19 de octubre de 2023
Hoy se cumplen 79 años de un encuentro transformador que ha tenido profundas implicancias para cientos de miles de personas en nuestro país. Me refiero a lo que motivó la creación del Hogar de Cristo: una noche de octubre de 1944, Alberto Hurtado detuvo su marcha ante la mano de un mendigo que hervía en fiebre. Pedía una moneda para costear un albergue donde pasar la noche.
Un segundo momento, tan importante como el primero, ocurrió al día siguiente: al comentar esto a un grupo de mujeres que participaban de un retiro. Entre todas ellas surge la idea de construir el Hogar de Cristo. Desde entonces el mismo espíritu de encuentro que quiere transformar personas e instituciones nos sigue inspirando.
¿Cuáles son los nuevos rostros de la pobreza en nuestro país? ¿Qué estamos haciendo en el Hogar de Cristo para atenderlos? ¿Qué Hogar de Cristo para este nuevo Chile? Hoy en día, la pobreza en nuestra región se presenta de manera más compleja, más invisible, más solapada y más cruel. Se entrelazan diversos factores, como la crisis económica y el incremento del costo de vida, lo que ha encarecido aún más la vivienda y, como resultado, ha aumentado el número de personas mayores o con discapacidad en sus casas, con crecientes niveles de dependencia, con mucha soledad y abandono por parte de sus familias, pensiones bajas, salud distante y remedios caros.
Por eso, más que nunca, urge promover iniciativas de reconstrucción del tejido social y acercar las redes disponibles a las personas que las necesitan. Es tiempo de que nuestros programas sociales estén insertos en los territorios, trabajando con las comunidades y potenciando la capacidad de las personas que viven en situación de pobreza de decidir su destino.
Por ejemplo, en nuestros Programa de Atención Domiciliaria Adulto Mayor en Punta Arenas, que acoge a 40 adultos mayores, Hogar de Cristo visita a las personas mayores en sus hogares y comunidades, proporcionando cuidado tanto para ellos como para sus cuidadores, quienes a menudo también son adultos mayores.
Esto beneficia doblemente a las familias, especialmente a aquellas en áreas rurales y remotas, que no pueden trasladarse a los diversos programas sociales de la región. En el fondo, es un cambio de paradigma, porque Hogar de Cristo caminará al encuentro de los más pobres y no al revés.
Hoy, 79 años de inicio de esta causa, es posible iniciar intervenciones mixtas y flexibles, que combinan lo residencial de corta estadía con lo ambulatorio, lo domiciliario y lo comunitario, y retrasan el ingreso de las personas a una modalidad residencial. Así, finalmente asumiremos nuestro destino colectivo al seguir el camino de la solidaridad y la justicia social, reintegrando a las personas mayores vulnerables en sus hogares y comunidades. Sin duda, así lo hubiera deseado el Padre Hurtado.
Positivo Balance de las autoridades del agro
Positivo Balance de las autoridades del agro