19 de abril de 2025
El pito del remolcador Janequeo, que llevó a las familias al punto donde el Bruma fue visto por última vez, a 8,5 millas al noroeste de la Isla Santa María, se escuchó fuerte este miércoles en altamar. Su sonido marcó el fin de la búsqueda de los siete tripulantes de la nave de pesca artesanal que desapareció la madrugada del pasado 30 de marzo frente a las costas de Coronel.
A 20 días del siniestro, las indagatorias del Ministerio Público y la Armada comienzan a arrojar las primeras luces de qué fue lo que sucedió esa noche. Fallas en el uso de sistemas de georreferenciación, malas condiciones climáticas y el “fondeo” en una zona altamente transitada forman parte de una concatenación de errores que —presumiblemente— costó la vida de siete hombres de mar.
El zarpe
La historia va así. El 23 de marzo recién pasado, siete días antes de la tragedia, el Bruma zarpó desde Constitución, región del Maule. Según se lee en el permiso extendido por la Armada, la embarcación contaba con víveres suficientes para navegar 30 días, además de unos 3.500 litros de combustible. A bordo, de acuerdo al mismo documento, iban siete tripulantes.
La autorización visaba operaciones en seis cuadrículas de navegación. La 212B, 212C, 224A 224B, 224C y 224D. Se trata de áreas marítimas comprendidas justamente entre Constitución y el sur de la Provincia de Concepción, a la altura de Coronel.
Durante toda esa semana, el Bruma consiguió pescar en la zona sin mayores sobresaltos. Tras una recalada en Coliumo, continuaron hacia el sur para extraer bacalao. Eso, hasta que pasadas las 02:00 de la mañana del 30 de marzo simplemente desapareció del mapa. Literal. A esa hora quedó registrada su última georreferenciación satelital. La siguiente actualización —que debía incluir su ubicación para las próximas cuatro horas— nunca fue cargada a la plataforma. ¿La razón? Se presume que los sistemas del Bruma ya estaban inutilizables por un siniestro ocurrido en ese intervalo. Es decir, entre las 02:00 y las 06:00, periodo en el que la embarcación se encontraba fondeada, es decir anclada, a la espera de que el temporal que por esos días afectaba a la zona amainara.
El “ruido”
Una vez desaparecida la embarcación con sus siete tripulantes a bordo, las sospechas rápidamente recayeron en los buques pesqueros que a esa hora pasaban por las cercanías del Bruma. Se trata de un lugar altamente transitado. Una ruta marítima que sólo, en esa madrugada, registró el paso de una veintena de navíos.
Con el correr de los días, la lista se mantiene hasta hoy acotada a tres: la Vichuquén II, la Don Tito y el PAM (Pesquero de Alta Mar) Cobra. Todas ellas han sido sujeto de peritajes a cargo de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones. Sin embargo, sobre esta última, propiedad de Blumar, han recaído todas las miradas.
Y es que, según cuentan conocedores de las pesquisas a BBCL Investiga, la Armada tiene prácticamente la certeza de que fue el Cobra el que colisionó con la lancha artesanal esa madrugada.
Si bien aún resta conocer los resultados finales de la investigación de esa institución —que debería extenderse a lo menos hasta fines de este mes (tiene un plazo de 20 días hábiles más prórrogas)— fuentes de este medio sostienen que se llegó a esa conclusión debido a la revisión de posicionamientos satelitales, a los trazos de pintura en el casco del Cobra y a la declaración que tres tripulantes entregaron en el marco de ese procedimiento. Se trata del capitán, el piloto y uno de los vigías de la nave, quienes estaban en la cabina del buque la noche de los hechos. Todos ellos —quienes hoy figuran en calidad de imputados en la investigación del Ministerio Público— atestiguaron, según Blumar, haber sentido un “ruido”.
De acuerdo a quienes tuvieron acceso a esa diligencia, los empleados del pesquero industrial atribuyeron ese sonido, detectado a las 03:03 AM, a la puerta de una de las bodegas del barco. De manera inmediata, el capitán habría desactivado el piloto automático y disminuyeron la velocidad para ordenar una revisión interna. Al no encontrar nada, aseguraron ante el fiscal marítimo Pedro Herrera, el Cobra continuó con sus faenas habituales hasta el día siguiente.
Sin embargo, a juicio de los familiares de los pescadores desaparecidos, los tripulantes del Cobra sí debieron haber sentido un golpe.
“Analizado el actuar del capitán del PAM COBRA y/o de su tripulación después del abordaje, debe decirse que es también un hecho que el impacto de la nave mayor de casco metálico con una lancha de madera de 15 metros no pudo menos que haberse sentido por la tripulación del PAM COBRA y por cierto por quienes iban de guardia/turno en el puente de mando y por el maquinista de guardia que iba en la sala de máquinas, que queda sobre la quilla”, reza la querella acogida a trámite este viernes por el Juzgado de Garantía de Coronel.
Hasta ahora, las declaraciones de los tres tripulantes del Cobra son resguardadas celosamente por el Ministerio Público y la Armada.
Un suicidio
De acuerdo a información recopilada por BBCL Investiga, el cuarto tripulante que iba a esa hora al interior de la cabina era Juan Sanhueza Anríquez. Siguiendo el criterio actual de la investigación, el hombre de 58 también habría tenido la calidad de imputado, pero el pasado jueves 10 de abril apareció muerto en Coronel, tras una semana desaparecido.
