LA PERMISOLOGÍA NO TIENE PARA CUÁNDO TERMINAR

Señor director:

El 27 de febrero el Segundo Tribunal Ambiental de Santiago anuló parcialmente la autorización ambiental de Google para la construcción de un «Data Center» en la comuna de Cerrillos. Lo llamativo de esta decisión es que se fundó en la obligación que tendría cada inversionista de considerar los impactos del cambio climático en su aprovisionamiento de agua, sentando un complejo precedente de arbitrariedad para el futuro. El hecho que Google había desistido de usar agua y que esto no fue tomado en cuenta por el tribunal se transforma en otra característica anecdótica de la permisología que ronda como un fantasma sobre todo proyecto atractivo para el país.

La semana pasada también se dio a conocer que el ex convencional Mauricio Daza, representando a una comunidad indígena, impugnó en Santiago la resolución ambiental de la minera Collahuasi de su proyecto en Atacama. El proyecto, que busca hacer más eficiente y sustentable el uso de agua de un proyecto que ya está operando, arriesga ser anulado por el mismo tribunal y reiniciar todo su proceso de tramitación ambiental, con los costos ambientales que eso genera.

Tenemos un proyecto de ley en tramitación, denominado «Evaluación Ambiental 2.0», que ha prometido resolver el drama de la permisología. Sin embargo, lo cierto es que ningún artículo de ese proyecto reduciría el excesivo poder del Segundo Tribunal Ambiental de Santiago para frenar proyectos de inversión positivos para Chile. No circunscribe la participación ni fomenta resultados vinculantes que entreguen certidumbre a titulares. No acota la legitimación activa para litigar, sino que la amplía, así como los plazos e hipótesis que permiten revisar una RCA. No circunscribe el análisis de los proyectos a sus impactos propios, sino que va en línea con este esfuerzo por considerar los peores escenarios del cambio climático en cada procedimiento de evaluación. A fin de cuentas, la permisología es un concepto relativamente nuevo, pero que a este ritmo nos va a acompañar por varios años.

José Antonio Valenzuela M.

Director de Incidencia

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