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9 de octubre de 2007

RENDIRÁN HOMENAJE AL CARDENAL RAÚL SILVA HENRÍQUEZ CON MOTIVO DE LOS 100 AÑOS DE SU NACIMIENTO

A petición del comité socialista, el Senado destinará parte de su sesión de esta tarde a reconocer la destacada labor social y el aporte invaluable que hizo el prelado en defensa de los Derechos Humanos. A pocos días de haberse […]

A petición del comité socialista, el Senado destinará parte de su sesión de esta tarde a reconocer la destacada labor social y el aporte invaluable que hizo el prelado en defensa de los Derechos Humanos.

A pocos días de haberse conmemorado los 100 años del nacimiento del Cardenal Raúl Silva Henríquez, el Senado le rendirá, esta tarde, un homenaje al prelado por su aporte a la paz social y a defensa de los Derechos Humanos.

Así lo informó el presidente de la Comisión de Derechos Humanos, senador Jaime Naranjo, quien solicitó al Presidente del Senado Eduardo Frei Ruiz-Tagle la realización de esta ceremonia, iniciativa que fue respaldada además por los senadores Pedro Muñoz Aburto, Camilo Escalona, Jaime Gazmuri, Carlos Ominami, Juan Pablo Letelier, Jaime Naranjo, Alejandro Navarro y Ricardo Nuñez.

“El Cardenal Silva Henríquez fue uno de los hombres más significativos de nuestra patria del último siglo. Su ejemplo de vida, su compromiso social, y su coherencia traspasó los ámbitos de su iglesia marcando profundamente a los chilenos, fueran creyentes o no”, recordó el senador Naranjo.

En tal sentido, dijo que “nadie puede desconocer su enorme obra social y de promoción de los derechos humanos, por lo cual consideramos que el Senado de la República como expresión de la ciudadanía debe rendirle un homenaje y así lo hemos solicitado”.

UN HOMBRE DE PAZ

El Cardenal Raúl Silva Henríquez nació el 27 de septiembre de 1907 en la ciudad de Talca y en enero de 1930 ingresó al Noviciado de la Congregación Salesiana en Macul.

Estudió Filosofía en Chile y, posteriormente se doctoró en Teología y Derecho Canónico en el Estudiantado Internacional de Turín de la Congregación Salesiana.

Fue ordenado sacerdote el 4 de julio de 1938 por el Arzobispo de Turín y volvió a Chile a desempeñar las cátedras de Derecho Canónico, Teología Moral e Historia Eclesiástica en el Teologado Salesiano de Santiago.

El 24 de octubre de 1959 fue nombrado Obispo de Valparaíso y en mayo de 1961 fue nombrado Arzobispo de Santiago. Casi un año después fue nombrado Cardenal por el Papa Juan XXIII.

Su labor como Arzobispo de Santiago está nutrida por numerosas actividades y realizaciones. Es importante recordar que fue el organizador de la Arquidiócesis de Santiago en Decanatos, Zonas Pastorales y Vicarias especializadas. Fundó numerosas instituciones de formación religiosa, de promoción social, de defensa de la justicia y de los derechos humanos.
Entre 1962 y 1963 organizó la Gran Misión de Santiago. Posteriormente convocó al Sínodo de la Iglesia de Santiago de donde surgieron las líneas fundamentales que han inspirado la acción de esta Iglesia en los años posteriores.

Fue legado Papal al Congreso Mariano de Santo Domingo en el año 1965. También participó en el Primer Sínodo Mundial de Obispos convocado por el Papa Paulo VI en septiembre-octubre de 1967.

El Papa Juan Pablo II le aceptó su renuncia al Arzobispado por razón de edad, el 29 de septiembre de 1982, dejando el cargo en 1983.

Sin embargo su labor en defensa de los derechos humanos le valió el reconocimiento del Congreso Judío Latinoamericano, que le confirió el Premio Derechos Humanos 1971. La Organización de Naciones Unidas le confirió el Premio Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 1978, y posteriormente, por la misma razón, recibió el Premio Fundación Bruno Kreysky en Viena, el 19 de octubre de 1979.

El Cardenal Silva participó en los Cónclaves que eligieron a los Papas Paulo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II. Tuvo numerosas condecoraciones de gobiernos extranjeros y títulos universitarios honoris causa, antes de fallecer el 9 de abril de 1999.