En una jornada llena de reflexión y celebración, los natalinos conmemoraron el Día del Campesino y Campesina. El evento contó con la presencia del delegado de la provincia de Última Esperanza, Guillermo Ruiz; la alcaldesa Antonieta Oyarzo; el consejero regional Patricio Gamín; y el director regional de INDAP, Gabriel Zegers, quienes destacaron el rol crucial de la agricultura en la soberanía alimentaria. La celebración incluyó rifas, actos musicales, y la presentación de un video que explicó en parte los fondos por más de tres mil millones de pesos que aportará el Gobierno Regional para mejorar la infraestructura agrícola y las competencias para enfrentar con éxito el cambio climático. En ese contexto el director regional de INDAP, Gabriel Zegers, expuso sobre el convenio aprobado por los consejeros regionales.Esta inversión histórica busca impulsar el desarrollo agrícola en la región, mejorando la productividad y la sostenibilidad de los sistemas de producción, y apoyando a los pequeños y medianos agricultores en su adaptación a los efectos del cambio climático, expresó Zegers. El convenio incluye medidas para mejorar la infraestructura de riego, almacenamiento y comercialización, así como programas de capacitación y asistencia técnica para los campesinos. Con esta iniciativa, INDAP busca contribuir al crecimiento económico y social de la región y fortalecer la resiliencia de los sistemas agrícolas frente a los desafíos climáticos. La actividad, organizada por los propios agricultores y apoyada por la Agencia de Área de Puerto Natales de INDAP, reunió a cerca de 50 campesinos. También participaron en el evento el delegado de la provincia de Última Esperanza, Guillermo Ruiz, y la alcaldesa Antonieta Oyarzo, quienes recordaron la reforma agraria y subrayaron la importancia del trabajo de los agricultores y los beneficios de los fondos del Gobierno Regional. Me tocó, como consejera, apoyar el primer convenio realizado entre INDAP y el Gobierno Regional, y ahora, desde la alcaldía, hemos trabajado y apoyado el agro. Ellos cumplen un rol fundamental, expresó Oyarzo. Por su parte, el consejero regional Patricio Gamín destacó el trabajo que realizan los jóvenes en el ámbito agrícola. Y los dirigentes campesinos expresaron su satisfacción y agradecimiento por esta importante inversión, que consideran un impulso significativo para el desarrollo agrícola en la región.
La esencia es clara: cooperar y apoyar a los demás. Este es el verdadero espíritu de la minga, una tradición profundamente arraigada en la cultura chilota que un grupo de campesinos mantiene viva en Tierra del Fuego. Su objetivo es prosperar y superar las duras condiciones climáticas que la isla impone a la agricultura. Cada año, un grupo de 15 hombres y mujeres, la mayoría provenientes de Chiloé, se reúne para llevar a cabo distintas tareas. En esta ocasión, se dedicaron a preparar compost colectivo, que en septiembre utilizarán para preparar la tierra antes de la siembra. Su meta es obtener al menos 60 sacos. La jornada de trabajo siempre concluye con una pequeña celebración culinaria. Lo que hacemos es natural, sin químicos. Esto es beneficioso para nuestra salud y para quienes compran nuestros productos. Queremos entregar alimentos sanos, nutritivos y de calidad para nuestra localidad, afirma Margot Ruiz, agricultora de Porvenir. Margot, descendiente de mapuches huilliches, llegó a la Patagonia desde Chiloé con sus padres y ha estado dedicada a la agricultura junto a su familia, primero en Timaukel y durante casi dos décadas en la capital fueguina. La preparación del compost comienza con la recolección de desechos orgánicos como guano, cáscaras de centolla y otros restos marinos, que se mezclan con residuos vegetales y restos de alimentos. Esta mezcla se coloca en pilas que se voltean regularmente para asegurar una adecuada aireación y descomposición. A medida que los microorganismos trabajan, los desechos se transforman en un compost rico en nutrientes, ideal para mejorar la calidad del suelo y proporcionar un fertilizante natural y sin químicos. Para nosotros, esto es una actividad común. Siempre hacemos mingas, ya sea para construir invernaderos o para cualquier otra tarea. Es la única forma de salir adelante. Hay que asociarse con el vecino, y esta es una manera de ayudarnos mutuamente. Para mí, es algo normal, explica Héctor Morales, agricultor y avicultor recientemente destacado por INDAP en el Día de las Campesinas y Campesinos. Idea que Juana Ruiz, agricultora y dueña del predio donde se realizó la actividad, refrenda: Siempre trabajamos colectivamente. Armamos los invernaderos juntos, sembramos cuando es necesario y nos ayudamos en las tareas. Nos organizamos y nos apoyamos mutuamente. Las autoridades del sector agropecuario también se unieron al trabajo colectivo, destacando la importancia de la organización y la cooperación. El convenio entre el Gobierno Regional e INDAP, que destina más de 3 mil millones a la agricultura familiar campesina, demuestra que cuando los organismos públicos colaboran, se favorece el desarrollo. Esta colaboración tipo 'minga' refuerza nuestro compromiso con el fortalecimiento de la agricultura local, expresó Irene Ramírez, seremi de Agricultura. Gabriel Zegers, director regional de INDAP, destacó cómo las políticas públicas del Estado pueden tener un impacto positivo. Vemos cómo el INDAP se refleja fuertemente cuando la comunidad trabaja en conjunto. Las personas están replicando su trabajo y conocimientos, así como el buen uso de esta infraestructura, afirmó. Además, valoró que el reciente proyecto INDAP aprobado por el Gobierno Regional permitirá multiplicar el impacto y financiar infraestructura agrícola en Porvenir. En tanto, Felipe Sánchez, asesor técnico de Prodesal, resaltó la belleza de cómo los agricultores chilotes llevan consigo la cultura de la minga, uniendo fuerzas para ayudarse mutuamente. Aunque esta vez se dedicaron a preparar compost, también participan en la construcción de invernaderos y en la colocación de plástico. Al final de cada jornada, comparten una comida, lo que fortalece las redes comunitarias y reafirma la confianza y la cultura compartida. La agricultura en esta zona austral es un desafío constante debido al viento y las bajas temperaturas, que limitan la producción a una agricultura estacional. Sin embargo, estos agricultores han aprendido a adaptarse y superar estos obstáculos. Gracias al apoyo de INDAP, han avanzado significativamente en la soberanía alimentaria de la región, ofreciendo productos frescos, sanos y libres de químicos a la comunidad.
