La elección de consejeros constitucionales ya está en marcha y los diferentes bloques políticos están expectantes para conocer si lograrán que sus candidatos lleguen a la instancia que redactará una nueva propuesta de Constitución y, sobre todo, si alcanzarán a acercarse al quórum de 3/5 que permite incorporar normas a ese texto.

A diferencia del proceso fallido anterior, en el cual se establecieron 2/3 para incluir artículos, esta vez se rebajó el guarismo con el objetivo de facilitar los acuerdos entre las distintas coaliciones. En esta oportunidad, el que obtenga 30 escaños de los 50 en disputa, o se acerque más a esa cifra, tendrá mayor incidencia en la redacción.

En la reforma que habilitó este segundo proceso constitucional, la cual se originó en el Acuerdo por Chile al que llegaron la mayoría de las fuerzas políticas con representación parlamentaria, a excepción del Partido Republicano y el PDG, el procedimiento para la creación de normas quedó marcado por completo por los tres quintos.

De hecho, en su artículo 152, se establece que la Comisión Experta que quedó encargada de entregar un borrador de Constitución a los consejeros que serán electos hoy, «deberá aprobar cada norma que formará parte del anteproyecto de propuesta de nueva Constitución por un quórum de los tres quintos de sus miembros en ejercicio».

Luego, señala que los integrantes de esa instancia se incorporarán al Consejo Constitucional, el cual «podrá aprobar, aprobar con modificaciones o incorporar nuevas normas al anteproyecto de nueva Constitución por el quórum de los tres quintos de sus miembros en ejercicio».

«Después de evacuada la propuesta de texto de nueva Constitución por parte del Consejo, la Comisión Experta hará entrega de un informe en el que podrá formular observaciones que mejoren el texto. Las propuestas deberán ser conocidas por el Consejo y serán votadas según las reglas siguientes», señala la ley.

En ese punto, destaca que «se entenderá aprobada cada propuesta contenida en el informe por un quórum de tres quintos de los miembros en ejercicio del Consejo Constitucional; se entenderá rechazada cada propuesta contenida en el informe por un quórum de dos tercios de los miembros en ejercicio del Consejo Constitucional».

Asimismo, se aclara que las propuestas del informe que no sean aprobadas o rechazadas, serán analizadas por una comisión mixta, la que propondrá soluciones con el voto de los tres quintos de sus miembros en ejercicio. Dicho acuerdo deberá ser aprobado por el Consejo, de nuevo, con el quórum de 3/5.

«Si la comisión mixta no alcanzare acuerdo en un plazo de cinco días, la Comisión Experta, dentro de un plazo de tres días, y por las tres quintas partes de sus miembros en ejercicio, deberá presentar una nueva propuesta al Consejo Constitucional, para que se pronuncie de conformidad con lo dispuesto en el inciso cuarto», añade.

Finalmente, la ley recalca que «una vez terminada la votación de cada norma que formará parte de la propuesta de nueva Constitución, se deberá aprobar la totalidad del texto por los tres quintos de los miembros en ejercicio del Consejo». Expectativas y análisis En ese contexto, las cinco listas en competencia buscan llegar lo más cerca a la «cifra mágica» de 30 escaños que permitiría aprobar normas sin depender de los acuerdos con otras fuerzas políticas.

Dicha cifra podría aumentar a 31, si logran incorporarse algunos consejeros de los pueblos originarios. De acuerdo a las distintas encuestas y análisis electorales que se realizaron en las últimas semanas, las fuerzas de oposición son las que estarían más cerca de llegar a esa meta, aunque con diferente fuerza. El eventual crecimiento de los republicanos más los cupos que logre Chile Vamos, le daría la mayoría a ese sector.

No obstante, existe la duda sobre qué conducta adoptarían los consejeros que forman parte de la colectividad de José Antonio Kast. En principio, su interés sería no modificar nada de la Constitución actual, lo cual generaría una distancia con los que resulten electos por parte de la UDI, RN y Evópoli, que estarían más abiertos a los cambios.

En ese sentido, existe la tesis de que esos partidos puedan llegar de alguna forma a acuerdos con los sectores más moderados del oficialismo. Es decir, con los partidos que formaron parte de la antigua Concertación y las fuerzas más moderadas de Unidad para Chile, el bloque que aúna al PS y el PL con el Frente Amplio y el PC.

Según las últimas proyecciones, ambos bloques no alcanzarían más de 21 escaños, quedando lejos del quórum. Mientras Todo por Chile, que agrupa al PPD, la DC y el PR obtendría entre 4 a 6 cupos, Unidad para Chile llegaría a 14 o 15, lo que los obligará a negociar con la “derecha democrática”, como ellos denominan a Chile Vamos.

Otro factor a considerar será la posibilidad de que el Partido de la Gente logre un buen resultado, lo que le daría entre 3 a 5 consejeros. Para los analistas, es una incógnita la forma en que operarán al interior del órgano, aunque se presume que podrían sumarse más a las posturas del Partido Republicano que a las de Chile Vamos.

Fuente: emol.com