4 de marzo de 2024
Por: Carolina Ceballos
Fotografía: Bárbara Hernández / [email protected]
A escasos días de su nuevo mundial, esta vez en Estonia, la deportista de aguas gélidas proyecta su intenso y desafiante 2024, año en que sueña con terminar el reto de los siete océanos que dejó inconcluso el 2023 por razones ajenas a su voluntad.
Nuestra «Sirena del hielo», Bárbara Hernández, tiene mucho que contar de cara a su temporada 2024, año que la desafía a grandes retos que en entrevista con El Desconcierto, y en la previa de su viaje a un mundial, comenta anticipando intensos meses bajo las gélidas aguas que han marcado su exitosa carrera deportiva.
«Se nos viene muy intenso, compito desde el próximo día martes en el Mundial de Estonia hasta el día 10 de marzo en la ciudad de Tallin, vamos a competir en el Mundial de Natación de aguas gélidas en el Mar Báltico, que esperamos tenga un grado celsius. Es esta modalidad de piscinas en aguas congeladas donde competimos en distintas distancias y categorías», cuenta la deportista.
Cómo le irá es algo sobre lo que nadie puede tener certezas, aunque como ella lo comenta, hay competencias que le favorecen más.
«A mí en las distancias que mejor me va en estas carreras extremas, son el 200 o 450 (metros) que son los primeros días, así que ahí con todo el foco y con todas las ganas ya de tirarme al agua», ilustra.
«Luego, llegando, vamos con todo y por todo para Japón 2.0, que debiera ser junio», dice respecto del reto que no pudo completar el año pasado, cuando se alistaba para zambullirse en las aguas de Hokkaidō para terminar el Circuito de los siete océanos, un desafío de envergadura que coronaría cerca de ocho años persiguiendo este logro al que le sigue faltando un nado para finalizarlo. Sin embargo, tras no ser autorizada para entrar al agua, la revancha ya está en planificación.
«Luego tenemos unos nados de calificación en el Lago Tahoe (Estados Unidos), que estamos evaluando si se mantienen este año», complementa.
En su agenda 2024, detalla, «también hay un tremendo nado, que debiera ser el Canal de Catalina (EE.UU.) por dos, es un nado de 20 horas más o menos, bastante complejo, en octubre».
«Hay algunos nados pensados también en Chile, en Patagonia, en glaciares, entonces es bien intenso. Y también por supuesto está el estreno del documental, que se va a lanzar en televisión abierta el 9 de abril a las 17:30 horas por TVN», dice proyectando estos 10 meses que tiene por delante, tiempo en que se emitirá la producción donde se le ve sumergiéndose en el fascinante mundo del nado en aguas gélidas, considerando admirables travesías en el continente antártico.
Sobre este trabajo audiovisual, también tiene expectativas. «Espero tanto que a la gente le guste, me hace mucha ilusión entrar en los hogares, es una forma de dar las gracias por acompañarme durante tanto tiempo en mis sueños, en mis metas, y de una forma súper humilde intentar contribuir también para que (los telespectadores) se sientan acompañados en sus distintos procesos, o incluso en las pérdidas», transparenta.
Tras el desglose, retoma el tema de su inminente desafío, apelando al nivel de la competencia. «Al no estar Rusia participando igual es complejo, en un mundial normal son 1.500 nadadores por lo menos, entonces es una carrera ruda. Por las condiciones del agua también, porque van nadadores de todas partes… creo que mis principales adversarios en el medio fondo son las alemanas», comenta.
«Las nadadores de Estonia son muy fuertes también. Y todo lo que es Holanda, también hay muy buenos fondistas en esos países, así que ahí (estoy) un poco nerviosa, pero con todas las ganas», sincera.
Sobre su intensa preparación, comparte cómo se aborda. «El entrenamiento lo realizamos acá en Santiago, una parte fundamental es la natación en piscina, natación clásica que realizamos en San Carlos Apoquindo. Y en la Católica entrenamos de lunes a sábado, dos horas de piscina más la preparación física, más yoga y kine. Trabajamos con nutricionista y también hacemos la aclimatación en aguas frías. Y a veces hacemos inmersiones en hielo, dependiendo de cómo estoy también en las recuperaciones», cuenta.