En una votación unánime, los Consejeros Regionales aprobaron el innovador programa de Transferencia tecnológica e inversión para la Agricultura Familiar Campesina (AFC) presentado por INDAP. Con una inversión de poco más de 3 mil 200 millones de pesos, esta iniciativa busca fortalecer la infraestructura agrícola y mejorar las competencias de los agricultores en tiempos de crisis climáticas. La votación se realizó en presencia de dirigentes campesinas, jóvenes rurales y autoridades del sector agrícola, quienes sellaron el compromiso con un aplauso. Ya en la mañana, la comisión de presupuesto había aprobado los recursos por unanimidad, augurando un buen resultado. Durante la sesión, el agricultor Gonzalo Castillo leyó una carta de intenciones escrita por los jóvenes del programa de Jóvenes Rurales de INDAP. Soñamos con una mayor participación de la juventud en la agricultura, continuando el legado de nuestros mayores. Queremos que aquellos que migraron por razones laborales puedan volver a sus tierras o adquirir terreno propio, y que nuevos jóvenes sin conocimiento de agricultura se sientan atraídos por este hermoso oficio, expresó Castillo. Además, destacó el compromiso de los jóvenes con la agroecología y la hidroponía, promoviendo prácticas agrícolas sostenibles en el contexto de la crisis hídrica global. Patricia Delgado, dirigente del Consejo Asesor Campesino, valoró el aporte y agradeció el compromiso de los consejeros. Este es el segundo convenio que INDAP construye con el Gobierno Regional. El primero, aprobado en 2017, transformó el campo y eso se nota en las ferias y lo comprueba la comunidad. Pero aún hay mucho más por crecer y esperamos avanzar hasta poder satisfacer la demanda regional, indicó. Varios consejeros expresaron su apoyo al proyecto. Magdiel Guerrero fue uno de los más aplaudidos, felicitando a los campesinos por su esfuerzo y resiliencia. Ustedes cultivan la esperanza y la resiliencia, peleando contra la incertidumbre, valores que hoy van en retirada, precisó Guerrero. El director regional de INDAP, Gabriel Zegers, destacó que este programa ayuda a reducir la brecha de desigualdad entre los campesinos de la región y el resto del país. La agricultura familiar campesina genera el 57% de los alimentos del país, y en Magallanes, este porcentaje está entre el 11% y 15%. El desafío es aumentar la productividad, mejorar las tecnologías y desarrollar una agricultura sustentable que cuide el agua, recupere suelos degradados y entregue alimentos sanos y frescos a la comunidad, afirmó Zegers. El gobernador regional, Jorge Flies, valoró el apoyo de los consejeros y subrayó el potencial de crecimiento del proyecto para la región. Destacó que, aunque fue un proyecto complejo, contó con la participación activa de los agricultores y tiene como objetivo avanzar hacia la soberanía alimentaria. Flies recordó que, cuando era Intendente, lideró el primer convenio suscrito con INDAP en 2017, el cual fue un éxito rotundo. Finalmente, la seremi de Agricultura, Irene Ramírez, aseguró que este convenio deja en buen pie al sector y que los avances comenzarán a ser notorios en la presente temporada. Además, explicó que el actual convenio se centra en apoyar principalmente a los jóvenes y a las mujeres. Agradecemos la mirada estratégica del gobierno regional para fortalecer la agricultura familiar campesina, lo que permitirá avanzar en la seguridad y soberanía alimentaria de nuestra región, uno de los principales lineamientos del ministerio de agricultura en la administración del presidente Boric, señaló Ramírez.
En el Día de las Campesinas y Campesinos 2024, INDAP reconoce a cuatro agricultores de la región de Magallanes por su innovación, compromiso con la soberanía alimentaria y esfuerzo para superar las complejas condiciones climáticas. En esta zona austral, la agricultura requiere el uso de invernaderos de alta calidad, cortinas cortavientos y cosecha de agua lluvia para compensar la escasez hídrica durante los periodos estivales. Héctor Moisés Morales Garrido, de Porvenir; María Crispina Muñoz Ulloa, de Puerto Williams; Patricia Pabla Mora Silva, de Puerto Natales; y María Juana Vargas Toro, de Punta Arenas han dedicado gran parte de su vida a fortalecer la agricultura familiar campesina y cumplen con estas premisas. Gabriel Zegers, director regional de INDAP, afirmó que hoy, más que nunca, es indispensable apoyar a la agricultura familiar campesina. Este sector produce más del 80% de los alimentos que consume el mundo y garantiza un suministro constante y diversificado. Por esta razón, el reconocimiento a los agricultores destacados se extiende a todo el sector. En la agricultura familiar campesina reconocemos los métodos sostenibles y tradicionales que promueven la biodiversidad y protegen los ecosistemas. Estos métodos no solo generan empleo y fortalecen las comunidades locales, sino que también preservan la cultura y las tradiciones ancestrales, contribuyendo significativamente a la cohesión social y a la identidad regional, destacó Zegers. Además, precisó que el impacto de esta agricultura en la economía rural es notable. El Día de las Campesinas y Campesinos se conmemora a nivel nacional cada 28 de julio, en honor a la promulgación de la Ley de Reforma Agraria y las Leyes de Sindicalización Campesina. Este año, en Magallanes, los dirigentes campesinos decidieron realizar un programa radial especial el próximo lunes 29 de julio, a las 11 horas, en el dial 88.5 FM de Radio Presidente Ibáñez. Además, el 4 de septiembre, cuando comienza la temporada, se llevará a cabo un acto conmemorativo. Aves que pastorean Entre los premiados destaca Héctor Morales, agricultor y productor avícola, conocido a nivel