Su deceso abrió toda clase de especulaciones. Justamente porque él, al igual que el capitán y el otro vigía, formaba parte de quienes estaban en el puente de mando esa noche. Sin embargo, hasta ahora todos los antecedentes recopilados por la PDI y el Ministerio Público apuntan a un suicidio. Ese mismo día, la fiscal regional Marcela Cartagena, desechó —”de momento”— la posibilidad de un asesinato:
—En principio se descarta la intervención de terceros, sin perjuicio que la palabra final la tiene el Servicio Médico Legal con sus conclusiones a propósito de la autopsia. Pero los indicios, hasta acá, señalan que no habría, y lo vamos a decir así, intervención de terceros.
Una postura que, hasta el cierre de esta edición, no ha sufrido variaciones.
Jueves 17 Abril, 2025 | 13:40
Los radares
De vuelta a la noche de los hechos. Según explican conocedores de la materia, la indagatoria ahora deberá dilucidar si ambas naves involucradas cumplieron con todos los protocolos. En el caso del Cobra se debe esclarecer, por ejemplo, si a raíz del “ruido” percibido por los tripulantes debieron o no detener su marcha e iluminar el sector para descartar una colisión. Y respecto del Bruma, averiguar si contaba con sus sistemas de protección y de localización activos.
Fuentes cercanas a la investigación sostienen que la lancha artesanal no avisó a través de los canales radiales abiertos que se fondearía en una zona altamente transitada. Los mismos consultados apuntan a que no tenía activado su Sistema de Identificación Automática (AIS). Se trata de una tecnología de seguridad marítima, que según el experto naval, Alfonso Kaiser, permite que las embarcaciones se comuniquen entre sí y con las autoridades en tierra, mediante transmisiones automáticas por radio VHF.
“Cada embarcación equipada con AIS emite constantemente datos como su nombre, posición, rumbo, velocidad y tipo, los cuales son recibidos por otras embarcaciones en las cercanías, estaciones costeras e incluso satélites”, explica el especialista en una minuta difundida tras la tragedia.
Esa teoría, sin embargo, es negada tajantemente por Rafael Poblete, abogado de los familiares de los pescadores desaparecidos.
—Yo descarto absolutamente cualquier falta de la tripulación de Bruma —dice el querellante.
Y añade:
—El patrón de la Bruma era el señor José Luis Medel y dentro de la tripulación iba su hijo y parientes suyos. La tripulación era una verdadera familia y el señor Medel se caracterizaba por ser excesivamente celoso y prudente en esos aspectos.
Quienes han seguido de cerca la indagatoria de la fiscal Cartagena, cuentan que ni el Cobra ni las otras dos embarcaciones que pasaron cerca del Bruma lo advirtieron en sus radares esa noche.
Según detallan personeros que vieron por dentro el Cobra, el panel del buque cuenta con tres pantallas: una para el AIS y otras dos para los radares marca Furuno con los que está equipado. El primer instrumento está calibrado a larga escala (es decir, para identificar cualquier objeto y embarcación a 12 millas), mientras que el segundo está destinado a la corta escala (entre 3 y 4 millas). Ambos son calibrados antes del zarpe, con una boya dispuesta especialmente para esas labores.
—¿Estaba semihundida Bruma y por eso no la detectaron los radares de las otras embarcaciones?
El abogado Poblete responde:
—La embarcación Bruma, si bien era de madera, tiene gran cantidad de piezas metálicas y en los radares de última generación de esas embarcaciones (Cobra y Vichuquén II) detectan piezas metálicas que es imposible que no la haya detectado. Salvo que hubiesen llevado los radares apagados o, como pasó en accidentes anteriores, que las tripulaciones iban desatentas. Eso puede pasar.
Alejandro Espinoza, abogado representante de los tripulantes del Cobra, no coincide:
—Nosotros hemos hecho una revisión exhaustiva, preliminar, de los radares que poseía el Cobra, que tenía dos radares de última generación. Ambos estaban operativos, calibrados y operando.
Miércoles 16 Abril, 2025 | 07:48
Las instrucciones de los fiscales
De acuerdo a información recabada por BBCL Investiga, la fiscal Cartagena aún está a la espera de los peritajes encargados a la PDI para confirmar o descartar cualquier teoría.
Justamente en sus apariciones públicas, la persecutora ha evitado inclinarse por alguna hipótesis particular y -por el contrario- ha sido enfática al expresar que todas las posibilidades siguen abiertas.
Dentro de las primeras instrucciones de Cartagena figura la toma de muestras genéticas a familiares del Bruma, con el fin de poder compararlas ante eventuales hallazgos.
Viernes 18 Abril, 2025 | 14:55
En tanto, el fiscal Hugo Cuevas, el primero en tomar el caso antes de que el mandamás del Ministerio Público, Ángel Valencia, lo reasignara, ya había ordenado el 2 de abril tomar declaraciones a las tripulaciones de todos los barcos que figuran como de interés para la investigación y periciar cualquier hallazgo.
Ese oficio aún está pendiente de ser contestado y podría transformarse en una pieza clave a la hora de tomar cualquier decisión judicial.
¡De por vida!
Los familiares de los siete tripulantes del Bruma desaparecidos retornaron este jueves a Constitución sin saber a ciencia cierta qué ocurrió con sus seres queridos.
—Estamos cerrando una etapa, pero para nosotros va a continuar de por vida el dolor este ¡De por vida! —exclamó Juan Medel, pariente de uno de los pescadores extraviados, en la ceremonia de este miércoles frente a la isla Isla Santa María.
Ese, fue el último adiós.
BiobioChile
Este domingo 20 de abril.
Este domingo 20 de abril.