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23 de septiembre de 2014

EN SEPTIEMBRE DE 2005 PUBLICAN EXPEDICIÓN FAGNANO, QUE RELATA LA TRAVESÍA DEL LAGO

Alrededor de esta fecha, sale de la imprenta la primera edición del libro Expedición Fagnano. Aventura extrema en el sur del mundo, de Roberto Daniel Berbel, que relata las vicisitudes de la circunnavegación del lago más grande de Tierra del […]

Alrededor de esta fecha, sale de la imprenta la primera edición del libro Expedición Fagnano. Aventura extrema en el sur del mundo, de Roberto Daniel Berbel, que relata las vicisitudes de la circunnavegación del lago más grande de Tierra del Fuego, a bordo de una embarcación a pedal.
Berbel comenzó esta inédita navegación el 7 de marzo de 2004, junto a Gerardo Rafael Medrano y Daniel Milessi. La singular embarcación había sido utilizada en un emprendimiento turístico en la laguna Verde, sobre la ruta 3, y fue restaurada para emprender esa inédita travesía.
Inicialmente, contaron con una embarcación de apoyo, pero luego de una jornada de navegación, su propietario “decidió que nos abandonaría por razones personales” y cuando arribaron una playa larga “nos dejó con todos nuestros petates tirados en la playa, como náufragos”.
Cuando ya estaban dispuestos a abandonar la misión, surgió la providencial colaboración del prefecto Medrano, quien se ofreció a asistirlos con “un Zodiac de siete metros con dos motores fuera de borda”.
Superando estos contratiempos, pudieron avanzar hasta el límite con Chile, donde se toparon con la paradoja de que eran autorizados a continuar por las autoridades trasandinas pero no por las argentinas. Entonces decidieron cumplir sólo “con el perímetro del lago que le corresponde a la Argentina”.
En un momento de la travesía, cuando arribaron al antiguo puerto Martínez Martos, “que durante muchos años proveyó de madera de lenga y coihue al aserradero asentado a un lado del destacamento de prefectura en la costa sur (…) encontramos un rancho derruido, unas viejas ollas (…) Trataba de imaginarme cómo habrá sido la vida diaria de los obreros que aquí laboraban. Era un claro del monte donde se notaba que a fuerza de pala habían bajado parte de la montaña para poder desembarcar”.
En otro tramo, “sentimos debajo nuestro un sonido gutural que salía del interior de la tierra y casi podríamos asegurar que eran pequeños ajustes de las placas. Hay que recordar que por el centro del lago cruza la falla de Magallanes”.
El 20 de marzo los intrépidos navegantes retornaron al punto de partida, luego de haber recorrido unos 260 kilómetros, de haber tomado contacto con los escasos pobladores de la zona y de haberse maravillado de las increíbles bellezas del paisaje.