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10 de abril de 2021

LAS ANÉCDOTAS DEL PRÍNCIPE FELIPE EN CHILE DURANTE SU VISITA CON LA REINA ISABEL EN 1968 (Y SU DIÁLOGO CON ALLENDE)

El gusto por la cerveza, un accidente de pesca y el diálogo con Allende forma parte de algunos de los recuerdos que dejó el paso del duque de Edimburgo —fallecido este viernes a los 99 años— cuando viajó a Chile […]

El gusto por la cerveza, un accidente de pesca y el diálogo con Allende forma parte de algunos de los recuerdos que dejó el paso del duque de Edimburgo —fallecido este viernes a los 99 años— cuando viajó a Chile acompañando a su esposa, la Reina Isabel II de Inglaterra.
Una cerveza Escudo: El excanciller Juan Gabriel Valdés tenía 20 años cuando se produjo la visita de la Reina y entonces era su padre, Gabriel Valdés, el ministro de Relaciones Exteriores. Recuerda que el primer día su papá organizó un almuerzo campestre en honor de Isabel II y su esposo, en su casa familiar de Lo Barnechea. “Cuando llegó a la casa, el príncipe Felipe pidió una cerveza Escudo, cosa que sorprendió al protocolo y obligó a elegantes funcionarios de la Cancillería a correr a la única botillería que había en el pueblo, a comprar cervezas”, contó a Ex-Ante.

La conversación con Allende: Juan Gabriel Valdés también recordó que en ese almuerzo se produjo un curioso diálogo entre el duque de Edimburgo y el entonces presidente del Senado, Salvador Allende. “Luego de darse cuenta de quién tenía al lado, el príncipe le dijo: ‘Si entiendo bien, ¿usted es el que ha perdido tres elecciones presidenciales [la de 1952, de 1958 y la de 1964]?’ Allende le respondió: ‘Sí señor, y le cuento lo que dirá en mi tumba: Aquí yace Salvador Allende, futuro presidente de Chile. Aunque quizás no, porque pienso ganar la próxima’. Según me comentaron otros en la mesa, al príncipe le gustó el personaje y la conversación que siguió fue cordial y entretenida”.

A destiempo: En su libro Sueños y memorias, el propio Gabriel Valdés (1919-2011) recuerda algunos momentos que tienen al príncipe Felipe como protagonista, durante esa visita a Chile. Como el que ocurrió al segundo día de visita, en un homenaje a los pies del monumento de Bernardo O’Higgins, en la Alameda, donde sonaban el Himno Nacional de Chile.
• “Un pequeño incidente se produjo en el matrimonio real, cuando el duque avanzó para colocar la corona y ella no lo acompañó, porque aún faltaban algunos compases de la música para cumplir al protocolo. Yo estaba a su lado y escuché las palabras de censura de ella”.
Mala puntería. La pareja real viajó también a Pucón. Durante uno de los días de esa estadía el duque se fue a pescar. Gabriel Valdés escribe en su libro que más tarde, todo estaba dispuesto para la cena. La Reina llegó, pero no el príncipe Felipe. “Éste se había atrasado y a mitad de la cena llegó con su ayudante, que tenía la cabeza forrada con vendas. Saludó dando excusas por el atraso, pero la Reina no ocultó su molestia y no lo miró”.
• “Había ocurrido que, durante la mañana, mientras subían por el torrente, el duque había lanzado el anzuelo, con tan mala puntería que se lo clavó en la cabeza a su edecán. Debieron ir al hospital y someterlo a una operación complicada y muy larga para extraerle el metal incrustado”.
Cenar con los jóvenes: También está la anécdota —confirmada por el entorno de la exsenadora Carmen Frei— ocurrida en la cena que el presidente Eduardo Frei Montalva le ofreció a la Reina en su casa, en la calle Hindenburg, y a la que asistieron otras autoridades de la época. La única hija que participó de la comida fue Irene, la mayor de los Frei Ruiz-Tagle, mientras que sus hermanos cenaron en el segundo piso de la casa. Al enterarse de eso, el duque de Edimburgo dijo que quería subir y comer con los jóvenes, que sería más entretenido. Pero el estricto protocolo impidió esos deseos.