26 de mayo de 2016
Luego de los acuerdos firmados por los dirigentes sociales y sindicales de Chiloé con las autoridades y el término de las movilizaciones y protestas en la Región de Los Lagos, pareciera que la crisis va desapareciendo de los distintos medios de comunicación y todo vuelve a ser como antes.
Pero, nada más lejos de la realidad que esa sensación de que ya pasó todo. Nada de eso. El conflicto sigue vivo y las situaciones que lo desataron siguen allí y -lo que es más grave- siguen sin solución y, en algunos casos, como el número de los miles de cesantes siguen creciendo.
El mar sigue enfermo y la marea roja sigue allí, la crisis de los despidos en las salmoneras y en las plantas procesadoras de mariscos sigue allí, los recolectores de algas y mariscadores de orilla siguen sin poder recolectar sus productos, las mujeres que trabajan como desconchadoras de mariscos siguen con las manos cruzadas, el comercio se deprime día a día porque la gente tiene poco dinero para comprar productos, y una larga lista de etcétera que nos dicen que los problemas de Chiloé y toda la región de Los Lagos no han pasado, la situación se mantiene tal cual y se va agravando ante el invierno que se acerca.
Es cierto que el bono pactado con el gobierno es un alivio para la subsistencia de muchas familias, pero es eso: un alivio ante una situación desesperada. Además, el bono no es para todos los que perdieron sus fuentes de trabajo, sino para ciertos sectores de la producción pesquera. Es indignante la reacción inicial de las autoridades del país que ante la protesta dicen: no somos un gobierno de billetera fácil. ¡Qué ofensa para los chilotes que no están pidiendo regalos, sino soluciones al problema de falta de trabajo!, al tiempo que pareciera que para otras cosas sí se es de billetera muy fácil, especialmente frente a las desprolijidades y chambonadas que todo el país conoce.
Por cierto, además están todos los otros problemas de Chiloé que se hicieron presentes en la protesta: la pobreza y enormes brechas de desigualdad, el aislamiento y abandono por años, la falta de servicios básicos de calidad en vivienda, salud y educación, el centralismo agobiante que comprende muy poco de lo que pasa en las regiones e impide una mayor autodeterminación.
Una solidaridad con Chiloé ha sido muy importante durante los días de las protestas apoyadas por la gran mayoría de los magallánicos y la gente de todo Chile, pero esa solidaridad activa es ahora tanto o más necesaria que en las semanas pasadas, porque la gente de Chiloé sigue sin poder trabajar en el mar enfermo, los problemas ecológicos y sociales son una sola crisis, y el invierno se acerca con cara de necesidad en muchos hogares.
Una forma efectiva de expresar esa solidaridad es meterse la mano al bolsillo y aportar lo que cada uno pueda para ir en ayuda de la gente de Chiloé. Por eso, los católicos de Punta Arenas este domingo, en todas las Eucaristías y celebraciones de nuestras Parroquias y comunidades, haremos una colecta especial para enviar esos aportes a la Pastoral SocialCáritas del Obispado de Ancud que canaliza la ayuda a tantas familias de Chiloé que pasan apremiantes necesidades para tener pan en sus mesas.
26 de Mayo de 2016
Fuera de que los tiempos que toman los permisos para proyectos de hidrógeno verde constituyen una gran preocupación, dada la urgencia de la descarbonización, el presidente de la asociación gremial tiene confianza en el Estado para sacar adelante los megaproyectos.
Fuera de que los tiempos que toman los permisos para proyectos de hidrógeno verde constituyen una gran preocupación, dada la urgencia de la descarbonización, el presidente de la asociación gremial tiene confianza en el Estado para sacar adelante los megaproyectos.