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1 de junio de 2014

ESCOLARES VAN TRAS LAS LENGAS PERDIDAS

Estudiantes de enseñanza básica y media visitaron el Parque Nacional Torres del Paine para ayudar a la Agrupación Medio Ambiental, AMA, en la implementación de un huerto-semillero de lengas, una actividad que contó con el apoyo del Proyecto Asociativo Regional […]

Estudiantes de enseñanza básica y media visitaron el Parque Nacional Torres del Paine para ayudar a la Agrupación Medio Ambiental, AMA, en la implementación de un huerto-semillero de lengas, una actividad que contó con el apoyo del Proyecto Asociativo Regional Magallanes y Antártica Chilena, del Programa EXPLORA–CONICYT.
Es 27 de diciembre de 2011, unas llamas se divisan en las cercanías del Lago Grey, en el Parque Nacional Torres del Paine. Poco tiempo después estas llamas se dispersan por todo el sector y se convierten en uno de los incendios forestales más extensos registrados en Chile: 17.600 hectáreas son devastadas por el fuego.
Una vez pasada la catástrofe, la Agrupación Medio Ambiental (AMA) pensó que lo mejor sería desarrollar un huerto-semillero de lengas, para ayudar a obtener plántulas y semillas, y así reforestar y recuperar el entorno natural que existía en el sitio, antes de éste y los otros incendios que lo han afectado. La idea recibió el apoyo financiero del Fondo de Protección Ambiental, del Ministerio del Medio Ambiente, y durante este año se han dedicado a hacer realidad el proyecto.
AMA decidió invitar a alumnos y profesores de Punta Arenas a que colaboraran en este empeño, y para ello solicitó la ayuda del Proyecto Asociativo Regional Magallanes y Antártica Chilena, del Programa EXPLORA–CONICYT, por su estrecha y larga vinculación con las instituciones educacionales. Es así como durante un fin de semana, 40 escolares llegaron hasta la Estancia Cerro Paine, de dicho Parque Nacional, con el deseo de cooperar en la tarea medioambientalista que lleva a cabo esta agrupación.
Estudiantes de diferentes niveles educacionales, de la escuela Pedro Pablo Lemaitre, del Colegio Luterano, y del Liceo Experimental, se instruyeron en la utilización de herramientas y técnicas para lograr que estas semillas y plántulas se eleven hasta las alturas de la Patagonia. Según explica Nelson Bahamonde, integrante de esta agrupación, “los invitamos a trabajar en la implementación del huerto, y con ellos estuvimos preparando el terreno para recibir las semillas y las plántulas de las lengas”.
La actividad también sirvió para que los asistentes conocieran y valoraran el trabajo que se realiza en la recuperación de estos ecosistemas. “Todos esperaban ir a plantar un arbolito. Lo interesante fue que cada uno de ellos cambió su visión (…) se dieron cuenta que es más complicado de lo que parece, porque había que desmatar, sacar matorrales, sacar maleza, palear, picotear, entonces fue bastante enriquecedor para todos”.
A pesar del esfuerzo, todos los asistentes quieren seguir colaborando con este proyecto y ya planifican nuevas jornadas de trabajo, para que las lengas sustituyan las cenizas, y crezcan embelleciendo este lugar único en la tierra: el Parque Nacional Torres del Paine.