13 de octubre de 2014
Por Cristian González Farfán – La Hora
No para. Mario Galindo sube velozmente la escalera de la oficina de su empresa pesquera y se da unos minutos para contestar una llamada comercial. Que los paquetes, que los encargos para tal proveedor, en fin. Menesteres a los que ya está acostumbrado desde que decidió instalar su negocio en la capital.
Cuando me retiré en 1984, instalé una empresa pesquera en Punta Arenas con un socio. Decidí probar suerte en Santiago, aunque ahora me dedico a la venta de productos de mar en el país, sobre todo salmón; antes, exportaba, cuenta Galindo, integrante del mítico plantel de Colo Colo 73.
– ¿Siempre pensó trabajar en este rubro después del retiro?
– No, para nada. Yo llegué de casualidad, ya que un empresario me ofreció volver a Punta Arenas para hacer centollas y él me ponía máquinas y todo. Allá estuve 30 años, pero el trabajo es mucho más agotador en Santiago.
– ¿Y por qué decide instalarse acá en un barrio residencial?
– Allá no terminamos en buenas condiciones. Un cuñado me dijo que me viniera para acá. Por suerte hay muy buena relación con los vecinos. Este barrio me trae buenos recuerdos, porque cuando llegué de Punta Arenas jugué con la juvenil de Colo Colo en la cancha Atacama.
– ¿Qué sacó como lección tras dirigir en el fútbol amateur de la Región de Magallanes?
– Dirigí varios equipos (Sokol, el más destacado) y puedo decir que el fútbol profesional no ha tenido el ojo para ver el nivel de jugadores que hay en Punta Arenas. Es gente de mucho sacrificio. En los torneos nacionales pasan a llevar a los otros equipos, porque en pleno junio juegan con frío, lluvia y nieve.
– ¿Qué extraña de allá?
– Extraño la vida distinta, pero sobre todo dirigir. Podía hacerlo, acá no. Nunca pude sacar el curso de técnico profesional; hice el de iniciador y el de monitor. Incluso Colo Colo, tras mi retiro, me fue a buscar a Punta Arenas para trabajar con Mirko Jozic. Me pagarían el último curso en Francia, pero yo decidí seguir en lo mío. Mi puesto al final lo agarró Eddio Inostroza. Yo conocía las divisiones inferiores, vi cuando llegó Jaime Pizarro, Javier Margas, Marcelo Ramírez.
– ¿Cómo explicaría el estilo de Mario Galindo a quienes no lo vieron jugar?
– Antes, la primera misión del lateral era marcar. Eso me diferenció con el resto, porque mi primera misión era atacar. Incluso, hubo algunos partidos en que los laterales rivales me marcaban a mí, siendo yo defensor. Tenía la facilidad de eludir, para mí era fácil salir jugando, nunca tuve nervios. En mi debut ante Green Cross de Temuco, el 71, llegué hasta el arquero, que me hizo un penal. Fue como raro.
– ¿Suscribe la teoría de que Colo Colo 73 retrasó el golpe militar?
– Yo creo que sí. Era una locura con los diarios y Salvador Allende se reforzaba invitándonos todas las semanas a La Moneda.
– Ese equipo dejó una huella…
– Tuve la suerte de integrar ese equipo, el mejor que tuvo Colo Colo. Antes, se manejaban mucho los arbitrajes, se les pagaba a los árbitros, era una época distinta.
«TRAS MI ACCIDENTE EN EL MAR, ME DIERON POR MUERTO»
Era el 91 o 92, no me acuerdo bien. Mario Galindo cambia el semblante al hablar del accidente que estuvo a punto de costarle la vida. De hecho, explica, me dieron por muerto. ¿Qué sucedió? El ex lateral cayó al mar en Puerto Natales e incluso se temió lo peor. Me sacaron después de muchos minutos, mi hermano me dio respiración boca a boca por diez minutos, no tenía signos vitales. En el hospital recién recuperé el conocimiento y había tragado mucha agua, dice.
– ¿Replantea la vida un suceso de esta envergadura?
– Siempre le tuve miedo a la muerte y después del accidente, lo perdí. Pienso que hubiera sido una linda muerte, sin sufrimiento, ni supe lo que pasaba.
Fuera de que los tiempos que toman los permisos para proyectos de hidrógeno verde constituyen una gran preocupación, dada la urgencia de la descarbonización, el presidente de la asociación gremial tiene confianza en el Estado para sacar adelante los megaproyectos.
Fuera de que los tiempos que toman los permisos para proyectos de hidrógeno verde constituyen una gran preocupación, dada la urgencia de la descarbonización, el presidente de la asociación gremial tiene confianza en el Estado para sacar adelante los megaproyectos.