0d48ec9d-a119-4787-8781-70de66845b73-medium-standard-q100.png

8 de mayo de 2016

EL 6 DE MAYO DE 1892 POPPER PIDE PERMISO PARA INSTALAR UNA FACTORÍA EN LA ANTÁRTIDA

Este día, el rumano Julio Popper solicita la autorización del Ministerio del Interior para concretar la instalación de “una factoría ballenera y foquera en la Antártida. Pero el emprendimiento no pudo ser concretado por el fallecimiento” del rumano, que se […]

Este día, el rumano Julio Popper solicita la autorización del Ministerio del Interior para concretar la instalación de “una factoría ballenera y foquera en la Antártida. Pero el emprendimiento no pudo ser concretado por el fallecimiento” del rumano, que se produjo el siguiente año (Pablo Fontana. La Pugna Antártica).
En su solicitud, Popper no pidió “más primicias para la empresa que las que resultan de la estricta observación de los preceptos constitucionales argentinos, sobre todo en los que se refieren a la propiedad privada”.
El rumano sostuvo que en “el extremo antártico del océano Atlántico, a cuatrocientas ochenta millas marítimas, o sea a dos días de viaje, al sur de la isla de los Estados, existe un grupo de islas y tierras que no han sido aún exploradas y cuya extensión austral se desconoce en absoluto (…) En las exploraciones que desde hace siete años he seguido efectuando en los mares australes he reconocido el citado grupo de tierras”. Los sitios que enumeraba incluían el mar de Ross, tierra de Wilkes, península de Graham, islas Shetland, Orcadas, Georgias y Sándwich del Sur, con algunos datos sobre límites de hielos, isotermas de cero grado, etc., información que indicaba un conocimiento bastante avanzado para la época, destacándose un recorrido marcado desde Tierra del Fuego a las Shetland, con fecha de 1888, lo que indicaría que él lo habría realizado a bordo de un buque lobero, o que la información finalmente la habría obtenido de esas fuentes.
Además, en la misma carta, consideraba que las Shetland, Orcadas y Tierra de Graham pertenecían a la Argentina por estar situadas al este del cabo de Hornos y excluía la Tierra de Alejandro I, por estar al oeste. Por otra parte, decía que Gran Bretaña había ocupado las Malvinas y agregado las islas Georgias y Sándwich del Sur, que hasta la fecha permanecían abandonadas sin que nada justifique su ocupación.
Aunque el pedido fue archivado, una nueva solicitud para seguir efectuando expediciones científicas fue respondida y autorizada con premura para “hacer las exploraciones que solicite en las islas y las tierras que se encuentran al sur de Tierra del Fuego, en los mares australes del océano Atlántico, sin que ello importe concederle derechos ni remuneración alguna por parte de la Nación debiendo hacerlas de su propio pecunio”.