30 de noviembre de 2020
Quizás, la crónica mundial de la muerte de un futbolista famoso, opacó en nuestra ciudad el deceso de una mujer sencilla que, como muchas heroínas inéditas, se van sin pena ni gloria y sin ocupar unas líneas en las páginas de la historia.
No hubo largas filas para contemplarla por última vez en su féretro pero, en cambio, la calle donde vivía en la población Santos Mardones, se repletó de gente, especialmente jóvenes, que la despidieron al ritmo de batucada gritando a los cuatro vientos su nombre: ¡Nancy!
Si, Nancy Violeta López Campana, una dama que cultivó el canto como solista, con su guitarra e integrando el Conjunto de Proyección Folklórica “Anakai”, oportunidad en que, además, se mostró como una actriz en presentaciones de teatro costumbrista con su grupo, con el cual realizó diversas presentaciones y giras al norte del país.
Como solista, obtuvo el galardón de la Artista más Popular, en el Festival de Cerro Sombrero y también incursionó en el radioteatro, grabando junto a sus vecinos la historia de la Población Santos Mardones.
En su amada población se dedicó a colaborar con los jóvenes del sector ganando su aprecio, con sus consejos y participación de sus hijos y nietos en la batucada que la despidió frente a su casa al son de sus tambores y bombos y luego en el ingreso al camposanto.
Hincha número uno del Club Deportivo Santos Mardones, estuvo con los jóvenes desde la fundación de la entidad, cuando se jugaba en cancha de tierra, lavándoles incluso las camisetas luego de los partidos, a los cuales asistía infaltablemente.
Al ingreso a la necrópolis, mientras su ataúd era sacado del carro mortuorio, se escuchaba el ritmo de la batucada y, a la vez, la grabación de canciones entonadas por Nancy, accediendo a una petición que siempre les hizo: quiero que pongan mis canciones cuando me despidan en mi viaje sin regreso.
Fue una escena muy emocionante ver a esos jóvenes llorando abrazados a la urna, que estaba cubierta por una camiseta del Club de sus amores, el Deportivo Santos Mardones.
El detenido, de 58 años y con antecedentes penales, quedó apercibido por disposición del Ministerio Público.
El detenido, de 58 años y con antecedentes penales, quedó apercibido por disposición del Ministerio Público.