Por: Andrés Rebolledo Smitmans

Hoy a las 00:00 se efectuará el cambio de hora para gran parte de Chile Continental e Insular, lo que significará retrasar en una hora los relojes. Esta es una práctica tradicionalmente realizada en el país y en varias partes del mundo, concebida para maximizar la utilización de la luz del sol en el quehacer diario de las personas. La gran novedad de este proceso en el año 2017 es que, por primera vez y a diferencia del resto de Chile continental, la Región de Magallanes y la Antártica Chilena permanecerá en el horario de verano, con lo que podrá aprovechar aún más de la luz solar.

Remontándonos al origen de la medida en el mundo, la historia nos indica que por allá en 1784 Benjamín Franklin, en aquella época embajador de Estados Unidos en Francia, envió una carta al diario Le Journal de París proponiendo una serie de medidas para propender al ahorro energético, entre otras, imponer unos impuestos a las personas cuyas contraventanas impidiesen la entrada de luz a sus habitaciones, regular el consumo de cera y velas, y hacer repicar las campanas de la iglesia al amanecer para que todo el mundo se levantase a la misma hora, todas medidas para aprovechar al máximo la luz natural frente a la llegada de la temporada de invierno.

Si bien desde el origen de estas medidas está en el ahorro energético, estudios como el realizado por la U. de Chile en 2009, o el realizado por Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) han demostrado que los beneficios para las personas van más allá del menor consumo de la electricidad.

En lo que representa una medida muy anhelada por sus habitantes, en 2017 la Región de Magallanes y la Antártica Chilena no deberá retrasar la hora como sí lo hará el resto de Chile, con lo que permanecerá en el horario de verano de manera permanente. Esto en la práctica significa que por tres meses, se encontrará una hora adelantada en relación a Chile Continental y tres horas respecto de Chile Insular.
La decisión fue anunciada por la Presidenta Michelle Bachelet en diciembre de 2016 y promulgada en enero de 2017, esto es, con una adecuada antelación que permitió realizar los ajustes necesarios para una fluida implementación del horario permanente de verano en Magallanes.

Para la población de esta región, el nuevo horario significará poder aprovechar en mayor medida la luz natural al final del día, permitiéndoles extender la realización de actividades familiares, recreativas y deportivas por un mayor lapso de tiempo, lo que se suma a otros potenciales beneficios como pueden ser el ahorro energético, el mejor aprovechamiento de la luz natural para actividades de turismo o los efectos sobre la seguridad pública.
La decisión de implementar un horario diferenciado para Magallanes respecto del resto del territorio chileno continental implica un paso inédito en el proceso de regionalización del país, en este caso reconociendo que, debido a las diferencias geográficas originadas en la extensión del territorio de Chile, los habitantes de esa región pedían la implementación para ellos de una política horaria diferenciada que, en definitiva, les permitiera mejorar su calidad de vida.

El proceso para llegar a esa decisión incluyó analizar las opiniones que diversos actores nacionales y regionales aportaron, por ejemplo involucrando directamente a la región a través de la Universidad de Magallanes, entidad que entregó el estudio «Análisis Huso Horario Diferenciado para la Región de Magallanes y Antártica Chilena» y que sirvió como antecedente directo en la toma de la decisión de la Presidenta.
Tal como ha sido el sello del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, en la construcción de la política energética hemos escuchado a la gente, sus anhelos, deseos y esperanzas, porque sin los ciudadanos, ninguna de las acciones que el gobierno emprende, tendría sentido. Ahí radica nuestro principal éxito y, también, nuestra principal responsabilidad.

El establecimiento de un horario único para Magallanes es hoy un anhelo cumplido para los habitantes de esta región, pero también es una victoria, un triunfo de la voluntad de una comunidad que participó activamente en la toma de decisiones y en la construcción de su futuro.
Un futuro, que de hoy en adelante, y no es una metáfora o una figura literaria, será más luminoso.