nacional por construir el motel más grande de gallinas en la Patagonia. Hoy, sus aves pastorean en siembras de avena, y cuenta con más de cinco invernaderos y un tanque de agua de cien mil litros. Todo un innovador, Morales desarrolla su actividad al otro lado del Estrecho de Magallanes, en Tierra del Fuego, la isla más grande de Chile, conocida en la cartografía del pasado como Terra Australis Ignota. Hace más de una década, Morales se jubiló y, debido a que su pensión no era suficiente, decidió emprender. Cuesta mucho insertarse en la vida laboral, así que me arriesgué con este emprendimiento, ya que tenía experiencia en el rubro, asegura. En Tierra del Fuego, Morales posee el centro avícola más grande de la zona, ubicado 5 kilómetros al sur de la ciudad de Porvenir. Aportando a la soberanía alimentaria Este año, en la austral Puerto Williams, destaca la historia de María Muñoz. A pesar de las temperaturas bajo cero, ella entrega huevos frescos a los cerca de 3 mil habitantes de la ciudad. La clara es más espesa y lo mejor está en el sabor. Se nota altiro que son frescos y la gente los reconoce. Pese al frío, mis gallinas todavía dan al menos un huevo al día, cuenta María Muñoz, agricultora y productora avícola del sector de huertos familiares de la comuna de Cabo de Hornos. Hace 20 años, cuando llegué con mi marido a vivir a Puerto Williams, solo una señora tenía veinte gallinas, pero el visón se las comió todas y nos quedamos sin huevos frescos en el pueblo. Así resume María la historia avícola de esta pequeña localidad situada a orillas del canal Beagle. Este episodio se convirtió en un desafío personal para ella, impulsándola a construir su propia trayectoria en la crianza de aves. Hoy en día, hay poco más de 500 gallinas ponedoras en toda la isla, lo cual es todo un récord, considerando las permanentes temperaturas bajo cero y los constantes depredadores. Originaria de la isla Butachauques, en Chiloé, María llegó a Puerto Williams hace 20 años, después de haber vivido otros 20 en Punta Arenas. Nos vinimos por trabajo. Mi esposo es carpintero de profesión y encontró empleo en la construcción. Me gustó mucho Puerto Williams; en ese entonces era más bonito que ahora. El clima ha cambiado bastante, pero como somos chilotes, seguimos con la agricultura y criando gallinas, dice orgullosa María, quien tiene más de cien gallinas de la raza Isa Brown. Fortaleza cooperativa En el Día del Campesino, INDAP reconoce a Patricia Pabla Mora Silva por su destacada labor y compromiso en la agricultura de Puerto Natales. Desde 2012, Patricia dedica su esfuerzo al cultivo de diversos productos agrícolas, aumentando tanto la cantidad como la calidad de su producción con el tiempo. Como la mayor de las hermanas Mora, todas involucradas en la agricultura, Patricia trabaja siempre bajo perfil, enfocándose en el crecimiento y la sostenibilidad. Actualmente, cultiva pepinos, frutillas, zapallitos italianos y tomates cherry en invernaderos, además de otros cultivos al aire libre, demostrando su adaptabilidad a los desafíos climáticos. En 2020, Patricia se unió a la Cooperativa Campos de Hielo Ltda., canalizando toda su producción a través de esta entidad. Recientemente, fue elegida para integrar el directorio en el período 2024-2026. Su participación activa en programas como el Programa TAS y el Programa de Asesoría Técnica (SAT) subraya su compromiso con prácticas agrícolas sostenibles. Con el respaldo de INDAP, Patricia gestiona cuatro invernaderos y una sala de acopio, y está implementando un proyecto de riego tecnificado para mejorar la eficiencia hídrica en sus unidades productivas. Patricia Pabla Mora Silva es un ejemplo del espíritu emprendedor y la tenacidad de los agricultores de Puerto Natales, destacándose no solo por sus logros comerciales, sino también por su visión a largo plazo y su compromiso con el medio ambiente, valoró Zegers. Toda una vida de innovación María Juana Vargas Toro ha dedicado toda su vida a fortalecer la agricultura familiar campesina, siempre guiada por un constante afán de innovar. A sus 75 años, sigue innovando con la hidroponía. En el mundo campesino, todos la conocen como Juana, ya que en su familia nadie usa el primer nombre completo. Así ocurre con su hija Angélica, que también es María de primer nombre, al igual que con sus hermanos y hermanas: No sé por qué pasa. Es como una tradición que nadie programó, comenta su hija. Los abuelos de Juana llegaron desde la región Vasca de España directamente a Chiloé, y después de algunos años se establecieron en Puerto Montt. En esta ciudad, en la comuna de Chinquihue, nació Juana, donde aprendió a cultivar y a amar la tierra. En 1971 se trasladó a Punta Arenas, y en la década de los ochenta adquirió una parcela en el sector norte de la ciudad. Desde entonces, el terreno se convirtió en una fuente de energía y vitalidad para ella. Porque apenas se instaló, organizó la parcela y comenzó a cultivar para el consumo familiar, criando gallinas, pavos, pollos, cerdos, gansos e incluso una oveja. También cultivó lechugas, zanahorias, papas y más, todo al aire libre con la ayuda de su familia los fines de semana. Incluso en aquella época, cultivó choclos, aunque, su hija Angélica Barría Vargas lamenta que entonces no tenían cámara fotográfica. Juana es una innovadora por excelencia. Ha llevado a cabo muchos proyectos por su cuenta, incluyendo la construcción de su primer invernadero con un préstamo que solicitó. Ahora está terminando el segundo, junto a su marido Jun Barría Andrade y planea experimentar con kale hidropónico y otras verduras. Aunque cultiva flores en tierra, está considerando la posibilidad de hacerlo también de manera hidropónica.
