Durante la tarde de ayer el Secretario de Desarrollo Social y Familia, Danilo Mimica acompañó al equipo ejecutor de la Ruta Protege a entregar los servicios de este dispositivo, orientado a las personas en situación de calle, y que por segunda vez se está implementando en Punta Arenas durante un año ininterrumpido para aquellas personas que no adhieren a los albergues. La Ruta Protege que financia el Ministerio de Desarrollo Social y Familia está siendo ejecutada por el Hogar de Cristo, fundación que se encarga durante dos jornadas (mañana y la tarde) de entregar servicios de alimentación, elementos de higiene personal, abrigo, y un trabajo de difusión de la oferta destinada a que las personas dejen de pernoctar en la calle y utilicen los albergues. Durante este recorrido, el Seremi Mimica en compañía del Jefe de Operación Social del Hogar de Cristo, Álvaro Rondón, visitaron algunos de los puntos de calle localizados por la ruta. La autoridad del ramo destacó que “la ruta Protege está llegando a cerca de doce puntos ubicados en diversos sectores que están siendo utilizados para pernoctar o como lugar de encuentro entre personas en situación de calle. Aparte de la entrega de alimentación y elementos de abrigo, el trabajo de la Ruta Protege es generar un vínculo con los usuarios para identificar alguna situación de emergencia que puedan estar viviendo, y así iniciar los procesos de derivaciones a los recintos de salud o a la red social que contribuya a superar la situación de calle”. A su vez, Álvaro Rondón, señaló que “es imprescindible que los dispositivos de emergencia sean reconocidos por toda la comunidad y particularmente por las personas en situación de calle, y que a su vez, se encuentren disponibles de manera oportuna y que tengamos más y mejores políticas públicas. Con esta ruta y a través de las prestaciones entregadas, tales como alimentación, kit de abrigo y kit de higiene, lo que logramos es un acercamiento concreto y directo a las personas que están en la calle, y que por algún motivo no acuden regularmente a alojamientos de emergencia. Fundación Hogar de Cristo, gracias al financiamiento que proviene del Ministerio Desarrollo Social y Familia, dispone de un equipo de profesionales que cada día, recorre los rincones de la ciudad para brindar este apoyo, particularmente necesario en un crudo invierno como este”. Durante este mes la Secretaría de Desarrollo Social y Familia implementará una segunda ruta, que cumple las mismas funciones a la que actualmente se encuentra en ejecución, pero en otros horarios para llegar a más usuarios. Además, se activará una tercera que corresponde a la ruta médica, dispositivo que contempla un equipo clínico dirigido a brindar atenciones de salud a los hombres y mujeres en situación de calle. Para financiar los tres albergues en la región y las tres rutas en Punta Arenas el ministerio dispuso un monto cercano a los $600 millones, donde destaca el aumento del 30% que este año tendrá el presupuesto de la ruta médica, lo que permitirá pasar de ochenta a cien días de atención. Formas de ayudar Para ayudar a alguien en situación de calle, se puede llamar al Fono Calle 800 104 777, opción 0. Asimismo, en el sitio web https://codigoazul.ministeriodesarrollosocial.gob.cl se pueden ver los albergues disponibles por región, sus cupos, horarios y ubicaciones.
Este lunes los magallánicos se enteraron de la muerte de este chilote avecindado en la región y con larga experiencia viviendo en calle. Falleció tratando de buscar calor en un cajero automático en la Plaza de Armas. Su caso da luces de cómo operan los programas permanentes y de emergencia destinados a los más pobres entre los pobres. Por Ximena Torres Cautivo Fotos: Ruta Calle Hogar de Cristo Magallanes Antenoche murió –como nadie debería morir–, Manuel Cárdenas (67). De noche, solo, en la calle, con el termómetro marcando temperaturas bajo cero en la blanca y gélida Punta Arenas, que seguirá azotada por inéditos temporales de nieve y viento. Su cuerpo sin vida fue encontrado al interior de un cajero automático en la Plaza Muñoz Gamero, en pleno centro de la ciudad. Era participante regular de la Hospedería del Hogar de Cristo, con intervalos, marcados por un intensivo consumo de alcohol, que es común a la mayoría de las 167 personas en situación de calle contabilizadas en la región. Acá es mucho más el alcohol que otras drogas lo que deteriora a este grupo de hombres y mujeres, en su mayoría provenientes del norte. Un norte que en Magallanes parte en Aysén. CÓMO EVITAR MUERTES Manuel era oriundo de Chiloé. Hoy su cuerpo sin vida espera la llegada de sus parientes, quienes lo trasladarán a la isla grande para sus pompas fúnebres. Manuel Cárdenas es el segundo fallecido este 2024 en la región de Magallanes, engrosando una estadística nacional que pocos registran, porque vulnerabilidad e invisibilidad suelen ser, en este caso, sinónimos. De acuerdo a datos de Fundación Moviliza, que lleva un registro histórico de muertes desde 2020 a la fecha, 363 personas en situación de calle han perdido la vida en esa condición: en la calle. Doce lo han hecho en la región de Magallanes en ese periodo. La estadística no