“Como Panel Ciudadano sobre Hidrógeno en Magallanes, estamos muy contentos con la jornada de este viernes en el seminario Extinguir la Imaginación, donde más de 40 personas de la sociedad civil organizada y de la academia, nos reunimos a reflexionar sobre la situación de la industria en nuestra región”, comentó al cierre de la segunda jornada Gabriela Simonetti-Grez, secretaria ejecutiva de la red científico ciudadana que participó en la organización. El evento, abierto al público previa inscripción, es posible gracias al proyecto “Según el favor del viento: imaginarios del impacto de la industria del hidrógeno verde en Fuego-Patagonia”, ejecutado por la Asociación de Investigadores del Museo de Historia Natural de Río Seco. “Hablamos de distintos temas”, agregó Simonetti-Grez. “Compartimos experiencias y conocimientos, desde si la industria del hidrógeno es realmente verde, hasta la situación en temas territoriales y de gobernanza, reflexionando también sobre el futuro que nos imaginamos para la región”. Las exposiciones de las primeras dos jornadas abordaron temas como la transición energética justa, las razones del interés de la industria en Magallanes, las escalas de ocupación territorial y sus riesgos, los espacios e instrumentos de gobernanza, los imaginarios asociados a la instalación de la industria, y la construcción de escenarios regionales con justicia climática. Cada uno de estos paneles ha culminado con mesas de conversación, donde se abren espacios de diálogo y reflexión. “ Consideramos que estas instancias de vínculo entre distintos sectores de la sociedad civil, la academia y los distintos conocimientos, pueden ayudarnos a pensar cuáles son los desafíos que enfrenta la región, y cómo podemos articularnos para construir un futuro que nos haga sentido a todas y todos”, concluyó la representante del Panel Ciudadano. Reflexiones hasta ahora “No todas las transiciones dan lo mismo. Embarcarnos en transiciones significa reconocer cuál es su naturaleza. A la transición energética en la que se sustenta la industria del hidrógeno, la orientan intereses más bien corporativos, empresariales o estatales, en su mayoría, de Europa, que no necesariamente van a favorecer los intereses de corto y largo plazo, de los actores regionales y sus ecosistemas. Una transición así, no supone realmente un tránsito hacia otras formas y otros modos de pensarnos como sociedad, de organizar la relación entre producción, consumo, formas de habitar y proyectar un territorio hacia el futuro”. La respuesta anterior corresponde a Gustavo Blanco, Doctor en Sociología que expuso en la segunda jornada del seminario, acerca de la Construcción de escenarios de transición energética. Este espacio lo compartió con la abogada de la ONG FIMA, Macarema Martinic, quien abordó el tema de la justicia climática. A su juicio, “estamos en un momento en que está comenzando a instalarse una nueva industria que viene o que se ve como un reflejo de estas falsas soluciones o transiciones hacia la descarbonización de otros lados. Entonces, creo que el momento político en el que está la región es clave, y el escenario en donde está incidiendo el Panel Ciudadano es súper importante”. Lo anterior fue respaldado por el economista de la Fundación Terram, Cristopher Toledo, quien intervino en espacios e instrumentos de gobernanza del hidrógeno. Para él, “es muy importante tener datos para tomar buenas decisiones. Y creo que hoy día, tanto a nivel de política pública como de percepción ciudadana, todo lo que se habla está escasamente respaldado en evidencia científica. Es importante que las autoridades centrales -porque esto es a nivel del Gobierno nacional- empiecen ya a transparentar los datos. Porque todo lo que hablamos y todo lo que sabemos, es en base a solamente especulación”. En el módulo destinado a conversar acerca de los imaginarios de la industria, la investigadora Laura Sánchez Jardón ahondó en las singularidades ecosistémicas de la Patagonia austral, que se ponen en juego con estas iniciativas. “Creo que desde las redes y la comunidad académica, hay información y conocimiento que muchas veces no tiene una salida. No digo que tengamos todas las respuestas, pero sí que podemos tener los mecanismos y los contactos para ir aportando a través de proyectos de investigación nuevas evidencias que permitan y que alimenten una toma de