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10 de octubre de 2015

LA DEFENSORÍA LANZÓ CAMPAÑA PARA PROTEGER LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS EN INTERNET

“Esta campaña busca generar conciencia en que es necesario avanzar en la regulación de derechos en internet en Chile para proteger a las personas y evitar que se generen abusos y discriminaciones por una fotografía, un video o por un […]

“Esta campaña busca generar conciencia en que es necesario avanzar en la regulación de derechos en internet en Chile para proteger a las personas y evitar que se generen abusos y discriminaciones por una fotografía, un video o por un comentario”, dijo el defensor nacional.

Buscar el nombre de alguien en internet es una práctica cada vez más común entre los chilenos y los resultados que obtenemos son una forma de conocernos, aunque muchas veces estos sean erróneos o sesgados.

Para abarcar esta problemática, la Defensoría Penal Pública lanzó la campaña ‘Cada clic una condena’, iniciativa que pretende difundir el problema que viven las personas cuando su reputación y sus derechos son dañados en internet.

Según explicó el Defensor Nacional, Andrés Mahnke, esta iniciativa “busca generar conciencia sobre la importancia de la protección de nuestros derechos en internet, específicamente en lo que tiene que ver con la reputación, la imagen pública y el tratamiento de los datos personales”.

Mahnke aclaró que la campaña surgió como una respuesta al problema que sufren personas cuyos casos están en el Proyecto Inocentes de la DPP, los cuales, además de haber sido encarcelados injustamente, deben lidiar con el estigma social y el hecho de ver cómo sus nombres permanecen asociados a delitos en internet.

“Estas personas, además de ser privadas de libertad, sufren una condena social, la cual permanece en internet aunque los tribunales de justicia hayan decretado su inocencia y que no tenían responsabilidad en los hechos por los que se les acusaba. Las noticias, que daban cuenta de hechos de las causas (detención, formalización y juicio oral), permanecen en la red años después y presentan una realidad descontextualizada y distorsionada (por los criterios de los buscadores), que genera desconfianza en las personas que buscan antecedentes de los inocentes”, dijo el Defensor Nacional.

El Defensor Nacional agregó que aunque la iniciativa pone como ejemplo casos de inocentes, “esta campaña busca promover el debate en un ámbito en el cual es necesario que avancemos en Chile, como es la regulación de los derechos digitales de las personas, con el objetivo de evitar abusos y discriminaciones. Si consideramos la alta penetración y uso de las tecnologías móviles, el tema resulta alarmante y, por lo tanto, cabe llamar la atención sobre las víctimas de este vacío legal, que no se reducen sólo a estos inocentes, porque el fenómeno no discrimina y afecta también a niños, jóvenes e incluso personas influyentes como artistas, políticos y empresarios”.

Por último el Defensor Nacional explicó que “el objetivo de la campaña es lograr que la información que daña a las personas salga de la red, aunque este proceso debe ser bien regulado, pues puede dejar un espacio a la censura o generar una pérdida de información histórica. Se trata de equilibrar el derecho al olvido con el derecho a la información”.

CAMPAÑA
A través de distintas piezas gráficas, la campaña pretende difundir las historias de Cristian López y Mauricio Orellana, como una forma de ejemplificar el problema. El primero fue imputado como autor de delitos sexuales, en un caso en que se le identificó como ‘el violador de la bicicleta’ o ‘el violador de Ñuñoa’. Debió pasar cinco días en la cárcel antes de que un examen de ADN demostrara su inocencia. Cinco años después, relata que su vida cambió profundamente después de ese episodio.

“En los trabajos pasaban cosas raras. Estaba unos días y después me echaban. Claramente era porque me buscaban en internet y cuando veían que había sido detenido por violación me sacaban”, explica López.
Mauricio Orellana, en tanto, aún intenta rehacer su vida después de pasar nueve meses en la cárcel luego de que una cajera la acusara de robar en un supermercado. La situación sólo se aclaró luego de que la mujer se retractó y confesó que mintió en su declaración porque un jefe la obligó a inventar la situación, hechos por los que fue condenada.

“Yo terminé viviendo en la calle, después de estar nueve meses preso por una acusación falsa. Aún vivo con esto y no he tenido ningún tipo de reparación”, señaló Orellana.