considera a Manuel Cárdenas, por lo reciente del hecho. Serían 363 entonces. –¿Se podría haber evitado su fallecimiento en condiciones tan extremas en una ciudad límite bajo un fenómeno climático tan adverso? Responde Álvaro Rodón, el jefe de operación social del Hogar de Cristo en la región de Magallanes: –Sin duda, faltan dispositivos de emergencia para responder a la inédita intensidad de este invierno. Hoy por las calles de la ciudad no se puede caminar por lo resbaladizo del hielo, cuesta conducir, manejar vehículos es desafiante y complejo. Pese a eso nosotros diariamente activamos nuestra ruta de calle permanente, que funciona a lo largo de todo el año y que posee financiamiento del Ministerio de Desarrollo Social y Familia. La ruta de emergencia, que dura 150 días y opera durante el invierno es la que aún no se activa. Nosotros no estamos a cargo de ella, pero pensamos que el fallecimiento de Manuel debería activarla de inmediato, para no tener que lamentar más pérdidas de vidas. Con la Hospedería del Hogar de Cristo y los albergues de Natales y de Punta Arenas a tope, el Hogar de Cristo sale a diario a las rutas de calle, entregando almuerzo y onces. Eso les permite estar atentos al estado de salud de las personas y a sus necesidades. Salen llueva, nieve o truene, lo que en la región y, por estos días, está siendo parte de la vida en un invierno particularmente duro. Dice Álvaro Rondón: –La semana pasada la máxima autoridad regional visitó un albergue y se espantó con el pésimo estado de las instalaciones: cañerías reventadas, sin agua caliente ni calefacción y decidió utilizar las instalaciones del hogar indígena que estaba sin uso. Y aunque la decisión, generó molestia en las comunidades y otras entidades vinculadas a la causa indígena, se resolvió bien, a mi juicio. Poniendo la urgencia sobre las consideraciones políticas. Acá hay que actuar ágil y permanentemente contra condiciones climáticas extremas para salvar vidas. “Nosotros nos percatamos tarde esa noche de que Manuel no había venido a dormir el domingo. Eso sucedía con él con regularidad por su problema de consumo. No era raro. Con la Hospedería a tope como estaba, no tuvimos capacidad como ocurre en tiempos menos atareados de salir a buscarlo. Tampoco llegó un alerta, lo que también es común. ¿Conclusión? Necesitamos todos los dispositivos de emergencia disponibles activos. HIPOTERMIA Hoy, Santiago vive una tregua de sol y cielos despejados después de intensas lluvias, heladas y bajas temperaturas, que quizás permitan empatizar con el frío y las nevadas antárticas que han congelado hasta las olas del Estrecho de Magallanes. Que han reventado cañerías. Que han dejado sin agua caliente las duchas de los magallánicos prósperos, como sucedió en la casa de la familia Boric Font, según contó el propio presidente de la República de visita en la zona este fin de semana en que murió de frío y en la calle Manuel Cárdenas. Las hospederías y albergues están con su capacidad a tope en Punta Arenas y en Puerto Natales, donde existen estos programas. Como vimos, el equipo social del Hogar de Cristo que hace Ruta de Calle no se deja avasallar por las nevazones, los fuertes vientos y las temperaturas bajo cero, y visita los puntos, que son rucos, fuertemente fijados al suelo, o construcciones abandonadas o precarias donde suelen resguardarse las personas. Muchas de ellas son conocidas por el equipo, llevan años deambulando por calles y campos, yendo de un punto a otro, buscando una salida al desamparo. Pero les juegan en contra la soledad, los trastornos mentales, el consumo problemático. Una suma de factores que puede resumirse en una frase: pobreza y falta de oportunidades. Las causas de muerte en calle son las siguientes, de acuerdo a los datos de Fundación Moviliza para lo que lleva corrido de este año. Habría que agregar a Manuel, quien murió de frío. De hipotermia. VISITA EN RUTA DE CALLE Este es el registro de una Ruta de Calle magallánica y de sus protagonistas. Están las dos profesionales que integran el equipo social del Hogar de Cristo: Jessenia Vargas y Virginia Aguayo. Y las cinco personas que ubicaron en un recorrido la semana pasada, cuando –como suele pasar– cesó la nevazón, dando paso a un día de frío seco e intenso. Alex Otárola es padre de 5 hijos de unos 30 a 35 años y ha vivido parte de ellos en situación de calle en la región. Actualmente se guarece en un container en la zona norte de Punta Arenas. Hace trabajos esporádicos en el campo. Como suele ser, recibió agradecido la comida caliente que le llevaron las profesionales. Omar Guenchuman tiene unos 50 años, de los cuales la mayoría los ha pasado a la intemperie. Hoy se le reconoce como un tremendo logro la construcción de un ruco de cierta solidez, como exige la supervivencia en una zona así de extrema. El ruco se levanta al sur de la ciudad. Y el mayor problema de Omar, lo que atenta contra él mismo y lo hace caer una y otra vez, es el consumo problemático de alcohol. Esto le dificulta el conseguir trabajo y lograr dejar la calle, en un círculo vicioso que se prolonga por años. En un sector que acá llaman “andino” y en la parte alta de Punta Arenas vive Rolando Nain (61 