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26 de marzo de 2010

LO QUE TODO MAGALLÁNICO DEBE SABER XVII

¿Porqué el título “Lo que Todo Magallánico Debe Saber? Porque la cultura regional es única. Porque nuestras costumbres y tradiciones nacen de las diversas corrientes migratorias que llegan a este Sur del Mundo. Y también porque cada habitante de esta […]

¿Porqué el título “Lo que Todo Magallánico Debe Saber? Porque la cultura regional es única. Porque nuestras costumbres y tradiciones nacen de las diversas corrientes migratorias que llegan a este Sur del Mundo. Y también porque cada habitante de esta zona austral, especialmente los estudiantes y guías turísticos deberían conocer estas historias para contarlas, entregarlas a visitantes tanto nacionales como extranjeros con la mayor cantidad de detalles y, por supuesto para atesorar esto que pertenece a Magallanes como el viento, la nieve, el mar que nos rodea, los canales, las islas y el ser humano que es también único.

En el año 1579, el Virrey del Perú, Francisco de Toledo, organiza y envía una expedición al Estrecho de Magallanes, al mando de Pedro Sarmiento de Gamboa, caballero de Galicia, considerado como el más experto de los marinos del Pacífico. El propósito de este primer viaje de Sarmiento, es cerrar el paso a otras naciones. El español navegó el estrecho de poniente a oriente tomando posesión de las tierras recorridas. Una de sus principales preocupaciones fue la de fortificar el estrecho por ambas costas de la Primera Angostura, con el fin de desviar posibles barcos enemigos.

Apenas regresó a España, Sarmiento de Gamboa se apresuró a dar cuenta al rey de su cometido, recomendando poblar el estrecho y fortificarlo. El Rey Felipe II, comprendiendo el peligro de que otras naciones se apoderasen de estas tierras, dispone la organización de una armada, entregándole a Pedro Sarmiento de Gamboa el título de Capitán General del Estrecho de Magallanes y gobernador de lo que en él se poblare. A su llegada al estrecho, Sarmiento logra fundar dos ciudades. Una en la boca oriental del estrecho y otra en las inmediaciones de la punta Santa Ana, a las que nombra, respectivamente, “Nombre de Jesús” y “Rey don Felipe”.

Una mañana en que Sarmiento se halla a bordo de la nave “María”, se desata un furioso ventarrón que rompe las amarras y lanza la nave mar afuera. En veinte días de borrasca logra dirigir la nave a Brasil, con la intención de pedir ayuda para sus colonias. Después de organizar dos expediciones que no llegan a su destino, Sarmiento viaja a España, en el año 1585, para informar al rey Felipe II de cuanto le ha ocurrido y solicitar ayuda para sus abandonados pobladores. Su accidentado viaje a España demora varios años. Llegó a su país viejo y decrépito siempre con la idea de rescatar a su gente, pero ya nadie lo escucha.

Los colonos de las ciudades del estrecho sufren angustian y penurias. Los alimentos se hacen cada vez más escasos y los violentos temporales diezman considerablemente la población. En enero de 1587, una pequeña escuadra corsaria, formada por tres naves de bandera inglesa al mando del almirante Thomas Cavendish, cala frente a la antigua colonia Rey don Felipe. El aspecto de la pequeña población, con mucho de ciudad-tumba, impresiona tan fuertemente al marino inglés que éste bautiza al lugar con el nombre de Port Fámine (Puerto Hambre), que hasta hoy conserva.

Dibujo de colonia en sector de la punta Santa Ana