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20 de marzo de 2017

EN MARZO DE 1896 ACUSAN A NATIVOS DE DESTRUIR LOS ALAMBRADOS DE LAS ESTANCIAS

Sucesivas cartas entre el gobernador territorial Pedro Godoy y el Ministerio del Interior dan cuenta de la preocupación creciente por las manifestaciones de resistencia que llevaban a cabo los nativos fueguinos. En una de ellas, fechada este día, se sostiene […]

Sucesivas cartas entre el gobernador territorial Pedro Godoy y el Ministerio del Interior dan cuenta de la preocupación creciente por las manifestaciones de resistencia que llevaban a cabo los nativos fueguinos. En una de ellas, fechada este día, se sostiene que “hace algunas semanas robaron en el establecimiento, un buen número de animales y destruyeron por mero gusto dos millas del alambrado”.
En el mismo sentido, unos días antes testimoniaban: “destruyen los alambrados y los cercos (…) destruyen e inutilizan, a veces, hasta quinientas y mil ovejas”.
En un reclamo formulado por “el directorio de la Explotadora en su presentación al Presidente de la República expresaba a propósito de pérdidas que los indios ya habían robado 20.000 ovejas y destruido millas y millas de cercos de alambres” (Romina Casali. Contacto interétnico en el norte de Tierra del Fuego: Primera aproximación a las estrategias de resistencia selknam).
El avance de la ocupación territorial producido por los europeos, sobre el espacio vital de los nativos que les permitía sostener su milenario sistema de vida, comenzó a plantear reacciones violentas de parte de los fueguinos ante el acorralamiento que sufrían.
No obstante, la desproporción de recursos puestos en juego auguraba un rápido y sangriento desenlace.
Estas denuncias formuladas por los estancieros surtieron el efecto buscado en las autoridades, que pusieron en marcha la acción represiva estatal tanto chilena como argentina para imponer el orden requerido por los ganaderos.
Pero, muchas de esas apreciaciones fueron extremadamente exageradas por los hacendados, imponiendo una situación que distaba de la realidad. En una carta escrita por Mauricio Braun, confesaba: “efectivamente los indios nos han molestado bastante pero no nos han robado todavía tantas ovejas como se dice; en estos momentos convenía exagerar las cosas para que el Gobierno tomara algunas medidas pero en realidad hasta hoy no hemos perdido más de cien ovejas durante todo el tiempo con los indios” (agosto de 1894).
Años más tarde, el balance fue más preciso:” Las pérdidas de ovejas tanto por robo como por deterioro a manos de los indígenas no llegaron a 2.000 cabezas en el lapso comprendido entre 1894 y 1900”.

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