Cerca de 500 hectáreas sólo entre usuarios de INDAP transforman el paisaje y son el resultado de una insistente política pública de mejorar los suelos degradados y generar condiciones de autonomía para mantener a los animales. (BAJADA) Cada vez es más frecuente en los veranos de Tierra del Fuego encontrar paisajes de la estepa transformados en verdaderas alfombras de alfalfa y otros pastos. Cerca de 500 hectáreas, salpicadas con manchas verdes, son hoy el testimonio de una práctica ganadera cada vez más común y sustentable: la siembra de praderas. El cultivo de alfalfa, trébol y otros pastos no solo asegura el alimento para los animales durante los meses más fríos, sino que también contribuye a la sostenibilidad y productividad de las tierras. Mario Vera es uno de los ganaderos pioneros que transformó su estepa dura y pedregosa en auténticas alfombras verdes repletas de alfalfa, trébol y pasto ovillo. Su experiencia de más de 15 años sembrando y cosechando forraje le permite enfrentar con éxito las inclemencias del clima y asegurar la alimentación de sus ovejas durante el invierno. Costó al inicio, porque se requiere maquinaria y estar atento a todo el proceso, pero con el tiempo y el apoyo de INDAP hemos podido adquirir lo necesario, explicó orgulloso de su logro. Con 30 hectáreas de alfalfa y tres de avena, la cosecha de este año fue buena a pesar de la sequía y algunas heladas. Coseché más de dos mil fardos, cada uno entre 25 y 30 kilos. También dejé una siembra que doy directamente a los animales. Esto me asegura forraje para todo el invierno, explicó Vera, quien maneja 1.250 ovinos y lleva tres lustros en esta práctica. Hay momentos buenos y malos, pero siempre es importante sembrar porque así tienes tu forraje asegurado, independiente que te pueda faltar. Tener pasto es fundamental, afirmó. Mario también genera a veces excedentes de forraje para vender. Aun así, el ganadero usuario de INDAP aseguró que es hoy necesario el aporte de suplementos para los animales, especialmente cuando el invierno se adelantó con temperaturas bajo cero y mucha nieve en los meses de mayo y junio. Estamos dando la pelea, produciendo, vendiendo un poco y cosechando para el invierno difícil. Mis ovejas están en buena condición y espero poder proporcionarles el suplemento necesario para mantenerlas. Por eso, voy a postular a los fondos del gobierno regional, añadió. Sus campos están ubicados a 25 kilómetros de Porvenir. Nataly Gallardo, una pequeña ganadera de la isla, comenta con orgullo cómo las lluvias estivales favorecieron la buena cosecha de alfalfa y avena en la cosecha de este año. Gracias a estos campos tenemos alimentos para los animales en invierno. Todo lo que es pradera, siembra y establecimiento de praderas nos ha salvado la vida. Desde 2014 destino entre tres y cinco hectáreas a la siembra, y el apoyo de INDAP ha sido crucial. Sin sus aportes, no podríamos seguir existiendo, precisó. Este año no recibí el SIRSD-S, aunque mi proyecto fue aprobado, no obtuve financiamiento. Hay años en que uno tiene suerte y otros no. Esta vez no me tocó, pero lo entiendo; los recursos nunca son suficientes, añadió. Nataly maneja cerca de 750 ovinos y 50 bovinos. Las labores para preparar la tierra y el suelo las realiza ella misma entre los meses de abril y mayo, para sembrar en septiembre y cosechar en febrero. Entre las especies forrajeras que produce destacan la avena, las mezclas de pastos, el trébol blanco, el pasto ovillo y la festuca. En general, los ganaderos de INDAP saben que cada suelo es específico y requiere un estudio de fertilidad y estructura para decidir qué arado usar y cuál es el sector más conveniente para sembrar. Para recuperar las praderas degradadas y hacerlas más productivas, hasta el año pasado INDAP contaba con recursos disponibles a través del Sistema de Incentivos para la Sustentabilidad Agroambiental de los Suelos Agropecuarios (SIRSD-S). Se espera que este año el SIGESS reemplace al antiguo SIRSD, cuya ley caducó en 2022. Este nuevo sistema ha sido formulado de manera participativa, y hoy está en etapa de la construcción del reglamento de ley, la que contará con la retroalimentación de expertos y usuarios del sistema anterior (ver recuadro). Fernando Carvajal, ejecutivo de INDAP en Porvenir, Tierra del Fuego, destaca que hoy 14 ganaderos usuarios tienen siembras establecidas. El invierno recién comienza, y lo aconsejable es no confiarse. Este año se cosecharon cerca de 263 hectáreas solo de alfalfa, aseguró. En promedio, cada ovino necesita cerca de una hectárea para alimentarse. Con una población ovina de alrededor de dos millones, las praderas se han ido degradando, por lo que es imprescindible adoptar técnicas y manejos que ayuden a revertir esta situación, considerando que el pastoreo extensivo lleva más de cien años de historia. Gabriel Zegers, director regional de INDAP, valoró el progreso en Tierra del Fuego. Hay avances prometedores y buenos ejemplos de pequeños ganaderos que logran satisfacer las demandas del mercado, haciendo un uso más racional e intensivo de sus praderas. Asimismo, indicó que las medidas tomadas por el Ministerio de Agricultura, aportando asesoría y financiamiento, han dado resultados. En parcelas pequeñas, como las de nuestros usuarios, hemos logrado aumentar la productividad. Hoy, en menos terreno, es posible producir más corderos y de mejor calidad en carne y lana, precisó. En el caso de la ganadería mayor, es importante considerar las formas de pastoreo y el reposo que se les da a los campos sembrados. Es fundamental mejorar las praderas con riego y fertilizantes, pero siempre respondiendo a una planificación adecuada. No se trata de invertir por invertir, sino de realizar mejoras que respondan al potencial productivo de cada campo. El pastoreo sobre praderas regeneradas de alfalfa debe ser racional, respetando los periodos de reposo para mantener el vigor de las plantas. Finalmente, Zegers señaló que el gobierno del presidente Gabriel Boric busca darle una mayor atención a la pequeña agricultura, enfocándose en nuevas tecnologías, mejor aprovechamiento del agua y capacitación. Ley para recuperar suelos erosionados. El proyecto de ley para crear el Sistema de Incentivos para la Gestión Sostenible de Suelos (SIGESS), fue aprobado por la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados. Este proyecto, presentado por el presidente Gabriel Boric en octubre del año pasado, tiene como objetivo mejorar la sostenibilidad de la agricultura chilena y contrarrestar la pérdida de suelos y la erosión. El SIGESS reemplazará al antiguo Sistema de Incentivos para la Sustentabilidad Agroambiental de los Suelos Agropecuarios (SIRSD), cuya ley caducó en 2022. Hoy comienza la etapa de construcción del reglamento de la ley. El nuevo sistema incluirá tres instrumentos principales: una bonificación para incentivar prácticas de conservación y mejoramiento de suelos, capacitaciones y transferencia tecnológica para productores agrícolas, y un fondo comunitario para abordar problemáticas colectivas, como incendios e inundaciones, explicó Gabriel Zegers, director regional de INDAP. El SIGESS se enfocará en medidas paliativas contra la erosión y en acciones preventivas para proteger los suelos trabajados por pequeños y medianos productores, promoviendo la resiliencia frente al cambio climático. Este sistema será implementado por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) mediante planes de manejo elaborados por operadores acreditados. Tenemos la esperanza de que los parlamentarios aprueben pronto este proyecto, fundamental para la salud y productividad de los suelos, que son la principal fuente de alimentos del planeta, precisó Zegers.