decisiones más responsable y coherente, con toda la información sobre la mesa”, reforzó. El Panel Ciudadano H2 Magallanes está compuesto por 13 organizaciones de la sociedad civil y el ecosistema científico, y por asesores externos. Desde su nacimiento el año pasado, ha sostenido una orgánica en red, que trabaja sistematizando, analizando y compartiendo información respaldada por estudios y experiencias, ausente en el debate público. Este aporte ha sido canalizado a través de instancias de participación ciudadana -donde se evalúan proyectos y políticas públicas en proceso de elaboración- de encuentros con representantes de servicios públicos y Ministerios, de medios de comunicación y de redes sociales.
Conocer y entender el concepto de vocación productiva, qué es y cómo representa a cada territorio es fundamental para incidir en su propio desarrollo económico y para establecer las más adecuadas interrelaciones con otros centros y territorios. Así lo explica el proyecto que lideran la Universidad Austral de Chile y la Universidad de Los Lagos “Factores Territoriales de Localización y Especialización como Motores del Desarrollo” que ha focalizado su trabajo en los macroterritorios del Norte Chico y en la Patagonia Chilena. Esta iniciativa, financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (proyecto Fondecyt 1221173), explica que la Vocación Productiva de un territorio, representa la identidad productiva que nace del vínculo e interrelación entre variables productivas, laborales, empresas ya establecidas, emprendimientos y especialización relativa; además, en este concepto, importa mucho la interacción que existe entre los territorios que motivan estas interrelaciones. Según explica el director del proyecto, académico del Instituto de Gestión e Industria de la Uach, Sergio Soza-Amigo, la Vocación Productiva de un territorio no tiene que ver única y exclusivamente con una determina producción o contribución del PIB a la economía (como usualmente se podría concebir). El concepto, que si bien incluye el PIB, va más allá, porque en la Vocación Productiva de un territorio, se identifican las relaciones de las actividades económicas que se desarrollan con las estructuras laborales, y con las demás regiones, ciudades, o poblados, que conforman los territorios. “ La investigación y los resultados preliminares que hemos obtenido, nos han facilitado la compresión de qué debemos entender por “Vocación Productiva”; segundo, cuál es la Vocación Productiva específica para la Patagonia y el Norte Chico y; finalmente, cómo simular y predecir el entramado productivo y posible desarrollo económico para cada uno de éstos, a partir de las Vocaciones productivas detectadas en ellos ”, indica Soza-Amigo. HALLAZGOS Claudio Mancilla y Luz Ferrada, académicos de la Universidad de Los Lagos, y que participan en el proyecto, indican que hay hallazgos que parecieran ser intuitivos para las regiones estudiadas. Sin embargo, las variables que son claves para impulsar el desarrollo económico y, por lo tanto, las políticas públicas necesarias en cada territorio son diferentes. Por ejemplo, para el Norte Chico, su vocación productiva está basada en la minería, la que trae aparejada altos ingresos. Aquí, las políticas de desarrollo en el norte deben apuntar a generar y fortalecer emprendimientos relacionados con la minería. En el caso de la Patagonia Chilena, su Vocación Productiva está en sectores que tienen niveles de ingreso menores, tales como la agricultura, pesca e industria manufacturera. Sin embargo, aquí las políticas públicas deberían pasar por la generación de empleo en las comunas; en este sentido, y por ejemplo, pasa por las ayudas a la contratación o incentivos para que la población económicamente inactiva, se incorpore al mercado del trabajo. Hay otro aspecto importante a mencionar en base a los resultados; la Vocación Productiva de la Patagonia obedece a actividades que usan recursos renovables; mientras que en la parte Norte del país, la minería al ser una actividad extractiva y de recursos no renovables, su desarrollo puede ser más limitado en el tiempo. El hallazgo más general del proyecto, indica que cuando existe una estructura laboral que coincide con una estructura productiva, está la existencia de altas sensibilidades productivas (es decir que frente a pequeños incentivos, hay grandes cambios en la