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26 de noviembre de 2014

NO SE PUEDE SERVIR A DOS SEÑORES

Señor Director: En nuestro país no es muy popular el hecho de ser parte de un partido político, como quizás sí lo era en la época de nuestros abuelos. Hoy somos pocos los “valientes” o los “extraños” que aún creemos […]

Señor Director: En nuestro país no es muy popular el hecho de ser parte de un partido político, como quizás sí lo era en la época de nuestros abuelos. Hoy somos pocos los “valientes” o los “extraños” que aún creemos que este es un espacio en donde se puede servir al país, agrupándonos en comunidades en que compartimos una ideología o un modelo de sociedad y en los que se busca alcanzar el poder para representar a las personas y así poder generar esos cambios que en Chile se están buscando desde siempre.
Otro espacio en donde la acción política se ve manifiesta es la acción gremial o sindical, espacio que siempre fue un brazo fuerte de algunos partidos, en especial desde el centro hacia la izquierda y aunque en Chile no tenemos partidos que por nombre lleven el de “obreros” o de “trabajadores”, cuando se postula a estos espacios más de alguno de los miembros de las listas tienen algún domicilio político.
En mi historia personal, estando en la universidad entré a la Democracia Cristiana y siempre sentí la libertad para ser parte del Movimiento Estudiantil del año 2011, e incluso quise postular a la Federación de Estudiantes para el año 2012, pero aunque no había firmado ninguna ficha, y había dado muestras de independencia, se juzgó que no era pertinente participar del todo siendo miembro de un conglomerado político, allí valoré aún más lo necesario de ser independiente en las labores de dirigencia, al lado de labores político-partidistas. Un ejemplo claro de aquello lo vi de mi camarada Miguel Sierpe, que renunció en su momento a su cargo en la directiva comunal del PDC cuando comenzó a ser parte de la directiva del Sindicato de Trabajadores de ENAP, demostrando que en la DC, por tradición no se puede estar representando al partido y a su vez a un gremio o sindicato.
Ahora, en medio del paro de los profesores, nuevamente me pregunto este punto, aunque no he visto ninguna presión de parte de los partidos a los dirigentes (al menos en nuestra región), ellos se están negando a representar a quienes los eligieron, en verdad, no son todos, pero hoy leo lo que sucede con un partido socio, donde los dirigentes de los trabajadores le quitan piso a un movimiento que lleva más de 50.000 adherentes entre los docentes del país y lo acusa de ser orquestado por la derecha, y en lo local se nos acusa de ser manejados por otros intereses que parecen ser más revanchistas que políticos. Entonces me pregunto, si en mi asamblea ha habido independencia y libertad, ¿por qué desde afuera dicen que estoy siendo influenciado?, si yo como democratacristiano siento que la lucha de un trabajador por su dignidad es justa, ¿Por qué tendría otra camarada qué convertirse en piedra de tope para este mismo movimiento?
Concluyo que uno debe saber cuál es su vocación, pero en ninguna que se elija, puede estar la independencia y los principios en entredicho. Uno “no puede estar en la procesión y a su vez estar tocando la campana”, uno no puede servir a dos señores.

Javier Muñoz Vidal
Estudiante y Docente