En una jornada llena de reflexión y celebración, los natalinos conmemoraron el Día del Campesino y Campesina. El evento contó con la presencia del delegado de la provincia de Última Esperanza, Guillermo Ruiz; la alcaldesa Antonieta Oyarzo; el consejero regional Patricio Gamín; y el director regional de INDAP, Gabriel Zegers, quienes destacaron el rol crucial de la agricultura en la soberanía alimentaria. La celebración incluyó rifas, actos musicales, y la presentación de un video que explicó en parte los fondos por más de tres mil millones de pesos que aportará el Gobierno Regional para mejorar la infraestructura agrícola y las competencias para enfrentar con éxito el cambio climático. En ese contexto el director regional de INDAP, Gabriel Zegers, expuso sobre el convenio aprobado por los consejeros regionales.Esta inversión histórica busca impulsar el desarrollo agrícola en la región, mejorando la productividad y la sostenibilidad de los sistemas de producción, y apoyando a los pequeños y medianos agricultores en su adaptación a los efectos del cambio climático, expresó Zegers. El convenio incluye medidas para mejorar la infraestructura de riego, almacenamiento y comercialización, así como programas de capacitación y asistencia técnica para los campesinos. Con esta iniciativa, INDAP busca contribuir al crecimiento económico y social de la región y fortalecer la resiliencia de los sistemas agrícolas frente a los desafíos climáticos. La actividad, organizada por los propios agricultores y apoyada por la Agencia de Área de Puerto Natales de INDAP, reunió a cerca de 50 campesinos. También participaron en el evento el delegado de la provincia de Última Esperanza, Guillermo Ruiz, y la alcaldesa Antonieta Oyarzo, quienes recordaron la reforma agraria y subrayaron la importancia del trabajo de los agricultores y los beneficios de los fondos del Gobierno Regional. Me tocó, como consejera, apoyar el primer convenio realizado entre INDAP y el Gobierno Regional, y ahora, desde la alcaldía, hemos trabajado y apoyado el agro. Ellos cumplen un rol fundamental, expresó Oyarzo. Por su parte, el consejero regional Patricio Gamín destacó el trabajo que realizan los jóvenes en el ámbito agrícola. Y los dirigentes campesinos expresaron su satisfacción y agradecimiento por esta importante inversión, que consideran un impulso significativo para el desarrollo agrícola en la región.
La esencia es clara: cooperar y apoyar a los demás. Este es el verdadero espíritu de la minga, una tradición profundamente arraigada en la cultura chilota que un grupo de campesinos mantiene viva en Tierra del Fuego. Su objetivo es prosperar y superar las duras condiciones climáticas que la isla impone a la agricultura. Cada año, un grupo de 15 hombres y mujeres, la mayoría provenientes de Chiloé, se reúne para llevar a cabo distintas tareas. En esta ocasión, se dedicaron a preparar compost colectivo, que en septiembre utilizarán para preparar la tierra antes de la siembra. Su meta es obtener al menos 60 sacos. La jornada de trabajo siempre concluye con una pequeña celebración culinaria. Lo que hacemos es natural, sin químicos. Esto es beneficioso para nuestra salud y para quienes compran nuestros productos. Queremos entregar alimentos sanos, nutritivos y de calidad para nuestra localidad, afirma Margot Ruiz, agricultora de Porvenir. Margot, descendiente de mapuches huilliches, llegó a la Patagonia desde Chiloé con sus padres y ha estado dedicada a la agricultura junto a su familia, primero en Timaukel y durante casi dos décadas en la capital fueguina. La preparación del compost comienza con la recolección de desechos orgánicos como guano, cáscaras de centolla y otros restos marinos, que se mezclan con residuos vegetales y restos de alimentos. Esta mezcla se coloca en pilas que se voltean regularmente para asegurar una adecuada aireación y descomposición. A medida que los microorganismos trabajan, los desechos se transforman en un compost rico en nutrientes, ideal para mejorar la calidad del suelo y proporcionar un fertilizante natural y sin químicos. Para nosotros, esto es una actividad común. Siempre hacemos mingas, ya sea para construir invernaderos o para cualquier otra tarea. Es la única forma de salir adelante. Hay que asociarse con el vecino, y esta es una manera de ayudarnos mutuamente. Para mí, es algo normal, explica Héctor Morales, agricultor y avicultor recientemente destacado por INDAP en el Día de las Campesinas y Campesinos. Idea que Juana Ruiz, agricultora y dueña del predio donde se realizó la actividad, refrenda: Siempre trabajamos colectivamente. Armamos los invernaderos juntos, sembramos cuando es necesario y nos ayudamos en las tareas. Nos organizamos y nos apoyamos mutuamente. Las autoridades del sector agropecuario también se unieron al trabajo colectivo, destacando la importancia de la organización y la cooperación. El convenio entre el Gobierno Regional e INDAP, que destina más de 3 mil millones a la agricultura familiar campesina, demuestra que cuando los organismos públicos colaboran, se favorece el desarrollo. Esta colaboración tipo 'minga' refuerza nuestro compromiso con el fortalecimiento de la agricultura local, expresó Irene Ramírez, seremi de Agricultura. Gabriel Zegers, director regional de INDAP, destacó cómo las políticas públicas del Estado pueden tener un impacto positivo. Vemos cómo el INDAP se refleja fuertemente cuando la comunidad trabaja en conjunto. Las personas están replicando su trabajo y conocimientos, así como el buen uso de esta infraestructura, afirmó. Además, valoró que el reciente proyecto INDAP aprobado por el Gobierno Regional permitirá multiplicar el impacto y financiar infraestructura agrícola en Porvenir. En tanto, Felipe Sánchez, asesor técnico de Prodesal, resaltó la belleza de cómo los agricultores chilotes llevan consigo la cultura de la minga, uniendo fuerzas para ayudarse mutuamente. Aunque esta vez se dedicaron a preparar compost, también participan en la construcción de invernaderos y en la colocación de plástico. Al final de cada jornada, comparten una comida, lo que fortalece las redes comunitarias y reafirma la confianza y la cultura compartida. La agricultura en esta zona austral es un desafío constante debido al viento y las bajas temperaturas, que limitan la producción a una agricultura estacional. Sin embargo, estos agricultores han aprendido a adaptarse y superar estos obstáculos. Gracias al apoyo de INDAP, han avanzado significativamente en la soberanía alimentaria de la región, ofreciendo productos frescos, sanos y libres de químicos a la comunidad.
