TRES VIDAS MAYORES EN ISLA NAVARINO

Ellos representan a las personas que el programa gubernamental “Adulto Mejor”, liderado por la Primera Dama, Cecilia Morel, quiere enfocar sus esfuerzos para que la sociedad les brinde un mejor trato.

Desde que se retiró de la Armada de Chile en el 2000, Juan Espinoza llevaba más de 15 años trabajando como carpintero mueblista en Puerto Williams. Sin embargo, una delicada operación que casi lo mata hace tres años atrás le obligó a dejar este rubro y buscar nuevos horizontes.

“Soy pensionado y con eso estaba dando vueltas, pero aquí en Puerto Williams vivir es caro. Estamos en el confín del mundo, es mucho lo que se gasta y las cosas son caras. A raíz de eso, me vi obligado a hacer un emprendimiento: poner una verdulería”, cuenta el vecino de 72 años.

Al comenzar su nuevo proyecto se planteó un objetivo: beneficiar a toda la comunidad. “Soy el que tengo los precios más baratos de todo el mercado, porque aplico el 30 por ciento (de descuento) de mi mercadería”, asegura este vecino sobre su local que cada sábado se abarrota de clientes, cuando llegan sus productos directamente desde la zona central hasta Puerto Williams. Junto a las verduras, también vende frutas, quesos, huevos y miel.

Como Juan, son varios adultos mayores de la Provincia Antártica Chilena que han sabido emprender gracias a sus propias voluntades, a pesar de las vicisitudes que deben experimentar en una zona insular y austral. Ellos son parte de las 29 mil 210 personas de tercera edad que viven en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, según la última encuesta Casen (2017), representando el 19,2 por ciento de la población general.

La Primera Dama, Cecilia Morel, encabeza “Adulto Mejor”, un programa gubernamental que busca promover un cambio cultural en las personas y familias de nuestro país respecto a la mirada que se tiene de las personas mayores. Se han concretado acciones como “La campaña por el buen trato a las personas mayores”, iniciada la semana pasada, cuya primera iniciativa es la implementación de la figura “Defensor Mayor”, que busca ayudarlos en el ámbito judicial.

Este hecho coincidió con el Día Mundial de Toma de Consciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, conmemorado el 15 de junio recién pasado. Según la Asamblea General de las Naciones Unidas, organismo internacional que implementó este día, una de cada seis personas mayores ha sufrido algún tipo de abuso en sus comunidades, ya sea físico o psicológico. Un dato no menor si se estima que en el 2050 se duplicará la población mayor de 60 años a nivel mundial, llegando a los 2 mil millones.

El gobernador de la Provincia Antártica Chilena, Nelson Cárcamo, se muestra preocupado ante estadísticas como éstas. “Todavía nuestros adultos mayores están sufriendo alguna clase de discriminación, la cual alerta de que debemos tener un mayor cuidado respecto a este tipo de situaciones. El llamado de nuestra Primera Dama, a través del Gobierno, es justamente centrar nuestra atención en forma muy primordial y especial en nuestros ancianos, quienes han dejado toda una vida en función del desarrollo del país en diferentes áreas”, comenta.

Una de estas personas es Marcia Villarroel, vecina de Puerto Williams oriunda de Calbuco, Región de Los Lagos. Gran parte de su vida ha estado vinculada a la gastronomía, por lo que hace cuatro años ofrece servicios de banquetería, con el cual participa en diversos coffee-breaks que los servicios públicos y particulares le solicitan. Ahí, los vecinos consumen productos culinarios hechos por ella misma, como queques de zanahoria, canapés de sándwiches y sopaipillas con pebre, acompañados con un bebestible como jugo de calafate, café, té o mate.

Tanto la mujer de 65 años como Juan Espinoza aseguran que en Puerto Williams se respeta al adulto mayor. “(El trato) es excelente. Hay algunos que son los mínimos. Como en todas partes, hay gente desubicada”, opina Espinoza. Y frente a la campaña gubernamental del buen trato a este sector etario, Villarroel comenta que “todo es bienvenido. El respeto está entre todos: adultos mayores, jóvenes, niños, todo quienes estén relacionados con el tema”.

Ambos son parte del Club del Adulto Mayor “Rosa Yagán”, entidad fundada en 1995 por el capellán Juan Valdés. Actualmente cuenta con unos 47 miembros, quienes se han tomado un receso en sus reuniones semanales durante esta temporada de invierno, y retomarán sus actividades en agosto próximo.

Pero también hay otras personas de tercera edad que no son parte de esta agrupación. Uno de ellos es Martín González. Tiene 75 años y es uno de los actuales emblemas de la Comunidad Yagán Bahía Mejillones. No sólo es reconocido por protagonizar el documental “Tánana: Estar listo para zarpar”. También confecciona artesanía yagán a base de materiales locales como junquillos y huesos de ballena. Entre sus obras, destacan réplicas de canoas, cestos y aros.

“Cuando hay harto turista se vende bastante, aunque tampoco mucho, pero por lo menos alcanza para mantenerse. Eso es en la temporada (de verano) nomás. En invierno quedamos con lo que juntamos y nada más”, revela González.

A raíz del programa gubernamental que se está desarrollando, González tiene la esperanza de que puedan arreglarle su casa en Villa Ukika. Recién hace un mes, el también carpintero de ribera pudo aislar sólo la habitación en la que duerme, donde tiene una estufa a leña. El resto de la vivienda está supeditada a las inclemencias del tiempo. Debido a las bajas temperaturas, que han alcanzado los 5 grados bajo cero, el agua de la cañería se congeló. A esto se suma que no tiene baño dentro, sólo una letrina a unos metros fuera de su hogar.

“Crecí navegando afuera, casi al aire libre, pero ya la edad no es como para resistir tanto. El frío lo tiene medio mal a uno”, revela este hombre de 66 años, quien diariamente visita el hogar de su hija, ubicado a unos cuantos pasos, y que está en mejores condiciones de infraestructura térmica.

Frente a los casos de Juan, Marcia y Martín, el gobernador Cárcamo concluye que “ellos están demostrando que todavía son útiles y capaces de ofrecer algo a nuestra comunidad, por lo tanto, con mayor razón, nosotros tenemos que ofrecerles también un buen pasar, una buena atención, y estar preocupados permanentemente de cómo ellos están pasando los últimos años de su vida”.