16 de octubre de 2024
Como actor, gestor cultural y vecino de esta comuna, he aprendido que la cultura es más que la suma de nuestras expresiones artísticas: es el campo donde se expresan nuestras identidades individuales y colectivas, y donde nuestros estilos de vida se manifiestan. Es el sustrato inmaterial que nos une. Las artes locales, nuestras culturas y sus patrimonios nos constituyen, nos hacen ser quienes somos, y celebrar esto es clave para construir una comuna más consciente, inclusiva y unida.
Mi camino profesional en las artes comenzó en el 2008 trabajando para el Festival Cielos del Infinito, en donde durante más de una década compartí el honor de llegar a los rincones más apartados de nuestra región con distintas expresiones artísticas. Aquí me di cuenta de cómo el arte y la creatividad despiertan en las personas un sentido de pertenencia, conectándonos con nuestras raíces y haciéndonos sentir parte de un todo. Luego en 2011, fui parte del grupo de estudiantes de teatro que gestó las “1800 horas por la Educación”, intervención artística donde miles de personas corrimos alrededor de La Moneda durante 75 días exigiendo una educación pública y gratuita. Ésta fue una de tantas experiencias que comprueban la profunda conexión entre el arte y la lucha por nuestros derechos fundamentales.
Desde que volví a vivir en Magallanes, he trabajado en diversos espacios culturales como La Idea, El Árbol, Zur Vértice y Circo de Sur, donde he podido constatar cómo espacios abandonados pueden renacer cuando se llenan de cultura, devolviéndonos el real sentido de vivir en comunidad. Hoy veo en nuestra comuna el enorme potencial de convertir nuestros espacios públicos en escenarios donde podamos florecer, donde nuestra diversidad de historias, tradiciones y patrimonios puedan ser compartidos y valorados. Plazas, parques y calles deben ser lugares donde vecinas y vecinos nos encontremos, donde las artes locales cobren vida y nos convoquen a hacer comunidad.
Fomentar el uso de espacios públicos para actividades culturales no sólo embellece nuestra comuna, sino que también contribuye a la cohesión social. La cultura ofrece alternativas para mejorar nuestra calidad de vida, al fomentar el diálogo y crear oportunidades para que vecinas y vecinos se conecten, se vean reflejados en el otro y compartan sus propios quehaceres. Al recuperar y promover nuestras culturas, construimos un lugar más inclusivo y seguro, donde cada persona puede sentir que tiene un espacio y un rol fundamental en su comunidad. Al abrir espacios para la expresión cultural, no sólo transformamos nuestra comuna: nos transformamos a nosotros mismos. Porque la verdadera fuerza de la cultura radica en su poder para unirnos y recordarnos quiénes somos, permitiéndonos soñar juntas y juntos con un lugar más digno, más justo, más diverso y lleno de creatividad.
Una comuna con más cultura es una comuna que honra sus raíces y se proyecta hacia el futuro, entendiendo que nuestras diferencias nos enriquecen y nos hacen más fuertes. Una comuna con más cultura es fuente de orgullo e inspiración, fortalece nuestra identidad y nos invita a celebrar lo que nos hace únicos. Una comuna con más cultura siempre será una mejor comuna.
Este sábado.
Este sábado.