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30 de octubre de 2016

PROFESORES: ¿EL BAILE DE LOS QUE SOBRAN?

Hace pocos días se celebró el día del profesor. Es bueno no abandonar los rituales, festejar, reconocer, admirar y agradecer a los docentes que tienen una de las tareas más dignas y gratificantes; formar personas. Pero los rituales no son […]

Hace pocos días se celebró el día del profesor. Es bueno no abandonar los rituales, festejar, reconocer, admirar y agradecer a los docentes que tienen una de las tareas más dignas y gratificantes; formar personas.
Pero los rituales no son suficientes si no se traduce en gestos, medidas, no son suficientes si están escritos con letra muerta. Llevamos décadas hablando del “rol del docente”, “ profesión docente”, su ejercicio y el modo como los profesores enfrentan los cambios y reformas en los sistemas educacionales.
A todas luces, los temas en discusión son claves para comprender cómo los docentes definen y re-definen su identidad profesional, cómo encaran tanto las reformas como las demandas cotidianas en diversos contextos y situaciones complejas sociales, pero lo fundamental es saber qué pasa en la otra vereda, esa esencial, que nace desde las políticas públicas.
Llevamos décadas, muchas décadas en este limbo en torno a la profesión docente. No se trata del hoy y ahora. Vengo de una familia de maestros; mi abuela en la pampa y Antofagasta, profesora en épocas en donde la labor del educador era tan reconocida como la de un médico. O mi madre, profesora normalista que durante años ejerció su tarea de maestra con una dedicación vehemente hasta sus días de jubilación, y que aún, al igual que tantos otros, espera esa vuelta de manos a propósito de la deuda histórica con los profesores, generada a partir del proceso de municipalización del año 1981.
Este y tantos otros temas, aún se encuentran en ese limbo en torno al profundo tema docente, que cada cierto tiempo arropamos con una pequeña cutícula protectora de rituales. Hoy somos muchos los que estamos convencidos de que uno de los pilares más importantes de un buen sistema educativo es la calidad de sus profesores, por eso es urgente para el país contar con una Carrera Docente acorde a las necesidades y los tiempos, que por cierto exija a las instituciones de educación superior una buena formación, que certifique a los profesores, que dé perfeccionamiento y apoyo permanentemente, y que provea condiciones de trabajo dignas y sueldos acordes. Este es el ritual en el que debemos involucrarnos desde este y el otro lado de la vereda.
Feliz día profesor.

Juan Carlos Torres
Director Extensión Académica y Cultural, Universidad Central