En una votación unánime, los Consejeros Regionales aprobaron el innovador programa de Transferencia tecnológica e inversión para la Agricultura Familiar Campesina (AFC) presentado por INDAP. Con una inversión de poco más de 3 mil 200 millones de pesos, esta iniciativa busca fortalecer la infraestructura agrícola y mejorar las competencias de los agricultores en tiempos de crisis climáticas. La votación se realizó en presencia de dirigentes campesinas, jóvenes rurales y autoridades del sector agrícola, quienes sellaron el compromiso con un aplauso. Ya en la mañana, la comisión de presupuesto había aprobado los recursos por unanimidad, augurando un buen resultado. Durante la sesión, el agricultor Gonzalo Castillo leyó una carta de intenciones escrita por los jóvenes del programa de Jóvenes Rurales de INDAP. Soñamos con una mayor participación de la juventud en la agricultura, continuando el legado de nuestros mayores. Queremos que aquellos que migraron por razones laborales puedan volver a sus tierras o adquirir terreno propio, y que nuevos jóvenes sin conocimiento de agricultura se sientan atraídos por este hermoso oficio, expresó Castillo. Además, destacó el compromiso de los jóvenes con la agroecología y la hidroponía, promoviendo prácticas agrícolas sostenibles en el contexto de la crisis hídrica global. Patricia Delgado, dirigente del Consejo Asesor Campesino, valoró el aporte y agradeció el compromiso de los consejeros. Este es el segundo convenio que INDAP construye con el Gobierno Regional. El primero, aprobado en 2017, transformó el campo y eso se nota en las ferias y lo comprueba la comunidad. Pero aún hay mucho más por crecer y esperamos avanzar hasta poder satisfacer la demanda regional, indicó. Varios consejeros expresaron su apoyo al proyecto. Magdiel Guerrero fue uno de los más aplaudidos, felicitando a los campesinos por su esfuerzo y resiliencia. Ustedes cultivan la esperanza y la resiliencia, peleando contra la incertidumbre, valores que hoy van en retirada, precisó Guerrero. El director regional de INDAP, Gabriel Zegers, destacó que este programa ayuda a reducir la brecha de desigualdad entre los campesinos de la región y el resto del país. La agricultura familiar campesina genera el 57% de los alimentos del país, y en Magallanes, este porcentaje está entre el 11% y 15%. El desafío es aumentar la productividad, mejorar las tecnologías y desarrollar una agricultura sustentable que cuide el agua, recupere suelos degradados y entregue alimentos sanos y frescos a la comunidad, afirmó Zegers. El gobernador regional, Jorge Flies, valoró el apoyo de los consejeros y subrayó el potencial de crecimiento del proyecto para la región. Destacó que, aunque fue un proyecto complejo, contó con la participación activa de los agricultores y tiene como objetivo avanzar hacia la soberanía alimentaria. Flies recordó que, cuando era Intendente, lideró el primer convenio suscrito con INDAP en 2017, el cual fue un éxito rotundo. Finalmente, la seremi de Agricultura, Irene Ramírez, aseguró que este convenio deja en buen pie al sector y que los avances comenzarán a ser notorios en la presente temporada. Además, explicó que el actual convenio se centra en apoyar principalmente a los jóvenes y a las mujeres. Agradecemos la mirada estratégica del gobierno regional para fortalecer la agricultura familiar campesina, lo que permitirá avanzar en la seguridad y soberanía alimentaria de nuestra región, uno de los principales lineamientos del ministerio de agricultura en la administración del presidente Boric, señaló Ramírez.
En el Día de las Campesinas y Campesinos 2024, INDAP reconoce a cuatro agricultores de la región de Magallanes por su innovación, compromiso con la soberanía alimentaria y esfuerzo para superar las complejas condiciones climáticas. En esta zona austral, la agricultura requiere el uso de invernaderos de alta calidad, cortinas cortavientos y cosecha de agua lluvia para compensar la escasez hídrica durante los periodos estivales. Héctor Moisés Morales Garrido, de Porvenir; María Crispina Muñoz Ulloa, de Puerto Williams; Patricia Pabla Mora Silva, de Puerto Natales; y María Juana Vargas Toro, de Punta Arenas han dedicado gran parte de su vida a fortalecer la agricultura familiar campesina y cumplen con estas premisas. Gabriel Zegers, director regional de INDAP, afirmó que hoy, más que nunca, es indispensable apoyar a la agricultura familiar campesina. Este sector produce más del 80% de los alimentos que consume el mundo y garantiza un suministro constante y diversificado. Por esta razón, el reconocimiento a los agricultores destacados se extiende a todo el sector. En la agricultura familiar campesina reconocemos los métodos sostenibles y tradicionales que promueven la biodiversidad y protegen los ecosistemas. Estos métodos no solo generan empleo y fortalecen las comunidades locales, sino que también preservan la cultura y las tradiciones ancestrales, contribuyendo significativamente a la cohesión social y a la identidad regional, destacó Zegers. Además, precisó que el impacto de esta agricultura en la economía rural es notable. El Día de las Campesinas y Campesinos se conmemora a nivel nacional cada 28 de julio, en honor a la promulgación de la Ley de Reforma Agraria y las Leyes de Sindicalización Campesina. Este año, en Magallanes, los dirigentes campesinos decidieron realizar un programa radial especial el próximo lunes 29 de julio, a las 11 horas, en el dial 88.5 FM de Radio Presidente Ibáñez. Además, el 4 de septiembre, cuando comienza la temporada, se llevará a cabo un acto conmemorativo. Aves que pastorean Entre los premiados destaca Héctor Morales, agricultor y productor avícola, conocido a nivel