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4 de marzo de 2013

DENUNCIA

Sr. Director: El domingo 3 para aprovechar la linda tarde, fuimos con mi familia a Austrozoo, ubicado en el km. 15 ½ norte. Conocíamos el lugar, pues hace unos 4 años lo visitamos y era muy agradable. Nada de ello […]

Sr. Director:

El domingo 3 para aprovechar la linda tarde, fuimos con mi familia a Austrozoo, ubicado en el km. 15 ½ norte. Conocíamos el lugar, pues hace unos 4 años lo visitamos y era muy agradable. Nada de ello queda ahora. Atendido sólo por la mujer de recepción y su marido, encargado de guiar la visita, dista mucho de lo de antaño, cuando a cada grupo familiar lo guiaba alguien explicando todo del parque, especies que exhiben y cuál era su origen. Recuerdo que nos gustó sobre todo la gran cantidad de aves, distintas razas de gallinas, patos, pavos y sobre todo, los hermosos y coloridos faisanes, aves muy exóticas. Cada especie estaba en distintos corrales y con letreros se indicaba sus nombres. Ahora las especies se encuentran mezcladas, los nombres ya no corresponden y lo peor, las jaulas se encuentran muy sucias, el lugar entero está muy descuidado.

Pero lo que realmente nos molestó fue la actitud del “guía” del parque. Al llegar, notamos que el hombre tenía evidente hálito alcohólico y estaba muy desaseado (no en condiciones de atender turistas). Pudimos dejar pasar eso, pero en el corral donde se encuentran los lanares había un conejo silvestre y él se empeñó en perseguirlo, entró a la jaula y para nuestra sorpresa y horror, provisto de un palo lo mató ante nosotros, pese a que cuando percibimos sus intenciones le gritamos que no lo hiciera. Fue terrible, estábamos con una niña de 8 años que quedó muy impactada. El sujeto señaló que la semana anterior ya había comido conejo, y al ver nuestra molestia tiró el cuerpo del conejo dentro de una jaula, luego pudimos ver sólo su pata ensangrentada, y se retiró del lugar.

No soy particularmente animalista, pero no tolero los abusos y menos la barbarie. Uno sabe que es habitual para algunas personas cazar y comer animales silvestres, pero no debió hacerlo frente a nosotros mientras guiaba la visita. El lugar se vende como “la granja educativa más austral del mundo”, por favor ¿qué clase de educación es esa? ¿Qué tal si lo hace frente a los turistas nacionales o extranjeros que visitan el zoológico?

Responsabilizo a la sociedad Encalada y Araya Ltda., dueña de parque, por mantenerlo en pésimas condiciones y carente de personal idóneo para la atención de público. Ni pensar en quedarse a la cafetería, cosa que antes se podía hacer, cuando lo administraban otras personas era un lugar muy hermoso para pasar una agradable tarde. Sobra decir que para nada vale los tres mil pesos que cobran de entrada a los adultos y dos mil a los niños.

Del mismo modo insto a las autoridades sanitarias a darse una vuelta por el lugar, probablemente encuentren muchas deficiencias en el mismo.

Una lástima, que en una ciudad donde hay tan pocos lugares donde pasar las tardes al aire libre, en familia, hayamos tenido que ser testigos de la brutalidad del “chacal de Austrozoo”.

Saludos cordiales,

Lorena Díaz Loaiza
10.541.732-2