14 de marzo de 2013
UN PAPA LATINOAMERICANO: UN CAMBIO EN LA CONTINUIDAD
El sorpresivo nombramiento de un Papa de nacionalidad argentina en la Iglesia Católica ha despertado enormes expectativas en el mundo católico. Los argentinos celebraron casi unánimemente al Papa Francisco, anterior cardenal de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio, aun cuando ciertas […]
El sorpresivo nombramiento de un Papa de nacionalidad argentina en la Iglesia Católica ha despertado enormes expectativas en el mundo católico. Los argentinos celebraron casi unánimemente al Papa Francisco, anterior cardenal de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio, aun cuando ciertas voces aisladas han señalado algunos episodios poco claros en la trayectoria del obispo en su relación con el régimen militar argentino.
Una vez más, los vaticanistas se volvieron a equivocar en sus cálculos y pronósticos y el nuevo pontífice representa necesariamente las tendencias dominantes en la curia romana y en la alta jerarquía eclesial.
Pasada la emoción mediática y multitudinaria ocasionada por la fumata blanca de la capilla Sixtina en Roma, comienza ahora la época de la instalación de un nuevo liderazgo papal en el Vaticano, al tiempo que se diseñan las nuevas orientaciones de la diplomacia vaticana.
¿Veremos hacia adelante a una Iglesia Católica latinoamericana más comprometida con la causa de los pueblos y de los movimientos sociales o entraremos desde ahora en un período de mayor militancia política católica contra los gobiernos de Morales en Bolivia, Correa en Ecuador, Castro en Cuba, Fernández en Argentina o la Venezuela chavista? ¿Le trae efectivamente un nuevo aire a la Iglesia un papa latinoamericano, argentino y jesuita? ¿Pudiéramos observar ahora una suerte de populismo eclesiástico con un Papa demasiado austero circulando en automóvil no oficial por las calles de Roma, o finalmente terminará Bergoglio por ser absorvido por el ritual y la milenaria diplomacia vaticana?
Las estructuras vaticanas podrían actuar en los hechos como un lastre tradicional para que métodos y sistemas continúen respetando la tradición y el protocolo, pero las iglesias nacionales del continente sudamericano podrían actuar como augurio y como estímulo para impulsar mayores cambios que pongan a la iglesia católica en sintonía con las grandes transformaciones del siglo XXI.
¿Será Francisco un papa latinoamericano del siglo XXI, o sus ideas y prácticas seguirían ancladas en el siglo XX e incluso en el siglo XIX?
¿No habrá llegado la hora que se convoque a un nuevo Concilio el concilio católico del siglo XXI- que dé cuenta de los profundos cambios que están ocurriendo en el mundo alrededor de la iglesia católica, cambios sociales, culturales, económicos y tecnológicos, cambios ocasionados por la modernidad y la postmodernidad, dentro de los cuales la institución católica no parece sentirse completamente conectada?
Los grandes temas de la controversia que rodean a la institución católica en el mundo y en el continente latinoamericano, siguen siendo la pobreza, la desigualdad social, el hambre y la exclusión que viven millones de latinoamericanos, pero al mismo tiempo las posturas eclesiales respecto del matrimonio, la familia y la educación seguirán siendo objeto y centro del debate religioso y público. Será también sin lugar a dudas la hora de inducir mayores cambios en la conducta y la actitud de la jerarquía eclesial frente a los miles de casos de denuncias de abusos sexuales cometidos por sacerdotes en todo el mundo, a fin de resarcir a las víctimas y avanzar hacia una efectiva reconciliación con la verdad y la justicia.
No vendrán sin embargo grandes cambios o mutaciones en los roles tradicionales de la iglesia en materia educacional, por ejemplo, donde su aporte histórico pudiera verse favorecido por el nuevo pontífice.
CIUDADANO POLAR
El espacio de lectura e investigación, se encuentra emplazado en calle 21 de mayo 2080, esquina Latorre, a un costado del Liceo Industrial.
El espacio de lectura e investigación, se encuentra emplazado en calle 21 de mayo 2080, esquina Latorre, a un costado del Liceo Industrial.