4 de julio de 2023
Se trata de un evento climático atípico e inusual. Un aguacero de más de 10 horas se registró el domingo en la Antártica. Se trata de un capítulo extremadamente raro, ya que en el continente blanco solo debería nevar, y más aún considerando que sucedió en julio. El culpable es un río atmosférico que llegó a la Antártica y elevó la temperatura a 4 grados Celsius (lo normal en esta época es -5°C).
Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, señala que se trata de un evento extremadamente inusual. “Aunque no tenemos estadísticas al respecto, tener precipitaciones líquidas torrenciales en pleno invierno austral es extremadamente raro en la Antártica”.
“En la isla Rey Jorge, se registraron lluvias copiosas durante alrededor de 12 horas, es decir, el tiempo en el que se registró el arribo a la isla de un rio atmosférico”, añade.
La cada vez más frecuente llegada de ríos atmosféricos a la Antártica, “puede tener efectos negativos, pues los ríos atmosféricos son masas de aire de origen tropical, y por lo tanto, la llegada de éstos, implica altas temperaturas que derrite el hielo y la nieve en la Antártica”, añade Cordero.
Según datos de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), Santiago acumuló 48,9 mm de agua caída durante la última jornada de precipitaciones, lo que elevó el registro pluviométrico anual de la capital a 65,5 mm. La cifra, aunque positiva, dista mucho de un año normal: según el registro histórico de la estación Quinta Normal, Santiago ya debería haber recibido 134 mm de lluvia, por lo que el déficit de precipitaciones llega a 51,2%.
¿Por qué entonces la última jornada de precipitaciones pareció tan intensa y destructiva?
Según Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, la última tormenta advectó aire de origen tropical. “Se trata de una masa de aire elongada, desprendida del trópico, y por lo tanto, relativamente cálida y rica en humedad. Este tipo de masas conocidas como ríos atmosféricos, son capaces de producir intensas precipitaciones en la cordillera, combinadas con temperaturas relativamente altas”.
De acuerdo a Cordero, las precipitaciones con temperaturas altas significa que la caída de nieve es limitada “y los caudales de los ríos crecen repentinamente aumentando el peligro de aluviones”.
Añade que “los ‘ríos voladores o atmosféricos’, son bandas que transportan gran cantidad de vapor de agua desde latitudes bajas o tropicales (donde la humedad es siempre alta) y que alcanzan las costas de Chile, California y la Antártica, causando intensas, y a veces catastróficas precipitaciones.
“En el centro y sur de Chile, estos ‘ríos’ contribuyen normalmente con entre el 45% y el 60% de la precipitación anual y son responsables de intensas precipitaciones que pueden tener efectos negativos en la población”, dice el científico. Muchas de las lluvias que se producen en Santiago son resultado de un río atmosférico
El volumen de agua transportada por estos ríos es superior al de muchos ríos convencionales. “Pueden transportar una cantidad de vapor de agua equivalente a decenas de veces el flujo de los ríos terrestres. Cuando este vapor de agua llega a la costa es obligado a ganar altura por la cordillera, y al ascender por la ladera, el vapor de agua se enfría, precipitando como lluvia o nieve”.
El climatólogo explica que la frecuencia de los ríos atmosféricos parece ir a la baja en latitudes medias, pero hay creciente evidencia de que los ríos atmosféricos están aumentando tanto en frecuencia intensidad en latitudes altas. “Es decir, llegan menos ríos atmosféricos a Chile central pero llegan más y más intensos a la Patagonia y a la Península Antártica”.
El climatólogo explica que es normal que lleguen ríos atmosféricos a Chile. Y es aún más frecuente en la zona central cuando hay años de El Niño, “así que es posible que este no sea el último río atmosférico del invierno. Sin embargo, no necesariamente los próximos eventos van a ser de la misma intensidad. Este río atmosférico fue moderado/fuerte, es decir, más intenso de los que usualmente arribana la zona central de chile. Esperemos que los próximos eventos no sean tan intensos”.
Pese a ello, reconoce que El Niño favorece en general las precipitaciones y también la llegada de ríos atmosféricos a Chile central.
Fuente: latercera.com
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