1 de mayo de 2015
ESTRÉS AFECTA AL CORAZÓN
El estrés es un proceso natural del cuerpo, que genera una respuesta automática ante condiciones externas que resultan amenazadoras o desafiantes. Cuando la persona se encuentra estresada su presión arterial aumenta y con ello el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. […]
El estrés es un proceso natural del cuerpo, que genera una respuesta automática ante condiciones externas que resultan amenazadoras o desafiantes. Cuando la persona se encuentra estresada su presión arterial aumenta y con ello el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
La cardióloga de Vidaintegra, María Victoria Hernández, dice que el estrés es considerado el gatillante de numerosas enfermedades cardiovasculares en individuos susceptibles: isquemia cerebral (ictus) y sobre todo miocárdica (angina de pecho, infarto sintomático o asintomático).
También se asocia a hipertensión arterial y a arritmias malignas. A su vez, potencia el resto de los factores de riesgo cardiovascular.
“El estrés obliga al corazón a trabajar más intensamente. Las coronarias, que nutren al músculo cardíaco, requieren mayor aporte energético. Además, la sangre se espesa y las arterias se vuelven menos reactivas o elásticas; se acumulan así sustancias nocivas en su pared, de forma que la sangre circula con mayor dificultad”, señala.
Cuando el individuo se estresa aumentan la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Esta última aumenta porque se produce un incremento de la demanda miocárdica, mientras que la presión arterial aumenta producto de una mayor tensión arterial de oxígeno, el tono y reactividad vascular.
Según indica la especialista de Vidaintegra, el grupo etario en riesgo va a estar determinado por el tipo de estrés.
“Existen distintos tipo. El estrés físico (ejercicio físico, cirugía) y el mental o psicosocial (estrés personal, social y laboral). Todo dependerá de la susceptibilidad de cada persona al estrés”, remarca.
Y añade que «lo más importante es estar alerta a los síntomas: taquicardia o algún tipo de arritmias, aumento de la presión arterial, dolor al pecho, angustia, entre otros”.
El estrés debe manejarse de forma multidimensional e interdisciplinar. Por tanto, es necesario abordar el estrés físico y emocional tanto en la esfera personal como en la social.
“El médico no tiene que ser el único profesional implicado. Deben existir equipos que también incluyan a otros profesionales de la salud, como enfermeros, fisioterapeutas, psicólogos, nutricionistas, entre otros”, apunta.
► Existen distintos niveles de actuación frente al estrés:
► Prevención primaria: Combatir los agentes estresores.
► Prevención secundaria: Detección precoz de individuos con estrés.
► Prevención terciaria: Va dirigida a los pacientes que sufren enfermedades relacionadas con estrés, para que puedan recuperarse y volver a su vida normal. El tratamiento del estrés incluye medidas farmacológicas y, sobre todo, no farmacológicas.
Las personas afectadas se exponen a las siguientes enfermedades:
► Digestivas: úlcera, enfermedad inflamatoria intestinal, colon irritable.
► Ginecológicas: disfunción eréctil, amenorrea, anorgasmia.
► Dermatológicas: reacciones alérgicas, dermatitis.
► Trastornos nutricionales: bulimia, anorexia.
► Neurológicas: cefaleas tensionales, insomnio.
► Osteomusculares: contracturas, artralgias, fibromialgia autoinmunes.
► Emocionales: depresión, ansiedad, delirios.
La Nación
El espacio de lectura e investigación, se encuentra emplazado en calle 21 de mayo 2080, esquina Latorre, a un costado del Liceo Industrial.
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