Las nobles tareas, las grandes obras, son emprendidas por espíritus humildes, por seres llenos de dignidad, en donde incluso los errores sirven para la construcción. Las personas, que duda cabe, trascienden por la voluntad demostrada al levantarse del dolor, y en ese levantarse toman a otras y las socorren, las salvan, toda prueba es resuelta ayudando a los demás a resolver las suyas. El grupo de autoayuda Renacer cumplió 22 años, lapso pequeño para el cosmos, enorme para un alma en desgracia, durante todo este tiempo el amor desplegado para acoger y acompañar a quienes el alcohol hizo suyos a rendido frutos poderosos. En la mesa que celebra, rostros de gente grande sonríe y recuerda, rostros marcados por surcos que revelan trabajo y lucha muestran que se puede, que nada es imposible cuando manos fuertes te señalan el camino, cuando ojos repletos de ternura te dicen que no te abandonaran; “si, se puede hermano, hermana, párate, límpiate, camina erguido, eres más grande que el dolor, el alcohol no te ha robado nada, tu dignidad sigue allí, tal vez escondida pero viva como cuando eras un niño”. Al alero del Consultorio Thomas Fenton, transcurre la vida del grupo, de la comunidad, allí se recibe a quien opta por comenzar a vivir libre, sin el sopor de la droga, personas buenas ofrecen un lugar acogedor con las herramientas que entregan la fe y el amor. Hoy, que demasiadas cuestiones son desechables, abiertamente falsas, en donde los discursos diarios huelen a flores plásticas, personas verdaderas dan testimonio de voluntad, de empeño, no se intimidan con aquellos que se creen superiores y apuntan con el dedo, perdonan al ignorante que con maldad llama al enfermo: borracho. Que regalo es estar acompañado por esta buena gente, otro mundo es posible, solo debemos entender que somos demasiado parecidos, que los miedos y soledades nos abrazan por igual, algunos lo resuelven mejor, eso es todo. Mientras como mi pollo con ensalada rusa pienso en como Dios esta mostrando siempre un nuevo modo de hacer las cosas, como pone en nuestro camino a personas que nos sacuden con su afecto, su nobleza, y como nos brinda un lugar para descansar, abandonar por un rato la pena y continuar fortalecido. El presidente de la agrupación ofrece un discurso, uno real, sin lugares comunes, agradece a todos y llama a todos a seguir participando, se recuerda a los que por ahora no lo han logrado, a los que ya dejaron esta vida, a los que colaboran, a los amigos, a la comunidad, que tremendo es sentirse parte esto. La torta esta muy buena, nos reímos de todo, el que se ha levantado, el luchador, tiene buen humor, sabe que la alegría salva, cura, cicatriza. Confío en que el grupo celebre muchos cumpleaños, que su extraordinaria experiencia siga alimentando al hambriento de esperanza. Al despedirme y beber mi ultimo sorbo de jugo, veo a estas personas que solo motivadas por el deseo de ayudar se reúnen cada jueves, y entiendo que nuevamente Dios me ha hecho participe de otro milagro. Muchas felicidades Agrupación de Autoayuda RENACER.

Luis Alvarado Pesutic