«Quiero podio, sería genial. Aparte que de todos los mundiales, siempre he podido traer un podio a Chile. Empecé el año 2016, entonces también me hace mucha mucha ilusión poder volver a competir y ver cómo me encuentro a nivel internacional y qué resultado vamos a poder lograr…», complementa.
Siguiendo con sus expectativas, independientemente del lugar en el que llegue, Hernández es clara.
«Creo que lo que a mí me dejaría muy tranquila es saber que le puse mi corazón completo a toda la planificación, a los desafíos. Lo que me dejará tranquila es saber que pude estar y contar con mi equipo, y yo a estar para ellos», asegura.
Pero hay más, de hecho lo emocional también es muy relevante. «Me dejaría muy tranquila poder hacerme cargo, y darle un lugar también al miedo, como la expectativa de los otros, al qué pasa si no resulta y tener el coraje suficiente de volver a intentarlo y seguir persistiendo. Y sobre todas las cosas, amando y disfrutando lo que hago hacer», admite.
«Creo que eso es lo que me dejaría realmente tranquila este año independiente del resultado, al ser un deporte extremo como que una parte importante depende de ti», dice antes de aludir a otro factor, la naturaleza.
«Creo que si las cosas no salen como uno quiere frente a un adversario como lo es la pachamama y los océanos del mundo, es justo también, entonces (hay) que ponerle corazón y tener la entereza suficiente para tomar las decisiones que tenga que tomar», asevera.
Respecto de su preparación para cada reto, destaca la fundamental labor de «Marcelo Venegas, mi preparador físico. Es uno de los miembros más jóvenes y más recientes de mi equipo, creo que contar con él, sí ha marcado una diferencia el antes y después a como empecé nadando mis primeras maratones».
«Me acuerdo que en el Canal de la Mancha no me podía los brazos, era un dolor... y estuve por varios días, semanas incluso como a medio morir saltando, versus todo lo que ha sido la preparación con él en la Católica, pero especialmente con él, me puedo ir con sus rutinas a navegar un mes antes de nadar en la Antártica, sacar el récord Guinness en Antártica, estar tres días en Santiago y con esa misma rutina irme a dar nueve horas a Nueva Zelanda, que se fue nuestro sexto océano», releva.
A él suma la experiencia «del entrenador en piscina que es Gabriel Torres, llevamos 30 años trabajando juntos. Marca una diferencia. Ese trabajo en equipo es lo que me hace sentir fuerte, entera, capaz de plantearme estos desafíos. Mi nutricionista también es una parte súper importante, haber incorporado a los nuevos miembros de este equipo de kine (…) también hay un equipo que me acompaña hace más tiempo, creo que es lo que me da la fortaleza para poder visualizar este año».
Consultada luego sobre la etapa de su carrera en que se encuentra, admite no saberlo. «Encontré una revista de hace nueve años, que fue una de mis primeras entrevistas en Cosmopolitan, fue muy divertido. Eso fue justo antes de irme al primer mundial en Rusia. Era curioso leerte a ti misma con todos estos nados. ‘Quiero la primera triple corona para Chile’, ‘quiero Canal de la Mancha’, ‘quiero’, ‘quiero’, ‘quiero… ‘. Esa hambre, esos nados de Antártica y los récord Guinness y todo lo que faltaba…», recuerda con nostalgia.
«Y ver que muy a pulso, y con muchos sacrificios se han ido construyendo a lo largo de casi una década… creo, que no me queda más que soñar con la siguiente década, trabajar por eso», complementa.
En lo personal, comenta brevemente que ser madre es algo que también la convoca.
«Al tema de la maternidad también estoy dándole vueltas desde el año pasado, que congelé óvulos, son decisiones… Pero por ahora todas las pilas están puestas para el siete mares (Japón), para un regreso a Antártica, para un tercer Guinness y por qué no un cuarto…», asegura evidenciando que su competitivo espíritu deportivo se mantiene intacto.
«Creo que soy una mujer ambiciosa, tengo el equipo, que para mí es muy clave, es importante que se sienta parte de cada nado, del éxito o los logros de todo esto que hemos ido construyendo, es 100% gracias a ellos, es un trabajo en conjunto que nos permite soñar en grande y lograr cosas», concluye.
Fuente: eldesconcierto.cl
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