PAMELA DOMÍNGUEZ, CANDIDATA A CORE, HACE UN LLAMADO A SUMAR ESFUERZOS POR MÁS MUJERES EN POLÍTICA PARA MAGALLANES

​En los últimos años, como sociedad hemos sido testigos de un cambio significativo en la manera en que las mujeres participan cada vez más en la política y la gestión pública. Este cambio no solo es necesario, sino que es urgente. La inclusión de mujeres en el espacio político no solo responde a una cuestión de equidad de género, sino que también tiene un impacto real en la forma en que se toman decisiones y se gestionan hacia el bienestar colectivo. Es hora de destacar las virtudes que la visión de las mujeres, en nuestra diversidad y mirada colectiva, traemos a estos espacios, las que, por mucho tiempo, han sido invisibilizadas.

 
Las mujeres que participamos en política, llevamos una intensa historia de trabajo por lo colectivo, comprendiendo la necesidad de incorporar la perspectiva de los cuidados, y de la corresponsabilidad por nuestro entorno social, y por tanto, la capacidad de hacernos cargo muy a menudo, de asuntos comunitarios. Sabemos la importancia de escuchar de manera activa y de integrar múltiples voces, en especial de quienes conocen mejor sus propios problemas. Promover una mirada de perspectiva de género, nos hace reconocer que las mejores decisiones surgen cuando se toman en conjunto.

 
Sabemos que nuestra región de Magallanes enfrenta grandes desafíos, desde la gestión del territorio hasta la búsqueda de un desarrollo económico ordenado y justo. En este camino, necesitamos liderazgos que promuevan la solidaridad, la empatía y la justicia social. Y en este camino, las mujeres podemos aportar una visión más humana y solidaria que ponga el bienestar colectivo en el centro de cada decisión.
Es cierto que las mujeres hemos tenido un difícil camino: Las brechas históricas, existen. Cabe recordar que recién tuvimos derecho a ser ciudadanas con voto universal en la naciente década del 50 en Chile. En 1935 se permitió el voto femenino en las elecciones municipales, y en 1949 en las elecciones presidenciales y parlamentarias. Nuestra historia política se construye sobre otras mujeres que han luchado juntas por abrir y ensanchar los caminos.

 
Aún así, con siglos de historia a contracorriente, muchas mujeres, han tenido la firmeza de superar estos obstáculos tan arraigados, con la voluntad, dedicación y creatividad que mueve las convicciones por el bien común. Aún más, cuando se ejerce un cargo de alta responsabilidad, son exigidas de demostrar autoridad, y de responder a los cánones tradicionales de los liderazgos jerárquicos y verticales.
La defensa por las mujeres en política es claro: nuestro liderazgo es distinto, pues busca otro camino de abordar el poder, porque proponemos una forma de hacer política que se basa en la empatía, la colaboración y el servicio a los demás.

 
Con todo, nos destacamos por nuestra capacidad de gestión. Lo hemos visto en municipios, en los gobiernos regionales y en los consejos, donde las mujeres, ofrecemos soluciones que no solo buscan resolver problemas inmediatos, sino que también trabajar en construir relaciones más justas y equitativas.

 
Este es el llamado que hago a Magallanes: apoyemos a las mujeres en política, reconozcamos su valioso aporte y trabajemos juntas para construir una región más justa, solidaria y próspera.