años). Por el problema que se repite en la mayor parte de los casos –consumo de alcohol de pésima calidad y en exceso–, vive solo en una casa alejada de la ciudad sector andino, donde lucha contra problemas hepáticos severos. Cuenta con una hermana como única red de apoyo. Las mujeres en situación de calle son mucho menos que los hombres. Un 16% del total, según una de las últimas cifras oficiales confiables, aunque la migración y la pandemia las ha hecho aumentar visiblemente. Ellas son menos, pero son más perjudicadas por la dureza y precariedad de la vida en calle. Más en una zona de características geográficas y climáticas tan extremas, como la región de Magallanes. Mariela Aguilante anda por los 50 años, parte de los cuales los ha vivido en situación de calle. Gracias a la buena voluntad de algunos, a veces ha habitado en viviendas prestadas, de manera temporal. Pero siempre esa ayuda ha estado condicionada a que se mantenga sobria. El consumo de alcohol ha dejado en ella una huella indeleble difícil de soslayar. Proserpina del Pilar –Pilar, pide que la llamen– lo que menos tiene es prosperidad. Vive en el centro de Punta Arenas –nada lejos de la plaza de Armas, donde murió Manuel–, en las ruinas de lo que fue su casa. Hace 5 años, su vivienda sufrió un incendio y quedó reducida a unos cuantos palos parados. Ahí vive esta mujer de 50 años, compasiva y generosa que, pese a sus dolencias, a su precariedad económica y a la fragilidad del cascarón que habita, siempre abre las puertas a los más necesitados. Ella es otra de las beneficiadas con la ruta de calle que el Hogar de Cristo hace a diario. Y que dado el inclemente invierno magallánico actual, tal como lo demuestra la triste muerte del chilote Manuel Cárdenas, es ciertamente insuficiente.
Aunque esto es más efectivo y económico que mantener residencias de larga estadía, el programa de Cuidados Domiciliarios de Senama, en 2022 cubrió apenas al 2,9% de la población que requiere atención en sus casas. Poco más de mil 500 de un total de más de 52 mil. El estudio de la fundación aborda esta realidad, los retos para el Estado y la sociedad civil, y la urgente necesidad de contar con una política social que permita dar una respuesta digna al creciente número de personas mayores que necesitan cuidados en sus últimos años de vida. Comunicaciones Hogar de Cristo Santiago, 2 de julio. En 2022, el programa Cuidados Domiciliarios de Senama alcanzó a atender sólo a 1.515 personas mayores, en circunstancias que 52.125 requieren de esa atención. Esto significa que cubre apenas al 2,9% de quienes necesitan cuidados. Y la atención es absolutamente insuficiente, ya que consiste en dos visitas semanales con una duración de tres horas cada una para personas con dependencia moderada o severa. La OCDE recomienda 22 horas semanales en el primer caso y 41 horas semanales en el segundo. Es evidente que las 6 horas del Senama se quedan cortas. Considerando que a nivel mundial, las políticas públicas están promoviendo el envejecimiento en casa, que las residencias de larga estadía no dan abasto y son carísimas, que Chile envejece y el envejecimiento empobrece a los mayores y a sus familias, más si ya eran pobres y vulnerables, la inminencia de un colapso social es evidente. Equivalente al del Sename, que ya presenciamos en los últimos años. Frente a esta realidad, la Dirección Social del Hogar de Cristo presentará este miércoles 3 de julio, en el Centro de Extensión de la Universidad Católica, la sexta investigación de la serie Del Dicho al Derecho: “¿Dónde envejecer: Estándares de calidad en la atención domiciliaria de personas mayores en Chile”. El estudio, que tomó dos años, propone un modelo de atención en sus casas para adultos mayores con dependencia. Se basa en la realidad actual de la tercera edad, en particular la que vive en pobreza. También analiza la experiencia internacional y las conclusiones de un panel de 46 expertos, que evaluaron cualitativa y cuantitativamente recomendaciones para mejorar la atención domiciliaria de quienes tienen dependencia en Chile. Los especialistas consensuaron 54 recomendaciones en tres ámbitos: políticas públicas de envejecimiento, sistema de cuidados de larga duración (CLD) y servicios y prestaciones de atención domiciliaria. Liliana Cortés, la directora social nacional del Hogar de Cristo, sostiene sobre “¿Dónde Envejecer?” y sus conclusiones: “Las cifras y la realidad que nos muestran regularmente los noticieros, con personas mayores en soledad, que incluso mueren sin que nadie repare en su ausencia hasta que el olor avisa de su muerte, revelan la urgencia de ocuparnos seriamente de este tema. Esa es la verdadera previsión. Darnos cuenta de que al ritmo que vamos: aumentan los que requieren cuidados y disminuyen quienes pueden entregarlos. Chile envejece de manera acelerada, en 2025, un tercio de la población tendrá más de 60 años, y si seguimos sin hacer nada, las personas mayores morirán en la calle”. Aunque la tendencia mundial apunta a que los adultos mayores envejezcan en sus hogares, aún hay quienes abogan por mantener establecimientos de larga estadía (ELEAM), pero ahí la realidad es todavía más crítica. Las listas