0d48ec9d-a119-4787-8781-70de66845b73-medium-standard-q100.png

22 de febrero de 2013

ENCUENTRAN PEZ LUNA EN EL CANAL BEAGLE

Ushuaia – Diario del Fin del Mundo. Se trata de un pez Luna o pez mola, que normalmente habita aguas cálidas y templadas, que hasta el momento nunca había sido avistado en esta zona. La semana pasada el curioso hallazgo […]

Ushuaia – Diario del Fin del Mundo.

Se trata de un pez Luna o pez mola, que normalmente habita aguas cálidas y templadas, que hasta el momento nunca había sido avistado en esta zona. La semana pasada el curioso hallazgo movilizó a los expertos del CADIC. El animal pesaba 110 kg y 1,40 metros de largo.
El pez Luna o pez mola es una especie que normalmente habita aguas cálidas y templadas. Pero donde nunca había sido registrado es en la latitud del Canal Beagle. Al revisar los sitios más australes donde fue avistado alguna vez, aparece la Península Valdez, en la costa patagónica, como el punto que indica su límite sur de distribución a escala global. Por este motivo, el hallazgo de un espécimen muerto en cercanías de Ushuaia se convierte en una noticia de sumo interés para todos los investigadores de la vida marina.
Según lo averiguado por EDFM, el jueves de la semana pasada, el hallazgo movilizó a los expertos del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) cuando Carlos Giuggia, buzo profesional, se comunicó con el Laboratorio de Ecología, Fisiología y Evolución de organismos acuáticos del CADIC, para consultar si su avistaje de un pez no conocido en la zona podría tratarse del enorme “pez luna”. La especie es una de las más conocidas entre los interesados en la fauna marina, no por su frecuencia de aparición, sino por su gran tamaño.
Dado que su distribución no abarca esta zona, Daniel Fernández y Fabián Vanella, investigadores del CADIC–CONICET, manifestaron su interés en intentar el traslado del ejemplar para su estudio. El viernes, con el ejemplar ya en las instalaciones del CADIC, se realizaron las observaciones de rigor y luego se procedió a su disección, tarea que permite conocer muchos aspectos que revelan características de la especie. “El ejemplar hallado resultó ser una hembra, de 110 kg de peso y 1,40 metros de largo” afirmó Fernández.
En cuanto a otras características, el investigador agregó que tiene una flotabilidad bastante neutra, ya que gran parte de su esqueleto óseo (es un pez de los llamados teleósteos que presentan un esqueleto de este tipo) está, en el caso de esta especie, remplazado por tejido cartilaginoso. Se trata de una adaptación para adquirir mayor flotabilidad, especialmente importante en especies que viven asociadas a la superficie o a las capas poco profundas de los océanos. Éste fue el caso del pez luna hallado por Giuggia.
Un aspecto importante es el aporte que este hallazgo significa en cuanto a la distribución de la especie, sobre la cual los investigadores realizarán una comunicación a publicar en algún medio especializado.
Para Fernández “este dato aislado puede no significar nada, pero es importante comunicarlo al resto de la comunidad científica porque sólo de esta manera pueden establecerse patrones globales de distribución de las especies y así reconocer potenciales cambios de temperatura, salinidad, corrientes, etc. Que son imposibles de discriminar para un investigador que trabaja en una localidad particular”, concluyó.
Vale destacar que participaron en la tarea de traslado y disección Mariela Victorio, Cecilia Alonso y Patricio Alonso, a quienes los investigadores desean expresar su agradecimiento.

Sobre la especie

El pez luna, cuyo nombre científico es Mola mola, pertenece al grupo de los peces con aletas con radios, siendo una especie relacionada por ejemplo con los peces globo (pufferfishes) y habita en aguas subtropicales (12°C a 25°C). El ejemplar de mayor tamaño conocido alcanzó los 3,33 metros y pesó 2.600 kilogramos. Se lo considera el pez óseo más pesado y no se conoce cuando alcanza la madurez sexual. Las hembras son más grandes que los machos.
Su cuerpo no está recubierto de escamas sino de una piel elástica muy gruesa y áspera. Las aletas están muy bien desarrolladas y le permiten alcanzar buenas velocidades de natación. Tiene una boca pequeña con dientes fusionados semejantes al pico de un loro. La vesícula de gas o natatoria está ausente en los adultos.
Es un pez considerado tímido, aunque en algunos casos se familiarizan con los buzos. Cuando se encuentra en la superficie, deriva recostado, flotando; mientras que en la columna de agua o a grandes profundidades (fue filmado a 480 metros de profundidad) nada con gran desenvoltura. Su alimentación se basa en otros peces, moluscos, zooplancton, medusas y crustáceos.
Aunque no es muy utilizado culinariamente, para ciertos grupos es un plato exquisito pero que debe prepararse cuidadosamente ya que siendo cercanos a otras especies que presentan toxinas, la existencia de las mismas no puede descartarse.