nacional por construir el motel más grande de gallinas en la Patagonia. Hoy, sus aves pastorean en siembras de avena, y cuenta con más de cinco invernaderos y un tanque de agua de cien mil litros. Todo un innovador, Morales desarrolla su actividad al otro lado del Estrecho de Magallanes, en Tierra del Fuego, la isla más grande de Chile, conocida en la cartografía del pasado como Terra Australis Ignota. Hace más de una década, Morales se jubiló y, debido a que su pensión no era suficiente, decidió emprender. Cuesta mucho insertarse en la vida laboral, así que me arriesgué con este emprendimiento, ya que tenía experiencia en el rubro, asegura. En Tierra del Fuego, Morales posee el centro avícola más grande de la zona, ubicado 5 kilómetros al sur de la ciudad de Porvenir. Aportando a la soberanía alimentaria Este año, en la austral Puerto Williams, destaca la historia de María Muñoz. A pesar de las temperaturas bajo cero, ella entrega huevos frescos a los cerca de 3 mil habitantes de la ciudad. La clara es más espesa y lo mejor está en el sabor. Se nota altiro que son frescos y la gente los reconoce. Pese al frío, mis gallinas todavía dan al menos un huevo al día, cuenta María Muñoz, agricultora y productora avícola del sector de huertos familiares de la comuna de Cabo de Hornos. Hace 20 años, cuando llegué con mi marido a vivir a Puerto Williams, solo una señora tenía veinte gallinas, pero el visón se las comió todas y nos quedamos sin huevos frescos en el pueblo. Así resume María la historia avícola de esta pequeña localidad situada a orillas del canal Beagle. Este episodio se convirtió en un desafío personal para ella, impulsándola a construir su propia trayectoria en la crianza de aves. Hoy en día, hay poco más de 500 gallinas ponedoras en toda la isla, lo cual es todo un récord, considerando las permanentes temperaturas bajo cero y los constantes depredadores. Originaria de la isla Butachauques, en Chiloé, María llegó a Puerto Williams hace 20 años, después de haber vivido otros 20 en Punta Arenas. Nos vinimos por trabajo. Mi esposo es carpintero de profesión y encontró empleo en la construcción. Me gustó mucho Puerto Williams; en ese entonces era más bonito que ahora. El clima ha cambiado bastante, pero como somos chilotes, seguimos con la agricultura y criando gallinas, dice orgullosa María, quien tiene más de cien gallinas de la raza Isa Brown. Fortaleza cooperativa En el Día del Campesino, INDAP reconoce a Patricia Pabla Mora Silva por su destacada labor y compromiso en la agricultura de Puerto Natales. Desde 2012, Patricia dedica su esfuerzo al cultivo de diversos productos agrícolas, aumentando tanto la cantidad como la calidad de su producción con el tiempo. Como la mayor de las hermanas Mora, todas involucradas en la agricultura, Patricia trabaja siempre bajo perfil, enfocándose en el crecimiento y la sostenibilidad. Actualmente, cultiva pepinos, frutillas, zapallitos italianos y tomates cherry en invernaderos, además de otros cultivos al aire libre, demostrando su adaptabilidad a los desafíos climáticos. En 2020, Patricia se unió a la Cooperativa Campos de Hielo Ltda., canalizando toda su producción a través de esta entidad. Recientemente, fue elegida para integrar el directorio en el período 2024-2026. Su participación activa en programas como el Programa TAS y el Programa de Asesoría Técnica (SAT) subraya su compromiso con prácticas agrícolas sostenibles. Con el respaldo de INDAP, Patricia gestiona cuatro invernaderos y una sala de acopio, y está implementando un proyecto de riego tecnificado para mejorar la eficiencia hídrica en sus unidades productivas. Patricia Pabla Mora Silva es un ejemplo del espíritu emprendedor y la tenacidad de los agricultores de Puerto Natales, destacándose no solo por sus logros comerciales, sino también por su visión a largo plazo y su compromiso con el medio ambiente, valoró Zegers. Toda una vida de innovación María Juana Vargas Toro ha dedicado toda su vida a fortalecer la agricultura familiar campesina, siempre guiada por un constante afán de innovar. A sus 75 años, sigue innovando con la hidroponía. En el mundo campesino, todos la conocen como Juana, ya que en su familia nadie usa el primer nombre completo. Así ocurre con su hija Angélica, que también es María de primer nombre, al igual que con sus hermanos y hermanas: No sé por qué pasa. Es como una tradición que nadie programó, comenta su hija. Los abuelos de Juana llegaron desde la región Vasca de España directamente a Chiloé, y después de algunos años se establecieron en Puerto Montt. En esta ciudad, en la comuna de Chinquihue, nació Juana, donde aprendió a cultivar y a amar la tierra. En 1971 se trasladó a Punta Arenas, y en la década de los ochenta adquirió una parcela en el sector norte de la ciudad. Desde entonces, el terreno se convirtió en una fuente de energía y vitalidad para ella. Porque apenas se instaló, organizó la parcela y comenzó a cultivar para el consumo familiar, criando gallinas, pavos, pollos, cerdos, gansos e incluso una oveja. También cultivó lechugas, zanahorias, papas y más, todo al aire libre con la ayuda de su familia los fines de semana. Incluso en aquella época, cultivó choclos, aunque, su hija Angélica Barría Vargas lamenta que entonces no tenían cámara fotográfica. Juana es una innovadora por excelencia. Ha llevado a cabo muchos proyectos por su cuenta, incluyendo la construcción de su primer invernadero con un préstamo que solicitó. Ahora está terminando el segundo, junto a su marido Jun Barría Andrade y planea experimentar con kale hidropónico y otras verduras. Aunque cultiva flores en tierra, está considerando la posibilidad de hacerlo también de manera hidropónica.