de espera son eternas, frente a un Senama que administra 20 residencias, donde hay 1.188 camas. De ellas, 168 se ubican en la Región Metropolitana. Por otro lado, la oferta total de ELEAM registrados formalmente en Chile es de 878 centros, donde casi la mitad se encuentra en la capital (429). En promedio, cada centro tiene 27 camas, por lo que a nivel nacional habría 23.706 cupos. Las camas que hay no alcanzan ni siquiera para atender a un décimo de las personas en Chile que tienen alguna necesidad o dependencia. Casi 3,7 millones de personas en Chile son mayores de 60 años −un 18,4% de la población−, y de ese total casi 800 mil presentan algún grado de dependencia. Un acelerado proceso de envejecimiento de la población, que se asocia a un incremento de los niveles de dependencia, representa un enorme desafío para el país. ¿Dónde y cómo terminarán sus días estos adultos mayores? Mientras la demanda de cuidado va en aumento, la oferta es cada vez menor debido fundamentalmente a la mayor cantidad de mujeres que trabajan y a la reducción del tamaño de las familias. A esto se agrega que en 2020 existían 4,2 personas mayores dependientes por cada 100 no dependientes y se estima que esta cifra aumentará a 12,7 en 2050. Y el 17,9% de los hogares con personas mayores presenta pobreza multidimensional, lo que contrasta con el 10,8% de los hogares sin presencia de mayores, según la encuesta Casen 2022. Se requiere con urgencia contar con un sistema nacional de apoyo y cuidado de larga duración, universal, integral y continuo, priorizando la atención domiciliaria por parte de trabajadores remunerados con formación y certificación. Esa es la principal recomendación de “¿Dónde Envejecer?”
Señor Director: Mientras el frente de mal tiempo causa estragos dejando un fallecido, 6.392 damnificados, más de 2.000 viviendas dañadas y más de 60 mil hogares sin luz, hay una estadística que nadie considera y que nos resulta intolerable: las personas en situación de calle no tienen dónde refugiarse. Según el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, son 21.172 las personas en situación de calle, cifra por lejos subestimada, nuestra estimación es que llegan a 40 mil. Los programas destinados a atenderlos tienen capacidad para 6.125 personas y si a ello sumamos el Plan Protege Calle para enfrentar las emergencias, llegamos en total a 10.655. La brecha es evidente, más aún si consideramos que el Plan 2024 aún está en proceso de adjudicación. Sinceramente no sabemos cómo se puede ofrecer ayuda oportuna a la población más excluida y vulnerable del país en tiempos excepcionales como éste. En Hogar de Cristo hemos aumentado en 85 los cupos de nuestras hospederías, a nuestra capacidad habitual de 1086 atenciones entre los distintos programas sociales como son las casas de acogida, las rutas calle y las rutas de voluntarios que tenemos en todo el país. Todo nos parece insuficiente para enfrentar esta dramática emergencia climática. Por ello pedimos con urgencia que se liberen los recursos presupuestados para aumentar a la brevedad la capacidad de albergues transitorios y abogar para que de ahora en adelante exista un presupuesto excepcional para situaciones como esta que permitan cuidar la vida de las personas más excluidas y vulnerables del país. Liliana Cortés Directora Social Nacional de Hogar de Cristo
Señor director, Desde Fundación Súmate hemos anunciado el cierre de la Escuela Nuevo Futuro ubicada en Concepción, una de las 4 escuelas de reingreso con las que contábamos para ofrecer una alternativa atractiva a jóvenes que han sido excluidos del sistema escolar. Es una decisión dolorosa para nuestra comunidad, sumamente contradictoria, pues una fundación que lucha contra la exclusión educativa de los jóvenes podría eventualmente incrementar la cifra. Los motivos para este cierre apuntan a la ausencia de un financiamiento estable para hacerse cargo de este grupo históricamente ignorado e invisibilizado. Son jóvenes que en el pasado sufrieron la exclusión, el daño a su autoestima y la ausencia de perspectivas de un mejor futuro para ellos y sus familias; jóvenes que hoy se lamentan de este cierre por las redes sociales pues encontraron en esta escuela un espacio acogedor donde estaban retomando sus estudios para obtener su cuarto medio, aprender un oficio y sentirse parte de una comunidad. A cada uno de ellos le estamos buscando un lugar para continuar su trayectoria escolar. Las escuelas de reingreso funcionan bajo una modalidad educativa que fue creada el año 2021 por el Consejo Nacional de Educación, pero que hasta la fecha carece de financiamiento en el presupuesto de la nación y por ende sólo existe en el papel. Un proyecto de ley descansa en el Congreso para remediar esta situación, pero no se vislumbra interés en darle urgencia a una solución. La cuenta pública del ministro Cataldo y luego del presidente Boric priorizan las modificaciones a la nueva educación pública –una política pública sin duda muy importante- pero olvidan a los más de 50.000 niños, niñas y jóvenes que año tras año dejan un sistema escolar que les ha fallado. ¿Qué estamos esperando? Paula Montes Directora Ejecutiva de Fundación Súmate
