6 de abril de 2010
¿Porqué el título Lo que Todo Magallánico Debe Saber? Porque la cultura regional es única. Porque nuestras costumbres y tradiciones nacen de las diversas corrientes migratorias que llegan a este Sur del Mundo. Y también porque cada habitante de esta zona austral, especialmente los estudiantes y guías turísticos deberían conocer estas historias para contarlas, entregarlas a visitantes tanto nacionales como extranjeros con la mayor cantidad de detalles y, por supuesto para atesorar esto que pertenece a Magallanes como el viento, la nieve, el mar que nos rodea, los canales, las islas y el ser humano que es también único.
A veces, el paso por los controles fronterizos de nuestra región se ve obstruido por una serie de trámites burocráticos que las autoridades de ambas naciones se han comprometido a solucionar.
Largas horas de espera producen el malestar de familias que en la mayoría de las ocasiones viajan con sus niños o con gente anciana.
Alguien dijo que nuestra frontera debería ser usada por los patagónicos como el viento, como los pájaros, la nieve, las nubes o la lluvia, que no necesitan pasaporte ni documentos para ir de un lado a otro de este fin del mundo.
En la Patagonia, existe una necesidad de viajar a los poblados vecinos, tanto en Aysén como en Magallanes.
Cada persona tiene familiares en las localidades de ambas naciones. Muchas veces los compadres comparten los lazos de amistad, cuando éstos no son de sangre.
Cada cual quiere probar del afecto y las cosas típicas de sus vecinos.
Unos, desean venir a paladear los mariscos, las empanadas, los porotos con riendas o un curanto como para dormir luego una semana, regado con un buen vino de las viñas chilenas.
Otros, quieren ir al país hermano a disfrutar de un locro, una milanesa preparada con mano de monja o simplemente un asado, de esos que parecen tener otro gusto brindado con una sidra o gancia.
Y, por supuesto, todo amenizado con guitarreos donde se hermanan la samba y la tonada. Y bien lo dice esa canción cuando pa´Chile me voy, cruzando la cordillera, late un corazón contento, una chilena me espera, y cuando vuelvo de Chile, entre cerros y quebradas, late un corazón contento, pues me espera una cuyana.
Pero, eso no es todo, porque las familias se han mezclado y eso lo sabemos bien, porque hasta un ex Presidente de la nación Argentina tiene en sus venas sangre de este país que se menciona como una larga y angosta faja de tierra.
Nuestra colonia en Argentina es más grande, y los pueblos patagónicos muestran un gran número de chilenos que han sido acogidos generosamente y en esa tierra han nacido sus hijos y todos contribuyen al engrandecimiento de esa nación.
Sin embargo, la colonia argentina residente en este sur de Chile, también ya forma parte de la comunidad magallánica y son nuestros compadres y amigos.
Costumbres y tradiciones comunes, hacen de los habitantes de esta patria patagónica que sean uno solo. Porque la lucha contra los elementos de la naturaleza, los han hecho unirse y reconocerse como hermanos en el destino de poblar y desarrollar sus pueblos.
Por eso, Puerto Natales y Río Turbio, Punta Arenas y Río Gallegos, Porvenir y Río Grande y Puerto Williams y Ushuaia, se reconocen como localidades hermanas, unidas por su gente y visitadas constantemente por el viento y la nieve, sin credenciales, cédulas ni salvoconductos, sin demoras ni tiempos de espera, como debía ser para los hombres y mujeres que un día decidieron radicarse en este Sur del Mundo.
viva la chicha y el vino, viva la cueca y la samba, dos puntas tiene el camino y en las dos alguien me aguarda.
(Foto: Casamiento Barrientos-Rawel-Río Grande 1941)
El Hospital Clínico Magallanes sigue comprometido con la creación de un entorno más sustentable y acogedor, contribuyendo tanto al cuidado del medio ambiente como a la mejora del bienestar de la comunidad hospitalaria.
El Hospital Clínico Magallanes sigue comprometido con la creación de un entorno más sustentable y acogedor, contribuyendo tanto al cuidado del medio ambiente como a la mejora del bienestar de la comunidad hospitalaria.