producción), y similitud en variados ámbitos entre las distintas áreas que conforman un territorio, la Vocación Productiva contribuye al incremento de actividades económicas. Con ello, el desarrollo económico de un área se sensibiliza y, dependiendo de la actividad, se favorecen el desarrollo sostenible del territorio. Soza-Amigos explica que hay otro hallazgo interesante: “La productividad femenina, el producto interno bruto (PIB) y lo que se podría llamar tasas de emprendimientos, inciden de distinta manera en el mercado laboral femenino. Esto es, la brecha laboral de género es compleja, y su dinámica depende de la zona geográfica y del sector económico que se considere. Es tan complejo, que incluso algunos cambios en las condiciones económicas pueden reducir la brecha de género y, en otros, los mismos cambios pueden aumentarla ”. Estos hallazgos preliminares, invitan a plantearse; entre otras preguntas, si las distintas Estrategias de Desarrollo Regional o Planes de Desarrollo Comunal (Pladecos), están realmente en sintonía con las posibles Vocaciones Productivas o, revisar y replantearse si el momento que se espera llegue el desarrollo económico basados en una determinada actividad, es el adecuado y si la actividad en sí, es la idónea. Esto lo plantea Soza-Amigo porque “ se han observado algunas estrategias y planes de desarrollo que priorizan, solo a modo de ejemplo, el turismo, pero que, de acuerdo a lo observado, no muestran una verdadera Vocación Productiva para ello, es decir, no hay un diálogo o relación territorial entre lo que se dice y lo que se hace”, agrega. Según indican los investigadores, para determinar la Vocación Productiva, se hace uso de distintas herramientas económicas y estadísticas, algunas muy simples, y otras algo más complejas, dada la multiplicidad de factores que se evalúan de manera simultánea. Además, indican que la principal contribución de aplicar el concepto, es que “ puede servir para generar ahorro de recursos, ya que las inversiones e incentivos al ser más focalizados e identificadas sus consecuencias productivas, generan un desarrollo económico que resulta ser más eficiente para los macroterritorios chilenos”.
“Como Panel Ciudadano sobre Hidrógeno en Magallanes, estamos muy contentos con la jornada de este viernes en el seminario Extinguir la Imaginación, donde más de 40 personas de la sociedad civil organizada y de la academia, nos reunimos a reflexionar sobre la situación de la industria en nuestra región”, comentó al cierre de la segunda jornada Gabriela Simonetti-Grez, secretaria ejecutiva de la red científico ciudadana que participó en la organización. El evento, abierto al público previa inscripción, es posible gracias al proyecto “Según el favor del viento: imaginarios del impacto de la industria del hidrógeno verde en Fuego-Patagonia”, ejecutado por la Asociación de Investigadores del Museo de Historia Natural de Río Seco. “Hablamos de distintos temas”, agregó Simonetti-Grez. “Compartimos experiencias y conocimientos, desde si la industria del hidrógeno es realmente verde, hasta la situación en temas territoriales y de gobernanza, reflexionando también sobre el futuro que nos imaginamos para la región”. Las exposiciones de las primeras dos jornadas abordaron temas como la transición energética justa, las razones del interés de la industria en Magallanes, las escalas de ocupación territorial y sus riesgos, los espacios e instrumentos de gobernanza, los imaginarios asociados a la instalación de la industria, y la construcción de escenarios regionales con justicia climática. Cada uno de estos paneles ha culminado con mesas de conversación, donde se abren espacios de diálogo y reflexión. “ Consideramos que estas instancias de vínculo entre distintos sectores de la sociedad civil, la academia y los distintos conocimientos, pueden ayudarnos a pensar cuáles son los desafíos que enfrenta la región, y cómo podemos articularnos para construir un futuro que nos haga sentido a todas y todos”, concluyó la representante del Panel Ciudadano. Reflexiones hasta ahora “No todas las transiciones dan lo mismo. Embarcarnos en transiciones significa reconocer cuál es su naturaleza. A la transición energética en la que se sustenta la industria del hidrógeno, la orientan intereses más bien corporativos, empresariales o estatales, en su mayoría, de Europa, que no necesariamente