Durante la tarde de ayer el Secretario de Desarrollo Social y Familia, Danilo Mimica acompañó al equipo ejecutor de la Ruta Protege a entregar los servicios de este dispositivo, orientado a las personas en situación de calle, y que por segunda vez se está implementando en Punta Arenas durante un año ininterrumpido para aquellas personas que no adhieren a los albergues. La Ruta Protege que financia el Ministerio de Desarrollo Social y Familia está siendo ejecutada por el Hogar de Cristo, fundación que se encarga durante dos jornadas (mañana y la tarde) de entregar servicios de alimentación, elementos de higiene personal, abrigo, y un trabajo de difusión de la oferta destinada a que las personas dejen de pernoctar en la calle y utilicen los albergues. Durante este recorrido, el Seremi Mimica en compañía del Jefe de Operación Social del Hogar de Cristo, Álvaro Rondón, visitaron algunos de los puntos de calle localizados por la ruta. La autoridad del ramo destacó que “la ruta Protege está llegando a cerca de doce puntos ubicados en diversos sectores que están siendo utilizados para pernoctar o como lugar de encuentro entre personas en situación de calle. Aparte de la entrega de alimentación y elementos de abrigo, el trabajo de la Ruta Protege es generar un vínculo con los usuarios para identificar alguna situación de emergencia que puedan estar viviendo, y así iniciar los procesos de derivaciones a los recintos de salud o a la red social que contribuya a superar la situación de calle”. A su vez, Álvaro Rondón, señaló que “es imprescindible que los dispositivos de emergencia sean reconocidos por toda la comunidad y particularmente por las personas en situación de calle, y que a su vez, se encuentren disponibles de manera oportuna y que tengamos más y mejores políticas públicas. Con esta ruta y a través de las prestaciones entregadas, tales como alimentación, kit de abrigo y kit de higiene, lo que logramos es un acercamiento concreto y directo a las personas que están en la calle, y que por algún motivo no acuden regularmente a alojamientos de emergencia. Fundación Hogar de Cristo, gracias al financiamiento que proviene del Ministerio Desarrollo Social y Familia, dispone de un equipo de profesionales que cada día, recorre los rincones de la ciudad para brindar este apoyo, particularmente necesario en un crudo invierno como este”. Durante este mes la Secretaría de Desarrollo Social y Familia implementará una segunda ruta, que cumple las mismas funciones a la que actualmente se encuentra en ejecución, pero en otros horarios para llegar a más usuarios. Además, se activará una tercera que corresponde a la ruta médica, dispositivo que contempla un equipo clínico dirigido a brindar atenciones de salud a los hombres y mujeres en situación de calle. Para financiar los tres albergues en la región y las tres rutas en Punta Arenas el ministerio dispuso un monto cercano a los $600 millones, donde destaca el aumento del 30% que este año tendrá el presupuesto de la ruta médica, lo que permitirá pasar de ochenta a cien días de atención. Formas de ayudar Para ayudar a alguien en situación de calle, se puede llamar al Fono Calle 800 104 777, opción 0. Asimismo, en el sitio web https://codigoazul.ministeriodesarrollosocial.gob.cl se pueden ver los albergues disponibles por región, sus cupos, horarios y ubicaciones.
Este lunes los magallánicos se enteraron de la muerte de este chilote avecindado en la región y con larga experiencia viviendo en calle. Falleció tratando de buscar calor en un cajero automático en la Plaza de Armas. Su caso da luces de cómo operan los programas permanentes y de emergencia destinados a los más pobres entre los pobres. Por Ximena Torres Cautivo Fotos: Ruta Calle Hogar de Cristo Magallanes Antenoche murió –como nadie debería morir–, Manuel Cárdenas (67). De noche, solo, en la calle, con el termómetro marcando temperaturas bajo cero en la blanca y gélida Punta Arenas, que seguirá azotada por inéditos temporales de nieve y viento. Su cuerpo sin vida fue encontrado al interior de un cajero automático en la Plaza Muñoz Gamero, en pleno centro de la ciudad. Era participante regular de la Hospedería del Hogar de Cristo, con intervalos, marcados por un intensivo consumo de alcohol, que es común a la mayoría de las 167 personas en situación de calle contabilizadas en la región. Acá es mucho más el alcohol que otras drogas lo que deteriora a este grupo de hombres y mujeres, en su mayoría provenientes del norte. Un norte que en Magallanes parte en Aysén. CÓMO EVITAR MUERTES Manuel era oriundo de Chiloé. Hoy su cuerpo sin vida espera la llegada de sus parientes, quienes lo trasladarán a la isla grande para sus pompas fúnebres. Manuel Cárdenas es el segundo fallecido este 2024 en la región de Magallanes, engrosando una estadística nacional que pocos registran, porque vulnerabilidad e invisibilidad suelen ser, en este caso, sinónimos. De acuerdo a datos de Fundación Moviliza, que lleva un registro histórico de muertes desde 2020 a la fecha, 363 personas en situación de calle han perdido la vida en esa condición: en la calle. Doce lo han hecho en la región de Magallanes en ese periodo. La estadística no