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4 de septiembre de 2012

ENERGÍA Y DESARROLLO PARA MAGALLANES: UNA MIRADA PROSPECTIVA

La cultura chilena y nuestra sociedad se caracterizan por el predominio de la mirada de corto plazo y por nuestra capacidad casi congénita de carecer de una perspectiva de largo plazo. Uno de los tópicos donde se nota ese sentido […]

La cultura chilena y nuestra sociedad se caracterizan por el predominio de la mirada de corto plazo y por nuestra capacidad casi congénita de carecer de una perspectiva de largo plazo. Uno de los tópicos donde se nota ese sentido del inmediatismo es en materia energética.

La región de Magallanes ha sido históricamente desde sus orígenes pioneros una zona productora de recursos energéticos, desde el carbón (desde 1860 en adelante) hasta el gas natural y el petróleo (desde mediados del siglo XX) y sin embargo, la región parece carecer de una política estratégica sobre nuestra propia matriz energética hacia los siguientes 20, 30 ó 40 años.

Necesitamos como región una mirada prospectiva, una reflexión colectiva acerca de los futuros posibles, en la que participen todos los actores sociales, políticos y económicos y que incorpore todos aquellos escenarios y tendencias más plausibles que se manifiestan hoy en materia energética y que seguirán teniendo efectos en los decenios venideros.

Las opciones energéticas para Magallanes son muy variadas pero requieren de decisiones políticas y de inversión, en investigación y en proyección futura, que nos pudieran permitir pasar desde la actual matriz energética regional basada casi exclusivamente en hidrocarburos o sea una matriz centrada en recursos energéticos no renovables, como es la que hoy tenemos, hacia una matriz energética renovable basada en nuestras propias energías limpias o menos contaminantes como la eólica, solar o mareomotriz, entre otras.

Si la estructura económica de Magallanes en los próximos veinte años -digamos al 2032- se ira modificando gradualmente desde la extracción de recursos naturales primarios (pesca, salmonicultura, maderas, ganadería) hacia la creciente incorporación de valor agregado a nuestros productos regionales, como consecuencia de nuestra creciente inserción en los mercados globalizados, necesariamente nuestra base industrial demandará más energía y entonces se abre la oportunidad estratégica de ir incorporando nuevas fuentes energéticas de las que nuestra naturaleza es tan pródiga.

Ninguna estrategia de desarrollo regional puede concebirse sin una mirada prospectiva, es decir, de largo plazo, acerca de la matriz energética que servirá de base para la producción y los servicios que le darán vida a la actividad económica de la región. Y es en este contexto en que necesariamente y en algún momento, los magallánicos tendremos que pensar nuestra matriz energética futura y avanzar en transformar nuestra vieja Empresa Nacional del Petróleo (en un país y una región que casi no producen petróleo) en una Empresa Nacional de Energías.

Esa reflexión e investigación prospectiva la hacen sistemáticamente desde hace muchos años las grandes corporaciones globales, las grandes empresas tecnológicas y energéticas y los gobiernos de los países desarrollados ¿y porqué no podría hacerla el gobierno regional incorporando el aporte del plantel profesional y académico magallánico y de otras regiones de Chile?

En la medida en que los hidrocarburos se van haciendo cada vez más caros, más costosos para producirlos, más inciertos en su uso por la reducción de las reservas y por la creciente mentalidad ecológica y ambiental que se incorpora en nuestra cultura, necesariamente tenemos el deber de pensar y repensar nuestra matriz energética futura.

Tenemos el deber de decir que en materia energética, el futuro no nos espera, porque el futuro ya es ahora.

Punta Arenas – Magallanes, septiembre 4 de 2012.

CIUDADANO POLAR
ciudadanopolar@radiopolar.com