Cerca de 500 hectáreas sólo entre usuarios de INDAP transforman el paisaje y son el resultado de una insistente política pública de mejorar los suelos degradados y generar condiciones de autonomía para mantener a los animales. (BAJADA) Cada vez es más frecuente en los veranos de Tierra del Fuego encontrar paisajes de la estepa transformados en verdaderas alfombras de alfalfa y otros pastos. Cerca de 500 hectáreas, salpicadas con manchas verdes, son hoy el testimonio de una práctica ganadera cada vez más común y sustentable: la siembra de praderas. El cultivo de alfalfa, trébol y otros pastos no solo asegura el alimento para los animales durante los meses más fríos, sino que también contribuye a la sostenibilidad y productividad de las tierras. Mario Vera es uno de los ganaderos pioneros que transformó su estepa dura y pedregosa en auténticas alfombras verdes repletas de alfalfa, trébol y pasto ovillo. Su experiencia de más de 15 años sembrando y cosechando forraje le permite enfrentar con éxito las inclemencias del clima y asegurar la alimentación de sus ovejas durante el invierno. Costó al inicio, porque se requiere maquinaria y estar atento a todo el proceso, pero con el tiempo y el apoyo de INDAP hemos podido adquirir lo necesario, explicó orgulloso de su logro. Con 30 hectáreas de alfalfa y tres de avena, la cosecha de este año fue buena a pesar de la sequía y algunas heladas. Coseché más de dos mil fardos, cada uno entre 25 y 30 kilos. También dejé una siembra que doy directamente a los animales. Esto me asegura forraje para todo el invierno, explicó Vera, quien maneja 1.250 ovinos y lleva tres lustros en esta práctica. Hay momentos buenos y malos, pero siempre es importante sembrar porque así tienes tu forraje asegurado, independiente que te pueda faltar. Tener pasto es fundamental, afirmó. Mario también genera a veces excedentes de forraje para vender. Aun así, el ganadero usuario de INDAP aseguró que es hoy necesario el aporte de suplementos para los animales, especialmente cuando el invierno se adelantó con temperaturas bajo cero y mucha nieve en los meses de mayo y junio. Estamos dando la pelea, produciendo, vendiendo un poco y cosechando para el invierno difícil. Mis ovejas están en buena condición y espero poder proporcionarles el suplemento necesario para mantenerlas. Por eso, voy a postular a los fondos del gobierno regional, añadió. Sus campos están ubicados a 25 kilómetros de Porvenir. Nataly Gallardo, una pequeña ganadera de la isla, comenta con orgullo cómo las lluvias estivales favorecieron la buena cosecha de alfalfa y avena en la cosecha de este año. Gracias a estos campos tenemos alimentos para los animales en invierno. Todo lo que es pradera, siembra y establecimiento de praderas nos ha salvado la vida. Desde 2014 destino entre tres y cinco hectáreas a la siembra, y el apoyo de INDAP ha sido crucial. Sin sus aportes, no podríamos seguir existiendo, precisó. Este año no recibí el SIRSD-S, aunque mi proyecto fue aprobado, no obtuve financiamiento. Hay años en que uno tiene suerte y otros no. Esta vez no me tocó, pero lo entiendo; los recursos nunca son suficientes, añadió. Nataly maneja cerca de 750 ovinos y 50 bovinos. Las labores para preparar la tierra y el suelo las realiza ella misma entre los meses de abril y mayo, para sembrar en septiembre y cosechar en febrero. Entre las especies forrajeras que produce destacan la avena, las mezclas de pastos, el trébol blanco, el pasto ovillo y la festuca. En general, los ganaderos de INDAP saben que cada suelo es específico y requiere un estudio de fertilidad y estructura para decidir qué arado usar y cuál es el sector más conveniente para sembrar. Para recuperar las praderas degradadas y hacerlas más productivas, hasta el año pasado INDAP contaba con recursos disponibles a través del Sistema de Incentivos para la Sustentabilidad Agroambiental de los Suelos Agropecuarios (SIRSD-S). Se espera que este año el SIGESS reemplace al antiguo SIRSD, cuya ley caducó en 2022. Este nuevo sistema ha sido formulado de manera participativa, y hoy está en etapa de la construcción del reglamento de ley, la que contará con la retroalimentación de expertos y usuarios del sistema anterior (ver recuadro). Fernando Carvajal, ejecutivo de INDAP en Porvenir, Tierra del Fuego, destaca que hoy 14 ganaderos usuarios tienen siembras establecidas. El invierno recién comienza, y lo aconsejable es no confiarse. Este año se cosecharon cerca de 263 hectáreas solo de alfalfa, aseguró. En promedio, cada ovino necesita cerca de una hectárea para alimentarse. Con una población ovina de alrededor de dos millones, las praderas se han ido degradando, por lo que es imprescindible adoptar técnicas y manejos que ayuden a revertir esta situación, considerando que el pastoreo extensivo lleva más de cien años de historia. Gabriel Zegers, director regional de INDAP, valoró el progreso en Tierra del Fuego. Hay avances prometedores y buenos ejemplos de pequeños ganaderos que logran satisfacer las demandas del mercado, haciendo un uso más racional e intensivo de sus praderas. Asimismo, indicó que las medidas tomadas por el Ministerio de Agricultura, aportando asesoría y financiamiento, han dado resultados. En parcelas pequeñas, como las de nuestros usuarios, hemos logrado aumentar la productividad. Hoy, en menos terreno, es posible producir más corderos y de mejor calidad en carne y lana, precisó. En el caso de la ganadería mayor, es importante considerar las formas de pastoreo y el reposo que se les da a los campos sembrados. Es fundamental mejorar las praderas con riego y fertilizantes, pero siempre respondiendo a una planificación adecuada. No se trata de invertir por invertir, sino de realizar mejoras que respondan al potencial productivo de cada campo. El pastoreo sobre praderas regeneradas de alfalfa debe ser racional, respetando los periodos de reposo para mantener el vigor de las plantas. Finalmente, Zegers señaló que el gobierno del presidente Gabriel Boric busca darle una mayor atención a la pequeña agricultura, enfocándose en nuevas tecnologías, mejor aprovechamiento del agua y capacitación. Ley para recuperar suelos erosionados. El proyecto de ley para crear el Sistema de Incentivos para la Gestión Sostenible de Suelos (SIGESS), fue aprobado por la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados. Este proyecto, presentado por el presidente Gabriel Boric en octubre del año pasado, tiene como objetivo mejorar la sostenibilidad de la agricultura chilena y contrarrestar la pérdida de suelos y la erosión. El SIGESS reemplazará al antiguo Sistema de Incentivos para la Sustentabilidad Agroambiental de los Suelos Agropecuarios (SIRSD), cuya ley caducó en 2022. Hoy comienza la etapa de construcción del reglamento de la ley. El nuevo sistema incluirá tres instrumentos principales: una bonificación para incentivar prácticas de conservación y mejoramiento de suelos, capacitaciones y transferencia tecnológica para productores agrícolas, y un fondo comunitario para abordar problemáticas colectivas, como incendios e inundaciones, explicó Gabriel Zegers, director regional de INDAP. El SIGESS se enfocará en medidas paliativas contra la erosión y en acciones preventivas para proteger los suelos trabajados por pequeños y medianos productores, promoviendo la resiliencia frente al cambio climático. Este sistema será implementado por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) mediante planes de manejo elaborados por operadores acreditados. Tenemos la esperanza de que los parlamentarios aprueben pronto este proyecto, fundamental para la salud y productividad de los suelos, que son la principal fuente de alimentos del planeta, precisó Zegers.