22 de noviembre de 2024
Un estudio pionero describe los requisitos de infraestructura portuaria y terminal que Chile deberá cumplir para apoyar el desarrollo de la industria del hidrógeno.
En el país se han anunciado públicamente unos 70 proyectos de hidrógeno verde, algunos orientados al mercado exportador, otros al nacional y otros a ambos.
Una pieza importante del rompecabezas del desarrollo es la logística, principalmente la infraestructura marítima para importar aerogeneradores y exportar y transportar a lo largo de la costa, al menos en las fases iniciales, derivados del hidrógeno como el amoníaco o los e-fuels. También se prevén operaciones de cabotaje en un contexto de esfuerzos por descarbonizar la economía y reducir la dependencia de los combustibles fósiles importados.
“Es un tema complejo porque involucra a una multitud de actores, públicos y privados, y se requieren inversiones significativas. Además, para la Unión Europea es un tema sensible por su dimensión medioambiental, sus impactos sobre las comunidades locales”, señaló Benoît Larielle, agregado de Cooperación de la Delegación de la UE en Chile.
La UE está interesada en importar derivados para ayudar a descarbonizar su economía. El bloque, a través de la Agenda de Inversiones Global UE-LAC, trabaja con América Latina para identificar “oportunidades de inversión justas, verdes y digitales” que también ayuden a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible.
En la Región de Magallanes avanzan los trabajos de la fase de estudios correspondientes a dos proyectos de infraestructura de hidrógeno verde, iniciativas enmarcadas en acuerdos suscritos por la estatal Enap y la pionera en e-fuels HIF Global y otros actores del sector privado.
Uno de los objetivos es utilizar, adaptar y ampliar los activos existentes de Enap para ayudar a respaldar el desarrollo del sector del hidrógeno en la región árida y azotada por el viento.
Larielle inauguró un seminario web asociado organizado por las entidades de promoción del hidrógeno H2LAC, apoyada por la UE y financiación multilateral, e Iniciativas del Equipo Europa sobre el Desarrollo del Hidrógeno Renovable en Chile (RH2), liderada por la UE y sus estados miembros.
Cerca del 90% del comercio exterior de Chile se realiza a través de infraestructura marítima. “Esto demuestra la importancia de una infraestructura portuaria capaz de suministrar este importante servicio. Siempre es deseable anticiparse a los desafíos ante la posibilidad de ser un líder importante en el mundo de este gran mercado”, afirmó Rubén Guzmán, jefe de la Unidad de Economía Energética y Sostenibilidad del Ministerio de Energía de Chile.
La mayor parte de los proyectos de hidrógeno verde de Chile se encuentran en Magallanes y la Región de Antofagasta.
Los proyectos de hidrógeno verde y derivados están avanzando, y varios de ellos se encuentran ahora en la fase de permisos, a medida que el foco se agudiza en reducir los costos y conseguir compradores, con compradores europeos y asiáticos en la mira de los productores de derivados. Algunos proyectos, como el complejo HNH Energy, de US$11.000 millones, planificado para Magallanes y en la fase de permisos, incluyen infraestructura de terminal marítima.
EL ESTUDIO
La investigación estuvo a cargo de la oficina en Chile de la agencia alemana de cooperación internacional GIZ y la consultora Subiabre & Sánchez Ingenieros Asociados.
Un pilar clave fue determinar la capacidad actual y futura asociada a los servicios logísticos que requerirá la industria del hidrógeno.
Se identificaron puertos y terminales considerados aptos para recibir embarcaciones para operaciones de importación, exportación y cabotaje, distribuidos en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Biobío, Los Ríos, Los Lagos, Aysén y Magallanes.
Los investigadores utilizaron proyecciones de amoníaco del Ministerio de Energía junto con una metodología del Ministerio de Transportes.
Se recopilaron datos sobre la ubicación de los activos, el propietario, el tipo de propietario (privado o estatal) y el tipo de licencia (concesión marítima o concesión portuaria), junto con información sobre los tipos de instalaciones de atraque y los productos que se manipulan.
Los investigadores realizaron unas 25 entrevistas con compañías navieras, operadores de puertos y terminales, así como actores de los sectores de generación de energía e hidrógeno.
De una lista de más de 100, se identificaron 20 puertos y terminales aptos para la importación de componentes de generación eólica, entre ellos los terminales JS Mardones y Laredo, en Magallanes, donde, sin embargo, se requeriría inversión para su adaptación. Enap y el sector privado tienen un proyecto en Laredo, así como en el complejo industrial Cabo Negro y en la terminal San Gregorio.
Mientras tanto, 21 se identificaron como aptos para operaciones de exportación y carga de cabotaje, y 26 para operaciones de descarga de cabotaje, requiriendo algunos desembolsos de adaptación.
Los investigadores también encontraron que seis puertos y terminales tenían autorizaciones de transferencia de amoníaco y metanol.
AMONÍACO
– Terminal Marítimo Puerto Mejillones: Amoníaco (Región de Antofagasta)
– Terminal Marítimo Enaex: Amoníaco (Región de Antofagasta)
METANOL
– Terminal Marítimo Oxiquim: Metanol (Región de Antofagasta)
– Muelle Oxiquim: Metanol (Región de Valparaíso)
– Terminal Marítimo Escuadrón Oxiquim: Metanol (Región del Biobío)
– Terminal Marítimo de Cabo Negro: Metanol (Región de Magallanes)
CLASE 2
– Terminal Terquim: Gases (Mejillones)
HALLAZGOS CLAVE
Un tema común en las conferencias sobre hidrógeno, y que se refleja en las iniciativas de Enap en curso en Magallanes, no son los retos asociados a la exportación de derivados o a las operaciones de cabotaje, sino más bien los vinculados a la introducción en el país de torres de aerogeneradores, en particular en Magallanes, donde se necesitarán varios gigavatios de capacidad.
La mayor parte de la capacidad asociada en el norte sería solar fotovoltaica, con paneles que se entregarían en contenedores.
De hecho, una presentación realizada durante el evento señala que las perspectivas son "favorables" para la exportación de infraestructura, dada la perspectiva de una demanda logística sostenida en el futuro. En cambio, la demanda de capacidad para la importación de componentes sería transitoria.
Las conclusiones describen lo que se necesitaría en los polos del proyecto Antofagasta y Magallanes.
En un escenario optimista, para la importación de componentes eólicos, Antofagasta necesitaría un punto de atraque adicional y exclusivo, al igual que Magallanes, donde el informe citó la posibilidad de ampliar la terminal de Mardones e instalar grúas móviles, algo que puede ser vital a partir de 2028-2029.
Para la carga para exportación y cabotaje se necesitarían seis puntos de atraque en el norte, con posible presión sobre la capacidad a partir de 2030. En el sur se necesitarían cinco puntos de atraque, que podrían ser entregados por Enap y el sector privado, señala la presentación.
Se consideraron tres escenarios de demanda de hidrógeno verde a largo plazo: 2030, 2040 y 2050. La producción a escala comercial debería comenzar en el país en la segunda mitad de la década.
Fuente: www.bnamericas.com
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