considera a Manuel Cárdenas, por lo reciente del hecho. Serían 363 entonces. –¿Se podría haber evitado su fallecimiento en condiciones tan extremas en una ciudad límite bajo un fenómeno climático tan adverso? Responde Álvaro Rodón, el jefe de operación social del Hogar de Cristo en la región de Magallanes: –Sin duda, faltan dispositivos de emergencia para responder a la inédita intensidad de este invierno. Hoy por las calles de la ciudad no se puede caminar por lo resbaladizo del hielo, cuesta conducir, manejar vehículos es desafiante y complejo. Pese a eso nosotros diariamente activamos nuestra ruta de calle permanente, que funciona a lo largo de todo el año y que posee financiamiento del Ministerio de Desarrollo Social y Familia. La ruta de emergencia, que dura 150 días y opera durante el invierno es la que aún no se activa. Nosotros no estamos a cargo de ella, pero pensamos que el fallecimiento de Manuel debería activarla de inmediato, para no tener que lamentar más pérdidas de vidas. Con la Hospedería del Hogar de Cristo y los albergues de Natales y de Punta Arenas a tope, el Hogar de Cristo sale a diario a las rutas de calle, entregando almuerzo y onces. Eso les permite estar atentos al estado de salud de las personas y a sus necesidades. Salen llueva, nieve o truene, lo que en la región y, por estos días, está siendo parte de la vida en un invierno particularmente duro. Dice Álvaro Rondón: –La semana pasada la máxima autoridad regional visitó un albergue y se espantó con el pésimo estado de las instalaciones: cañerías reventadas, sin agua caliente ni calefacción y decidió utilizar las instalaciones del hogar indígena que estaba sin uso. Y aunque la decisión, generó molestia en las comunidades y otras entidades vinculadas a la causa indígena, se resolvió bien, a mi juicio. Poniendo la urgencia sobre las consideraciones políticas. Acá hay que actuar ágil y permanentemente contra condiciones climáticas extremas para salvar vidas. “Nosotros nos percatamos tarde esa noche de que Manuel no había venido a dormir el domingo. Eso sucedía con él con regularidad por su problema de consumo. No era raro. Con la Hospedería a tope como estaba, no tuvimos capacidad como ocurre en tiempos menos atareados de salir a buscarlo. Tampoco llegó un alerta, lo que también es común. ¿Conclusión? Necesitamos todos los dispositivos de emergencia disponibles activos. HIPOTERMIA Hoy, Santiago vive una tregua de sol y cielos despejados después de intensas lluvias, heladas y bajas temperaturas, que quizás permitan empatizar con el frío y las nevadas antárticas que han congelado hasta las olas del Estrecho de Magallanes. Que han reventado cañerías. Que han dejado sin agua caliente las duchas de los magallánicos prósperos, como sucedió en la casa de la familia Boric Font, según contó el propio presidente de la República de visita en la zona este fin de semana en que murió de frío y en la calle Manuel Cárdenas. Las hospederías y albergues están con su capacidad a tope en Punta Arenas y en Puerto Natales, donde existen estos programas. Como vimos, el equipo social del Hogar de Cristo que hace Ruta de Calle no se deja avasallar por las nevazones, los fuertes vientos y las temperaturas bajo cero, y visita los puntos, que son rucos, fuertemente fijados al suelo, o construcciones abandonadas o precarias donde suelen resguardarse las personas. Muchas de ellas son conocidas por el equipo, llevan años deambulando por calles y campos, yendo de un punto a otro, buscando una salida al desamparo. Pero les juegan en contra la soledad, los trastornos mentales, el consumo problemático. Una suma de factores que puede resumirse en una frase: pobreza y falta de oportunidades. Las causas de muerte en calle son las siguientes, de acuerdo a los datos de Fundación Moviliza para lo que lleva corrido de este año. Habría que agregar a Manuel, quien murió de frío. De hipotermia. VISITA EN RUTA DE CALLE Este es el registro de una Ruta de Calle magallánica y de sus protagonistas. Están las dos profesionales que integran el equipo social del Hogar de Cristo: Jessenia Vargas y Virginia Aguayo. Y las cinco personas que ubicaron en un recorrido la semana pasada, cuando –como suele pasar– cesó la nevazón, dando paso a un día de frío seco e intenso. Alex Otárola es padre de 5 hijos de unos 30 a 35 años y ha vivido parte de ellos en situación de calle en la región. Actualmente se guarece en un container en la zona norte de Punta Arenas. Hace trabajos esporádicos en el campo. Como suele ser, recibió agradecido la comida caliente que le llevaron las profesionales. Omar Guenchuman tiene unos 50 años, de los cuales la mayoría los ha pasado a la intemperie. Hoy se le reconoce como un tremendo logro la construcción de un ruco de cierta solidez, como exige la supervivencia en una zona así de extrema. El ruco se levanta al sur de la ciudad. Y el mayor problema de Omar, lo que atenta contra él mismo y lo hace caer una y otra vez, es el consumo problemático de alcohol. Esto le dificulta el conseguir trabajo y lograr dejar la calle, en un círculo vicioso que se prolonga por años. En un sector que acá llaman “andino” y en la parte alta de Punta Arenas vive Rolando Nain (61 