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2 de agosto de 2016

EL 1 DE AGOSTO DE 1939 HITLER FIRMA UN DECRETO DECLARANDO LA SOBERANÍA EN ANTÁRTIDA

El gobierno alemán, encabezado por Adolf Hitler, promulga un decreto mediante el cual se apropiaba formalmente de Nueva Suabia, como habían bautizado los alemanes a la región antártica, que también era reclamada por Noruega. Esta disposición alemana puso en evidencia […]

El gobierno alemán, encabezado por Adolf Hitler, promulga un decreto mediante el cual se apropiaba formalmente de Nueva Suabia, como habían bautizado los alemanes a la región antártica, que también era reclamada por Noruega.
Esta disposición alemana puso en evidencia un conflicto latente por la soberanía antártica que enfrentaba a las potencias de la época.
Unos meses antes, el rey Haakon de Noruega había proclamado que “parte de la costa del continente antártico que se extiende desde los límites de las dependencias de las islas Falkland al oeste (límite de la tierra de Coats) hasta la dependencia antártica australiana al este (45° Long. E.) con la tierra que se extiende dentro de la costa y el mar circundante, sea sometida bajo soberanía noruega” (Pablo Fontana. La pugna antártica).
La decisión del gobierno noruego pretendía anticiparse al plan de Hitler de establecerse en la Antártida. Haakon contaba con la complacencia británica y norteamericana, a quienes había dado salvaguardas de no cuestionar sus reclamos territoriales en el continente blanco, asegurando que la partición de la Antártida se desarrollaría en forma amistosa.
El gobierno alemán ignoró la proclama y organizó una expedición a la zona, como afirmación de sus derechos sobre la región, que “debía partir a más tardar el 15 de noviembre de 1939 para empezar el 20 de diciembre con los trabajos de exploración. La duración total de la expedición sería de cinco meses con un tiempo estimado en las aguas antárticas de seis semanas (…) que se retornaría por el Cabo de Hornos y la Isla Pedro I, navegando también por aguas territoriales argentinas” (op. cit.).
Pero, el conflicto que había estallado tuvo un agravamiento inesperado cuando la Unión Soviética “informó su oposición a la anexión por parte de otros países de “todas” las tierras que sus navegantes hubiesen podido adquirir por descubrimiento. Esta declaración significaba un cambio importante…” (op. cit.).
La crisis internacional se profundizó, y dejó en un segundo plano a la disputa antártica, cuando los alemanes atravesaron la frontera noruega, el 9 de abril de 1940, e invadieron el país, manteniendo su ocupación durante los cinco años venideros.
Las pretensiones territoriales sobre el continente se congelaron al firmarse el Tratado Antártico, el 1 de diciembre de 1959.