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26 de enero de 2013

¿QUIÉNES SON LOS MÁS PROPENSOS AL CÁNCER DE PIEL?

Probablemente si se tiene 30 años, no se evidencie el riesgo que significa para la salud mantener conductas nocivas de exposición al sol, pero existe un gran porcentaje de probabilidad de que en el futuro se manifieste un cáncer de […]

Probablemente si se tiene 30 años, no se evidencie el riesgo que significa para la salud mantener conductas nocivas de exposición al sol, pero existe un gran porcentaje de probabilidad de que en el futuro se manifieste un cáncer de piel.

“Es un error creer que el sol no produce daño. El efecto acumulado año tras año, causado por quemaduras solares frecuentes y exposición solar excesiva, es responsable, no solo de favorecer la aparición de cáncer de piel, sino también de la aparición de arrugas y del envejecimiento cutáneo precoz, así como de la aparición de cataratas en los ojos”, advierte Mónica Canales, académica de la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello.

La experta advierte que existe un grupo de personas que están más expuestas a este riesgo. “Las personas que por motivos laborales están bajo el sol constantemente y aquellas sensibles al sol (generalmente de piel muy blanca, rubias o pelirrojas y pecosas), que se queman fácilmente y no se broncean, o muy poco, son aquellas que más deberían tomar medidas de cuidado, así como con los niños de cualquier edad”, dice.

Además, detalla que las personas que también pueden sufrir las consecuencias del sol, son aquellas que tienen antecedentes de quemaduras solares, pacientes inmunodeprimidos o trasplantados, quienes han vivido en zonas donde hay alto nivel de arsénico en el agua o que tengan historia familiar de cáncer de piel.

La académica también alerta sobre el riesgo que pueden tener los niños de piel blanca o muy clara, generalmente los rubios o pelirrojos. “Existe un gran riesgo en quienes se han expuesto de forma crónica al sol, sobre todo en casos de exposición frecuente en los primeros años de vida. Un indicador especial de riesgo es el haber tenido durante la infancia muchas quemaduras solares: al menos dos de tercer grado (con ampollas)”, explica.

Las personas con lunares “raros” o de apariencia inusual, también deben tener un mayor cuidado. “Los lunares en número elevado también conllevan un riesgo considerable de desarrollar cáncer de piel a lo largo de la vida”, concluye.