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8 de noviembre de 2018

LA IMPORTANCIA DE CADA COSA Y EL MES DE MARÍA

En estos días, son muchas las cosas y situaciones que parecen ocupar el espacio de lo que es importante, tanto a nivel regional o nacional. Ciertamente, es importante el problema actual y futuro de la calidad de la educación, así […]

En estos días, son muchas las cosas y situaciones que parecen ocupar el espacio de lo que es importante, tanto a nivel regional o nacional.

Ciertamente, es importante el problema actual y futuro de la calidad de la educación, así como es importante una pronta y definitiva solución al problema de los profesores de la educación municipal; también es importante que enfrentemos los desafíos de la convivencia ciudadana en nuestra ciudad, especialmente cuando la agresividad parece ir siendo la tónica para relacionarse.

Sin duda que es importante el proyecto de reformas sobre el sistema de pensiones, también la discusión sobre la seguridad en el sistema escolar; lo mismo puede decirse sobre las muchas investigaciones acerca de la corrupción en diversas instituciones de nuestro país, las variaciones del precio del dólar, los problemas de la agresividad y violencia que parecen apoderarse de la convivencia social, etc.

Si a todo esto agregamos las múltiples, importantes y complejas situaciones de la vida de cada persona, parece que no queda espacio para nada más, pues allí surgen los más diversos problemas domésticos, las dificultades económicas, los negocios, las enfermedades, los conflictos de relaciones humanas, las penas y alegrías que entretejen la vida de cada persona y su grupo humano.

La verdad es que todo eso tiene su importancia, pues todas esas situaciones son el entramado que va dando forma a nuestra vida personal y colectiva.

En medio de tanta cosa importante, quizás para muchas personas -especialmente para quienes se ocupan de «cosas importantes»- aparece como algo absolutamente irrelevante, accesorio e… inútil, decir que hoy, 8 de noviembre, comienza para los católicos el Mes de María.

No es extraño que este tiempo en que los católicos dirigimos especialmente nuestra atención a la Madre del Señor Jesús y confiar a ella todas nuestras cosas importantes, pase desapercibido para muchos y a otros les resulte algo irrelevante, porque la Virgen María se sitúa siempre en el terreno de la interioridad y de la humilde acogida a Dios en la oración silenciosa; la Madre del Señor Jesús no hace ruido, sino que es la persona que vive todo lo importante de su vida desde el plan de Dios.

La Virgen María es la persona del «sí» a Dios, mientras nosotros ocupados en tantas «cosas importantes» quizás dejamos de lado a Aquel que es el más importante y somos las personas del «no» a Dios. Por eso, durante este mes queremos aprender de esta mujer sencilla a vivir como personas de fe.

Iniciamos hoy el Mes de María en nuestras parroquias y capillas -también, en muchos hogares- porque queremos vivir todo lo importante de nuestra vida desde lo más importante, que es caminar en la fe según la voluntad de Dios. Eso es lo que vivió la Madre de Jesús y por eso le decimos «ruega por nosotros, pecadores», para que aprendamos a vivir cada situación según el plan de Dios.

8 de noviembre de 2018