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4 de marzo de 2009

CÓMO FUE EL FALLIDO RESCATE DEL BARCO QUE SE HUNDIÓ CON ORO EN EL ESTRECHO

Por: Leo González Pérez (Clarín.com) Ahora, Clarín tuvo acceso en forma exclusiva a un documento que aporta un valioso testimonio. Se trata de una declaración presentada ante organismos oficiales de Río Gallegos por Sergio Mayorga, capitán del remolcador chileno Beagle. […]

Por: Leo González Pérez (Clarín.com)

Ahora, Clarín tuvo acceso en forma exclusiva a un documento que aporta un valioso testimonio. Se trata de una declaración presentada ante organismos oficiales de Río Gallegos por Sergio Mayorga, capitán del remolcador chileno Beagle. Ese buque había encontrado al Polar Mist abandonado, y lo estaba remolcando hacia la costa de Río Gallegos cuando el pesquero cargado de metales preciosos primero se ladeó y luego se hundió, arrastrando al Beagle hasta que no tuvieron más remedio que cortar el cable que los unía.

En el escrito se realiza una detallada cronología de cómo fueron los hechos desde que el Beagle partió desde Punta Arenas hasta su llegada a Río Gallegos, después del naufragio del Polar Mist.

Cuenta Mayorga en su testimonio que el viernes 16 de enero recibió de la agencia Ultramar (operadora del remolcador Beagle) la instrucción de zarpar hacia el puerto de Punta Quilla, en Santa Cruz. Y que a las 20:45 de ese día zarpó desde Punta Arenas. Sigue el capitán señalando que a las 7:50 del 17 de enero se reportó al faro argentino de Cabo Vírgenes e informó el destino de su travesía.

Pero diez minutos después, recibió un llamado por teléfono satelital en el que la agencia Ultramar le ordenaba desviar su rumbo para intentar tomar fotografías del Polar Mist, «el cual se encontraría abandonado por su tripulación y semi sumergido», señala el documento. El capitán del Beagle avisó entonces al faro de Cabo Vírgenes su nuevo rumbo hacia el Polar Mist, y recibió desde allí autorización para seguir adelante.

Casi exactamente al mediodía del 17 de enero, la tripulación del Beagle vio al Polar Mist y comenzó a acercarse a él. Cuando estaban a unos cien metros del pesquero cargado con oro, Mayorga se dio cuenta de que el barco abandonado tenía sus máquinas encendidas y estaba navegando en círculos. Así lo había dejado su tripulación, al ser rescatada en medio de una tormenta, para que consumiera su combustible y no produjera un derrame en caso de hundirse.

Siempre según el documento presentado por el capitán, a las dos de la tarde del 17 de enero dos tripulantes del Beagle lograron abordar el Polar Mist y, en pocos minutos, consiguieron detener sus motores. Enseguida lo inspeccionaron, y a las tres de la tarde Mayorga se comunicó con la agencia Ultramar en Punta Arenas para pedir instrucciones, ya que había «tomado a remolque» al Polar Mist porque las condiciones climáticas le hacían prever que el pesquero abandonado podría transformarse «en un peligro para la navegación», y porque quería evitar una «catástrofe ambiental».

A las 16:30, siempre del sábado 17 de enero, el capitán del Beagle puso al tanto de la situación al faro de Cabo Vírgenes, que una hora y quince minutos después le ordenó dirigirse a la rada exterior de Río Gallegos, orden que el Beagle cumplió de inmediato.

Aquí, llega la parte crucial de esta cronología documentada. A las once y media de la noche desde el Beagle vieron que el Polar Mist presentaba una leve inclinación a babor, con un mar bastante agitado. Enseguida el documento señala: «Que siendo las 24:00 horas del día 17 de enero, el Polar Mist entra en emergencia y presenta una escora de aproximadamente 10° a la misma banda». Luego, a las 0:05 del domingo 18 de enero, el «Polar Mist» comienza a hundirse

Finalmente, se consigna que a las 0:50 «se decide cortar el cable de remolque con oxiacetileno, ya que la nave remolcada comienza a arrastrar al remolcador». Y que posteriormente al corte del cable, la nave remolcada y su preciada carga desaparecen totalmente de la superficie del mar.