6 de enero de 2014
Río Gallegos – La Opinión Austral
Unos 150 jóvenes fueron demorados tras la clausura de un bar clandestino. El procedimiento fue ordenado por la Justicia, luego que los vecinos de la zona denunciaran ruidos molestos y riñas en el domicilio donde funcionaba lo que hoy de conoce como after hours.
El allanamiento ordenado por las autoridades del Juzgado de Instrucción Nº 3 se llevó a cabo en un domicilio en calle Ameghino al 300, casi con la intersección con Urquiza.
El procedimiento comenzó cerca de las 6 de la mañana, y en ese momento había unos 150 jóvenes en el domicilio, donde antiguamente funcionaba un bar-hotel denominado Condorito. Como el lugar no podía albergar a tanta cantidad de gente, algunos de los asistentes esperaban en un patio contiguo para poder ingresar.
La investigación y allanamiento estuvo a cargo de la Comisaría Segunda, que desde octubre llevaba a cabo las averiguaciones, luego que una riña en el lugar dejará dos personas lesionadas.
Además de las quejas de los vecinos de los alrededores, había denuncias de una empresa fúnebre, que cuenta con una sala velatoria al frente del sitio clausurado.
Irrumpió en el bar clandestino efectivos de Fuerzas Especiales de la Policía de la Provincia, y para tener una dimensión de las personas que se encontraban en el sitio, es que a los efectivos se le terminaron las esposas y precintos para contener a los asistentes.
En el lugar, había casi de todo lo que puede haber en un boliche, desde música hasta cualquier tipo de bebida.
Se conoció que se cobraba una entrada, y que estaba abierto al público hasta 9 ó 10 de la mañana.
La policía secuestró una caja registradora con unos 10.000 pesos, cifra recaudada sólo en una hora de funcionamiento. También se incautaron bebidas alcohólicas de distinta variedad y marcas, como también los equipos para su refrigeración y la elaboración de tragos.
Identificación y descarte
Los asistentes al bar clandestino eran alrededor de unos 90 hombres y unas 60 mujeres, entre los que se encontraba dos menores (16 y 17 años). Todos fueron trasladados a la Comisaría Segunda para su identificación. En la dependencia fueron identificados, y sólo un par contaban con antecedentes penales, pero no pesaban pedidos de captura sobre ellos.
Algunos de los demorados mientras esperaban ser identificados, se descartaron de pequeñas dosis de cocaína o marihuana mientras eran retenidos en el patio de la comisaría. Entre ellos, muchos se trataban de jóvenes que regresan a pasar las fiestas y las vacaciones luego de estudiar fuera de la provincia.
Las personas que explotaban este espacio ilegal, y que a su vez son dueño de las instalaciones, debieron fijar domicilio a disposición de la causa.
El procedimiento fue encabezado por la Comisaría Segunda, supervisado por los comisarios Luis Aguila y Luis Galarce. Colaboraron miembros de las Fuerzas Especiales, Comisarías Primera y Cuarta, Comando Radioeléctrico, División Tránsito Policial y servicios especiales de las comisarías Primera y Sexta.
Procedieron a la clausura funcionarios de la Dirección de Comercio y Control de Actividades Económicas de la Municipalidad de Río Gallegos.
Sin dudas en Río Gallegos, hay una tendencia a la multiplicación de estos sitios que funcionan en la clandestinidad y que son una opción para los jóvenes y no tanto para buscar un lugar para continuar la diversión, tras el cierre de los boliches o comercios habilitados para tal fin.
Preocupan a las autoridades que estos sitios, ya que son allí donde se generan casos de violencia influenciados por el alcohol u otras sustancias, que terminan con personas heridas.
Anteúltimo after hours clausurado
El último bar clandestino clausurado fue el 22 de diciembre y funcionaba en un domicilio de calle Parque Industrial al 900. Hubo 61 personas demoradas para su identificación, entre hombres y mujeres. Ingresaban al lugar tras el cierre de los boliches. Según se pudo saber, en el lugar se halló un arma 9 mm y algunas dosis de cocaína y marihuana. Pertenecía a un suboficial retirado de la policía.
Fuera de que los tiempos que toman los permisos para proyectos de hidrógeno verde constituyen una gran preocupación, dada la urgencia de la descarbonización, el presidente de la asociación gremial tiene confianza en el Estado para sacar adelante los megaproyectos.
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