van a favorecer los intereses de corto y largo plazo, de los actores regionales y sus ecosistemas. Una transición así, no supone realmente un tránsito hacia otras formas y otros modos de pensarnos como sociedad, de organizar la relación entre producción, consumo, formas de habitar y proyectar un territorio hacia el futuro”. La respuesta anterior corresponde a Gustavo Blanco, Doctor en Sociología que expuso en la segunda jornada del seminario, acerca de la Construcción de escenarios de transición energética. Este espacio lo compartió con la abogada de la ONG FIMA, Macarema Martinic, quien abordó el tema de la justicia climática. A su juicio, “estamos en un momento en que está comenzando a instalarse una nueva industria que viene o que se ve como un reflejo de estas falsas soluciones o transiciones hacia la descarbonización de otros lados. Entonces, creo que el momento político en el que está la región es clave, y el escenario en donde está incidiendo el Panel Ciudadano es súper importante”. Lo anterior fue respaldado por el economista de la Fundación Terram, Cristopher Toledo, quien intervino en espacios e instrumentos de gobernanza del hidrógeno. Para él, “es muy importante tener datos para tomar buenas decisiones. Y creo que hoy día, tanto a nivel de política pública como de percepción ciudadana, todo lo que se habla está escasamente respaldado en evidencia científica. Es importante que las autoridades centrales -porque esto es a nivel del Gobierno nacional- empiecen ya a transparentar los datos. Porque todo lo que hablamos y todo lo que sabemos, es en base a solamente especulación”. En el módulo destinado a conversar acerca de los imaginarios de la industria, la investigadora Laura Sánchez Jardón ahondó en las singularidades ecosistémicas de la Patagonia austral, que se ponen en juego con estas iniciativas. “Creo que desde las redes y la comunidad académica, hay información y conocimiento que muchas veces no tiene una salida. No digo que tengamos todas las respuestas, pero sí que podemos tener los mecanismos y los contactos para ir aportando a través de proyectos de investigación nuevas evidencias que permitan y que alimenten una toma de decisiones más responsable y coherente, con toda la información sobre la mesa”, reforzó. El Panel Ciudadano H2 Magallanes está compuesto por 13 organizaciones de la sociedad civil y el ecosistema científico, y por asesores externos. Desde su nacimiento el año pasado, ha sostenido una orgánica en red, que trabaja sistematizando, analizando y compartiendo información respaldada por estudios y experiencias, ausente en el debate público. Este aporte ha sido canalizado a través de instancias de participación ciudadana -donde se evalúan proyectos y políticas públicas en proceso de elaboración- de encuentros con representantes de servicios públicos y Ministerios, de medios de comunicación y de redes sociales.
Conocer y entender el concepto de vocación productiva, qué es y cómo representa a cada territorio es fundamental para incidir en su propio desarrollo económico y para establecer las más adecuadas interrelaciones con otros centros y territorios. Así lo explica el proyecto que lideran la Universidad Austral de Chile y la Universidad de Los Lagos “Factores Territoriales de Localización y Especialización como Motores del Desarrollo” que ha focalizado su trabajo en los macroterritorios del Norte Chico y en la Patagonia Chilena. Esta iniciativa, financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (proyecto Fondecyt 1221173), explica que la Vocación Productiva de un territorio, representa la identidad productiva que nace del vínculo e interrelación entre variables productivas, laborales, empresas ya establecidas, emprendimientos y especialización relativa; además, en este concepto, importa mucho la interacción que existe entre los territorios que motivan estas interrelaciones. Según explica el director del proyecto, académico del Instituto de Gestión e Industria de la Uach, Sergio Soza-Amigo, la Vocación Productiva de un territorio no tiene que ver única y exclusivamente con una determina producción o contribución del PIB a la economía (como usualmente se podría concebir). El concepto, que si bien incluye el PIB, va más allá, porque en la Vocación Productiva de un territorio, se identifican las relaciones de las actividades económicas que se desarrollan