años). Por el problema que se repite en la mayor parte de los casos –consumo de alcohol de pésima calidad y en exceso–, vive solo en una casa alejada de la ciudad sector andino, donde lucha contra problemas hepáticos severos. Cuenta con una hermana como única red de apoyo. Las mujeres en situación de calle son mucho menos que los hombres. Un 16% del total, según una de las últimas cifras oficiales confiables, aunque la migración y la pandemia las ha hecho aumentar visiblemente. Ellas son menos, pero son más perjudicadas por la dureza y precariedad de la vida en calle. Más en una zona de características geográficas y climáticas tan extremas, como la región de Magallanes. Mariela Aguilante anda por los 50 años, parte de los cuales los ha vivido en situación de calle. Gracias a la buena voluntad de algunos, a veces ha habitado en viviendas prestadas, de manera temporal. Pero siempre esa ayuda ha estado condicionada a que se mantenga sobria. El consumo de alcohol ha dejado en ella una huella indeleble difícil de soslayar. Proserpina del Pilar –Pilar, pide que la llamen– lo que menos tiene es prosperidad. Vive en el centro de Punta Arenas –nada lejos de la plaza de Armas, donde murió Manuel–, en las ruinas de lo que fue su casa. Hace 5 años, su vivienda sufrió un incendio y quedó reducida a unos cuantos palos parados. Ahí vive esta mujer de 50 años, compasiva y generosa que, pese a sus dolencias, a su precariedad económica y a la fragilidad del cascarón que habita, siempre abre las puertas a los más necesitados. Ella es otra de las beneficiadas con la ruta de calle que el Hogar de Cristo hace a diario. Y que dado el inclemente invierno magallánico actual, tal como lo demuestra la triste muerte del chilote Manuel Cárdenas, es ciertamente insuficiente.
Aunque esto es más efectivo y económico que mantener residencias de larga estadía, el programa de Cuidados Domiciliarios de Senama, en 2022 cubrió apenas al 2,9% de la población que requiere atención en sus casas. Poco más de mil 500 de un total de más de 52 mil. El estudio de la fundación aborda esta realidad, los retos para el Estado y la sociedad civil, y la urgente necesidad de contar con una política social que permita dar una respuesta digna al creciente número de personas mayores que necesitan cuidados en sus últimos años de vida. Comunicaciones Hogar de Cristo Santiago, 2 de julio. En 2022, el programa Cuidados Domiciliarios de Senama alcanzó a atender sólo a 1.515 personas mayores, en circunstancias que 52.125 requieren de esa atención. Esto significa que cubre apenas al 2,9% de quienes necesitan cuidados. Y la atención es absolutamente insuficiente, ya que consiste en dos visitas semanales con una duración de tres horas cada una para personas con dependencia moderada o severa. La OCDE recomienda 22 horas semanales en el primer caso y 41 horas semanales en el segundo. Es evidente que las 6 horas del Senama se quedan cortas. Considerando que a nivel mundial, las políticas públicas están promoviendo el envejecimiento en casa, que las residencias de larga estadía no dan abasto y son carísimas, que Chile envejece y el envejecimiento empobrece a los mayores y a sus familias, más si ya eran pobres y vulnerables, la inminencia de un colapso social es evidente. Equivalente al del Sename, que ya presenciamos en los últimos años. Frente a esta realidad, la Dirección Social del Hogar de Cristo presentará este miércoles 3 de julio, en el Centro de Extensión de la Universidad Católica, la sexta investigación de la serie Del Dicho al Derecho: “¿Dónde envejecer: Estándares de calidad en la atención domiciliaria de personas mayores en Chile”. El estudio, que tomó dos años, propone un modelo de atención en sus casas para adultos mayores con dependencia. Se basa en la realidad actual de la tercera edad, en particular la que vive en pobreza. También analiza la experiencia internacional y las conclusiones de un panel de 46 expertos, que evaluaron cualitativa y cuantitativamente recomendaciones para mejorar la atención domiciliaria de quienes tienen dependencia en Chile. Los especialistas consensuaron 54 recomendaciones en tres ámbitos: políticas públicas de envejecimiento, sistema de cuidados de larga duración (CLD) y servicios y prestaciones de atención domiciliaria. Liliana Cortés, la directora social nacional del Hogar de Cristo, sostiene sobre “¿Dónde Envejecer?” y sus conclusiones: “Las cifras y la realidad que nos muestran regularmente los noticieros, con personas mayores en soledad, que incluso mueren sin que nadie repare en su ausencia hasta que el olor avisa de su muerte, revelan la urgencia de ocuparnos seriamente de este tema. Esa es la verdadera previsión. Darnos cuenta de que al ritmo que vamos: aumentan los que requieren cuidados y disminuyen quienes pueden entregarlos. Chile envejece de manera acelerada, en 2025, un tercio de la población tendrá más de 60 años, y si seguimos sin hacer nada, las personas mayores morirán en la calle”. Aunque la tendencia mundial apunta a que los adultos mayores envejezcan en sus hogares, aún hay quienes abogan por mantener establecimientos de larga estadía (ELEAM), pero ahí la realidad es todavía más crítica. Las