callado, y él por respeto no me pregunto nada más. Al parecer se dió cuenta que me daba verguenza el espectáculo que se presentaba por largas cuadras, frente a nuestros ojos.
Este espectáculo es el que año a año por estas fechas, se hace presente en nuestra Avenida Bulnes, chozas, habitáculos, improvisados ranchos, o cobertizos, de los más disimeles materiales y colores, se instalan y corrompen la belleza visual de las arboledas.
Se habla mucho de la contaminación del aire, del agua, acústica,etc., pero nadie se preocupa de la contamianción visual, que afecta el entorno de nuestra ciudad.
No estoy criticando a la esforzada gente que cultiva, cuida y vende sus flores, ese no es el tema, ello ejercen su negocio estoicamente bajo la lluvia y nieve , brindando un servicio a todos los dolientes que concurren al cementerio los 1° de noviembre de cada año.
Mi crítica va dirijida a la autoridad que otorga los permisos y patentes para instalarse en este lugar, está bien que se instalen allí, pero por que no estandarizar un formato único de stand de venta, con uniformidad en los materiales y colores; acorde a las condiciones visuales de una Avenida principal, entrada a nuestra ciudad.
Dese el tiempo de recorrer en auto o a pie, esta avenida y se dará cuenta que tengo razón, ya es tiempo que dejemos de hacer las cosas al lote, y «pongámosle» un poquito de amor a nuestra ciudad. Porque esperar que vengan los extranjeros a enseñarnos como cuidar nuestro entorno.

ALVARO MOHENA