con las estructuras laborales, y con las demás regiones, ciudades, o poblados, que conforman los territorios. “ La investigación y los resultados preliminares que hemos obtenido, nos han facilitado la compresión de qué debemos entender por “Vocación Productiva”; segundo, cuál es la Vocación Productiva específica para la Patagonia y el Norte Chico y; finalmente, cómo simular y predecir el entramado productivo y posible desarrollo económico para cada uno de éstos, a partir de las Vocaciones productivas detectadas en ellos ”, indica Soza-Amigo. HALLAZGOS Claudio Mancilla y Luz Ferrada, académicos de la Universidad de Los Lagos, y que participan en el proyecto, indican que hay hallazgos que parecieran ser intuitivos para las regiones estudiadas. Sin embargo, las variables que son claves para impulsar el desarrollo económico y, por lo tanto, las políticas públicas necesarias en cada territorio son diferentes. Por ejemplo, para el Norte Chico, su vocación productiva está basada en la minería, la que trae aparejada altos ingresos. Aquí, las políticas de desarrollo en el norte deben apuntar a generar y fortalecer emprendimientos relacionados con la minería. En el caso de la Patagonia Chilena, su Vocación Productiva está en sectores que tienen niveles de ingreso menores, tales como la agricultura, pesca e industria manufacturera. Sin embargo, aquí las políticas públicas deberían pasar por la generación de empleo en las comunas; en este sentido, y por ejemplo, pasa por las ayudas a la contratación o incentivos para que la población económicamente inactiva, se incorpore al mercado del trabajo. Hay otro aspecto importante a mencionar en base a los resultados; la Vocación Productiva de la Patagonia obedece a actividades que usan recursos renovables; mientras que en la parte Norte del país, la minería al ser una actividad extractiva y de recursos no renovables, su desarrollo puede ser más limitado en el tiempo. El hallazgo más general del proyecto, indica que cuando existe una estructura laboral que coincide con una estructura productiva, está la existencia de altas sensibilidades productivas (es decir que frente a pequeños incentivos, hay grandes cambios en la producción), y similitud en variados ámbitos entre las distintas áreas que conforman un territorio, la Vocación Productiva contribuye al incremento de actividades económicas. Con ello, el desarrollo económico de un área se sensibiliza y, dependiendo de la actividad, se favorecen el desarrollo sostenible del territorio. Soza-Amigos explica que hay otro hallazgo interesante: “La productividad femenina, el producto interno bruto (PIB) y lo que se podría llamar tasas de emprendimientos, inciden de distinta manera en el mercado laboral femenino. Esto es, la brecha laboral de género es compleja, y su dinámica depende de la zona geográfica y del sector económico que se considere. Es tan complejo, que incluso algunos cambios en las condiciones económicas pueden reducir la brecha de género y, en otros, los mismos cambios pueden aumentarla ”. Estos hallazgos preliminares, invitan a plantearse; entre otras preguntas, si las distintas Estrategias de Desarrollo Regional o Planes de Desarrollo Comunal (Pladecos), están realmente en sintonía con las posibles Vocaciones Productivas o, revisar y replantearse si el momento que se espera llegue el desarrollo económico basados en una determinada actividad, es el adecuado y si la actividad en sí, es la idónea. Esto lo plantea Soza-Amigo porque “ se han observado algunas estrategias y planes de desarrollo que priorizan, solo a modo de ejemplo, el turismo, pero que, de acuerdo a lo observado, no muestran una verdadera Vocación Productiva para ello, es decir, no hay un diálogo o relación territorial entre lo que se dice y lo que se hace”, agrega. Según indican los investigadores, para determinar la Vocación Productiva, se hace uso de distintas herramientas económicas y estadísticas, algunas muy simples, y otras algo más complejas, dada la multiplicidad de factores que se evalúan de manera simultánea. Además, indican que la principal contribución de aplicar el concepto, es que “ puede servir para generar ahorro de recursos, ya que las inversiones e incentivos al ser más focalizados e identificadas sus consecuencias productivas, generan un desarrollo económico que resulta ser más eficiente para los macroterritorios chilenos”.