listas de espera son eternas, frente a un Senama que administra 20 residencias, donde hay 1.188 camas. De ellas, 168 se ubican en la Región Metropolitana. Por otro lado, la oferta total de ELEAM registrados formalmente en Chile es de 878 centros, donde casi la mitad se encuentra en la capital (429). En promedio, cada centro tiene 27 camas, por lo que a nivel nacional habría 23.706 cupos. Las camas que hay no alcanzan ni siquiera para atender a un décimo de las personas en Chile que tienen alguna necesidad o dependencia. Casi 3,7 millones de personas en Chile son mayores de 60 años −un 18,4% de la población−, y de ese total casi 800 mil presentan algún grado de dependencia. Un acelerado proceso de envejecimiento de la población, que se asocia a un incremento de los niveles de dependencia, representa un enorme desafío para el país. ¿Dónde y cómo terminarán sus días estos adultos mayores? Mientras la demanda de cuidado va en aumento, la oferta es cada vez menor debido fundamentalmente a la mayor cantidad de mujeres que trabajan y a la reducción del tamaño de las familias. A esto se agrega que en 2020 existían 4,2 personas mayores dependientes por cada 100 no dependientes y se estima que esta cifra aumentará a 12,7 en 2050. Y el 17,9% de los hogares con personas mayores presenta pobreza multidimensional, lo que contrasta con el 10,8% de los hogares sin presencia de mayores, según la encuesta Casen 2022. Se requiere con urgencia contar con un sistema nacional de apoyo y cuidado de larga duración, universal, integral y continuo, priorizando la atención domiciliaria por parte de trabajadores remunerados con formación y certificación. Esa es la principal recomendación de “¿Dónde Envejecer?”
Señor Director: Mientras el frente de mal tiempo causa estragos dejando un fallecido, 6.392 damnificados, más de 2.000 viviendas dañadas y más de 60 mil hogares sin luz, hay una estadística que nadie considera y que nos resulta intolerable: las personas en situación de calle no tienen dónde refugiarse. Según el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, son 21.172 las personas en situación de calle, cifra por lejos subestimada, nuestra estimación es que llegan a 40 mil. Los programas destinados a atenderlos tienen capacidad para 6.125 personas y si a ello sumamos el Plan Protege Calle para enfrentar las emergencias, llegamos en total a 10.655. La brecha es evidente, más aún si consideramos que el Plan 2024 aún está en proceso de adjudicación. Sinceramente no sabemos cómo se puede ofrecer ayuda oportuna a la población más excluida y vulnerable del país en tiempos excepcionales como éste. En Hogar de Cristo hemos aumentado en 85 los cupos de nuestras hospederías, a nuestra capacidad habitual de 1086 atenciones entre los distintos programas sociales como son las casas de acogida, las rutas calle y las rutas de voluntarios que tenemos en todo el país. Todo nos parece insuficiente para enfrentar esta dramática emergencia climática. Por ello pedimos con urgencia que se liberen los recursos presupuestados para aumentar a la brevedad la capacidad de albergues transitorios y abogar para que de ahora en adelante exista un presupuesto excepcional para situaciones como esta que permitan cuidar la vida de las personas más excluidas y vulnerables del país. Liliana Cortés Directora Social Nacional de Hogar de Cristo
Señor director, Desde Fundación Súmate hemos anunciado el cierre de la Escuela Nuevo Futuro ubicada en Concepción, una de las 4 escuelas de reingreso con las que contábamos para ofrecer una alternativa atractiva a jóvenes que han sido excluidos del sistema escolar. Es una decisión dolorosa para nuestra comunidad, sumamente contradictoria, pues una fundación que lucha contra la exclusión educativa de los jóvenes podría eventualmente incrementar la cifra. Los motivos para este cierre apuntan a la ausencia de un financiamiento estable para hacerse cargo de este grupo históricamente ignorado e invisibilizado. Son jóvenes que en el pasado sufrieron la exclusión, el daño a su autoestima y la ausencia de perspectivas de un mejor futuro para ellos y sus familias; jóvenes que hoy se lamentan de este cierre por las redes sociales pues encontraron en esta escuela un espacio acogedor donde estaban retomando sus estudios para obtener su cuarto medio, aprender un oficio y sentirse parte de una comunidad. A cada uno de ellos le estamos buscando un lugar para continuar su trayectoria escolar. Las escuelas de reingreso funcionan bajo una modalidad educativa que fue creada el año 2021 por el Consejo Nacional de Educación, pero que hasta la fecha carece de financiamiento en el presupuesto de la nación y por ende sólo existe en el papel. Un proyecto de ley descansa en el Congreso para remediar esta situación, pero no se vislumbra interés en darle urgencia a una solución. La cuenta pública del ministro Cataldo y luego del presidente Boric priorizan las modificaciones a la nueva educación pública –una política pública sin duda muy importante- pero olvidan a los más de 50.000 niños, niñas y jóvenes que año tras año dejan un sistema escolar que les ha fallado. ¿Qué estamos esperando? Paula Montes Directora Ejecutiva de Fundación Súmate