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25 de octubre de 2012

EL EFECTO ELOISA

La dirigenta nacional de los estudiantes secundarios Eloisa González ha ganado resonancia pública con un inédito llamado a “funar” y a no concurrir a las elecciones municipales, convocatoria que ha desencadenado un debate público. Ella expresó en este sentido: “Buscamos […]

La dirigenta nacional de los estudiantes secundarios Eloisa González ha ganado resonancia pública con un inédito llamado a “funar” y a no concurrir a las elecciones municipales, convocatoria que ha desencadenado un debate público. Ella expresó en este sentido: “Buscamos seguir apuntando a la nula respuesta por parte de las instituciones políticas y las autoridades en esta temática”.

Pero, ¿éste es el mejor camino para obtener soluciones a las demandas ciudadanas?

Digámoslo de inmediato: no nos gusta la sola idea de interrumpir el proceso electoral mediante recursos y acciones legalmente criticables.

La democracia no se defiende con menos democracia ni con acciones antidemocráticas, sino con más democracia.

No obstante, creemos que el “efecto Eloisa” proviene legítimamente de un malestar de los estudiantes de liceos ante la falta de respuesta a sus propias demandas y propuestas por parte de la autoridad, pero hay que decir también con todas sus letras que los estudiantes de liceos, de tercero o cuarto medio, mayoritariamente no han cumplido los 18 años de edad, luego en puridad jurídica no son electores ni ciudadanos todavía, y por lo tanto, pretender interrumpir el acto eleccionario que la mayoría de la ciudadanía pretende cumplir, escapa a lo que todos esperamos del comportamiento cívico necesario en una democracia.

Es cierto que los estudiantes secundarios no han sido escuchados en sus demandas, pero la sordera en democracia no se combate con mayor sordera e intransigencia, sino con el ejercicio de los derechos democráticos propios de una sociedad libre.

Hace ya más de seis años que los estudiantes y sus dirigentes vienen reclamando la desmunicipalización de liceos y colegios, y la falta de respuestas coherentes y consistentes de los sucesivos gobiernos, justifica la intranquilidad y hasta el cansancio de los lideres estudiantiles.

Sin embargo el llamado “efecto Elisa” no contribuye a fortalecer nuestra imperfecta democracia y atenta contra la elección de los concejales y alcaldes que después tendrán que ejecutar la desmunicipalización que los mismos estudiantes reclaman.

En las condiciones de una democracia que necesita constantes perfeccionamientos y reformas que la profundice y fortalezcan, resulta legítimo que los estudiantes de liceos llamen a no votar a los ciudadanos, pero de ahí a traspasar la frontera de la ilegalidad con acciones que puedan entorpecer el ejercicio del sufragio, hay un paso que seguramente la mayoría ciudadana –esa poderosa y a veces silenciosa mayoría de los votantes y electores- no desea traspasar, aunque compartan las aspiraciones estudiantiles.

Punta Arenas – Magallanes, 25 de octubre de 2012.

CIUDADANO POLAR
ciudadanopolar@radiopolar.com